De qué manera y cuándo dar gracias
Recopilación
El versículo 1 del Salmo 136 dice: «Den gracias al Señor, porque Él es bueno; Su gran amor perdura para siempre (NVI)». Ahí tenemos dos motivos para estar agradecidos: la constante bondad de Dios y Su firme amor.
El Salmo 30 alaba a Dios por dar liberación. David escribe: «Te exaltaré, Señor, porque me levantaste, porque no dejaste que mis enemigos se burlaran de mí. Señor mi Dios, te pedí ayuda y me sanaste. Tú, Señor, me sacaste del sepulcro; me hiciste revivir de entre los muertos. […] Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta, para que te cante y te glorifique, y no me quede callado. ¡Señor mi Dios, siempre te daré gracias!»[1]
En ese pasaje, David da gracias a Dios tras encontrarse en una situación difícil. Este salmo de agradecimiento no solo alaba a Dios en ese momento, sino que recuerda la anterior fidelidad de Dios. Es una declaración del carácter de Dios, que es tan maravilloso que la alabanza es la única reacción adecuada.
Asimismo, hay ejemplos de tener agradecimiento al encontrarse en circunstancias difíciles. El salmo 28, por ejemplo, describe la angustia de David. Es un clamor a Dios en el que pide misericordia, protección y justicia. Después de que David clama a Dios, escribe: «Bendito sea el Señor, que ha oído mi voz suplicante. El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en Él confía; de Él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias»[2]. En medio de las dificultades, David se acuerda de quién es Dios y, como resultado de conocer y confiar en Dios, da gracias. Job tuvo una actitud similar de alabanza, incluso frente a la muerte: «El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!»[3]
También en el Nuevo Testamento hay ejemplos de gratitud por parte de los creyentes. Pablo estaba siendo gravemente perseguido; no obstante, escribió: «Gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes y, por medio de nosotros, esparce por todas partes la fragancia de Su conocimiento»[4]. El escritor de Hebreos dice: «Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a Él le agrada, con temor reverente»[5]. Pedro nos dice que debemos estar agradecidos a pesar de sufrir «diversas pruebas», que por medio de las dificultades, al ser acrisolada nuestra fe «demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele»[6].
Deberíamos estar agradecidos porque Dios es digno de nuestra gratitud. Lo correcto es atribuirle el mérito por «toda buena dádiva y todo don perfecto»[7] que nos da. Cuando estamos agradecidos, nuestro centro de atención ya no está en deseos egoístas ni en el dolor de las circunstancias actuales. Expresar la gratitud nos ayuda a recordar que Dios tiene el mando de la situación.
La gratitud, entonces, no solo es pertinente; en realidad, es saludable y beneficiosa para nosotros. Nos recuerda el panorama general, que pertenecemos a Dios y que hemos recibido toda bendición espiritual[8]. De verdad tenemos una vida abundante