Dedicar tiempo a lo que es importante
Palabras de Jesús
[Making Time for the Things That Matter]
Todos los días hay cantidad de cosas por las que puedes estar agradecido. Algunas son evidentes, otras no tanto; algunas son espectaculares, otras se disfrazan de sucesos intrascendentes o hasta de problemas. No obstante, debes abordar todo lo que te acontezca con alabanza y acción de gracias. Recuerda las palabras del apóstol Pablo: «Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios» (1 Tesalonicenses 5:18).
Da gracias en toda situación, pues tienes la certeza de que Yo dispondré todas las cosas para tu bien, sea cual sea la situación (Romanos 8:28). Aun cuando las perspectivas sean funestas, confía en que estoy contigo. Y porque Yo te amo y te he llamado conforme a Mis buenos propósitos, puedes tener confianza en que todo lo que llegue a ti encajará en Mi plan de terminar la buena obra que empecé en tu vida (Filipenses 1:6).
Dedica tiempo a reconocer Mi obra en tu vida y también Mi presencia en todo lo que enfrentes. Confía en que Mi propósito se cumplirá en ti y que jamás abandonaré la obra de Mis manos (Salmo 138:8). Cuando optas por agradecer en cada situación, eso te ayudará a adoptar un enfoque positivo en tu trabajo, en tu modo de relacionarte con los demás y de reaccionar ante diversas circunstancias y acontecimientos. Se verá reflejado en tu actitud, en tus decisiones y en tus acciones. Mi alegría se convertirá en tu fortaleza (Nehemías 8:10).
Dedica tiempo a los demás
Es fácil quedarte atrapado en tus circunstancias inmediatas mientras te encargas de los afanes y tensiones de tu vida, trabajo y otras obligaciones que pueden ser difíciles de cumplir. Puede ser que te parezca que dispones de muy poco tiempo para ir al encuentro de los demás. Sin embargo, como uno de Mis seguidores, has sido llamado y elegido para llevar Mi amor a otros y hacer brillar Mi luz en el mundo (Mateo 5:16).
Cuando estuve en la Tierra, apenas contaba con tres años y medio para llevar a cabo Mi ministerio público y para cumplir Mi misión. A veces, Mis discípulos u otros pensaban que las personas con las que me relacionaba no se merecían el tiempo que les dedicaba. Hablé con la samaritana (Juan 4:1–42) y con un centurión (Mateo 8:5–13). Vi a Zaqueo —un despreciado recaudador de impuestos— subido en un árbol y le pedí que me invitara a su casa (Lucas 19:1–10).
Invité a los niños a que se acercaran a Mí. Me preocupé de levantar el ánimo a miles de personas, mediante incontables conversaciones que no quedaron documentadas en los Evangelios. Sin embargo, cada una de ellas tuvo un impacto en la vida de alguien. Tú también has sido llamado a manifestar amor, bondad y comprensión a quienes te rodean en el transcurso del día.
A medida que manifiestes Mi amor y bondad, descubrirás que el esfuerzo que hagas no será un sacrificio. A medida que des lo que has recibido, he prometido verter Mis bendiciones en medida buena y rebosante (Lucas 6:38).
Vivir en plenitud
Muchísimas personas se contentan con vegetar, sin buscar el verdadero sentido y propósito en su vida. Es posible que estén muy ocupadas manteniéndose a flote o esforzándose por salir adelante, y que dediquen todos sus ratos libres a actividades relajantes, sin detenerse casi nunca a reflexionar en las cuestiones más profundas de la vida y las verdades eternas.
El secreto para conocer la verdad que te hará libre y para llevar una vida plena se encuentra en vivir en estrecha relación conmigo y ser fiel a Mis enseñanzas (Juan 8:31). Busca Mi presencia e inclúyeme en tu vida y actividades cotidianas, y busca orientación en Mi Palabra (Salmo 119:105). A medida que me encomiendes tu vida, esta se llenará de sentido y propósito. Además de encontrar Mi gozo y satisfacción, si reflejas la luz de Mi amor iluminarás a quienes te rodean y les darás Mi verdad, la verdad que los hará libres (Juan 8:32).
Se empieza cultivando el hábito de dedicar tiempo al comienzo del día a orar y tener comunión conmigo y Mi Palabra (Proverbios 8:17). Encomiéndame tu día y confía en que obraré a lo largo de tu jornada. Ya sea que estés en el trabajo, haciendo diligencias o con tu familia y amigos. Si acudes a Mí, tu vida se enriquecerá y cobrará más sentido.
Paciencia al pasar por los ciclos
La vida se compone de ciclos. Hay épocas en que todo va bien, y otras en que al parecer todo marcha mal o en contra de tus deseos y esperanza. Quiero que aprendas a aferrarte a Mí en cada fase del ciclo.
Cuando te veas cara a cara con un nuevo obstáculo o dificultad, no te desanimes, ni dudes de que lograrás superarlo. Las contrariedades pueden ser el catalizador para que acudas a Mí y ejercites tu fe, pues debes hacer frente al desafío.
Cada vez que enfrentas una nueva prueba, debes afrontar el desafío, pedir Mi ayuda, vencer de nuevo y crecer en el proceso. Así pues, no veas como derrotas los momentos menos agradables de tu vida, sino como oportunidades para que Yo obre en tu vida y hagas progresos. Sé que en muchos casos es difícil pasar por esos ciclos, pero confía en Mí, en que esos momentos son necesarios para avanzar y crecer en tu fe.
Juicios de valor
Durante tu vida enfrentarás una sucesión de juicios de valor, grandes y pequeños, que afecten tus decisiones, cómo te relacionas con la gente y cómo inviertes tu tiempo. Casi todos los días tienes que emitir juicios sobre alguna situación, enfoque o tendencia cultural. Y tus opiniones y decisiones pueden tener consecuencias para ti y para otras personas.
En cierta ocasión dije a quienes me criticaban: «No juzguen por la apariencia, sino juzguen con juicio justo» (Juan 7:24). ¿Qué es juicio justo? Se trata de ponderar con equidad e imparcialidad y de aplicar el principio acertado a una situación determinada. En muchos casos, hace falta mirar más allá de los hechos tal como los conoces para ver el corazón y las verdaderas intenciones de las personas.
Antes de emitir un juicio, es importante permanecer imparcial y escuchar las distintas versiones del asunto. Cuanto más informado estés, mayores son tus posibilidades de juzgar correctamente. Además, siempre resulta atinado —aun en cuestiones de poca monta— acudir a Mí y buscar Mi guía. Soy el que juzgará al mundo al final de los tiempos, así que dedica tiempo a buscar Mi sabiduría y a estudiar Mi Palabra a fin de juzgar y decidir con sensatez.
Busca Mis pensamientos
Lo que a ti puede parecerte lógico en un caso en particular, puede que no se ajuste a Mi forma de ver la situación, pues «Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni sus caminos son Mis caminos». […] «Porque como los cielos son más altos que la tierra, así Mis caminos son más altos que sus caminos, y Mis pensamientos más que sus pensamientos» (Isaías 55:8,9).
Por esa razón, es importante que aprendas a encomendarme todos tus caminos y buscar Mi parecer y guía, y confiar en Mí de todo corazón (Proverbios 3:5–7). A veces te conduciré a las soluciones por medio de Mi Palabra. En otras ocasiones, puedo guiar tus pensamientos hasta llevarte a la conclusión acertada o hacerlo por medio del consejo de otra persona. Además de guiarte, puedo concederte paz interior y una sensación general de bienestar, que viene por medio de una estrecha relación conmigo (Isaías 26:3).
Acude, pues, a Mí con todos tus pesos, cargas e inquietudes. Ven a Mí con el corazón y la mente abiertos, y confía en que te sostendré y te guiaré en todo lo que enfrentes en la vida (Salmo 55:22).
Una vida con sentido
Quiero que tu existencia tenga sentido, y que influya notablemente en la vida de otros. Vine para que todo el que cree pueda tener vida, y que la tenga en abundancia (Juan 10:10). En última instancia, tienes la responsabilidad de tomar decisiones que te guíen a andar en Mis caminos y Mi voluntad. Empieza al encomendarme tus caminos y al pedirme que allane tus sendas.
A veces puede ser difícil el proceso de tomar decisiones. Quizá tengas que esperar y hacer gala de paciencia para descubrir Mi voluntad. Las circunstancias son variables. La gente cambia. Tú también. No obstante, sea lo que sea que enfrentes, puedes confiar en que Yo estoy contigo y que obro en tu vida como el autor y consumador de tu fe (Hebreos 12:2).
Yo te creé. Desde el principio de tu vida he estado contigo y seguiré contigo hasta el final. A medida que me busques de todo corazón, me hallarás a Mí y también encontrarás Mi orientación (Jeremías 29:13).
Publicado en Áncora en abril de 2025.
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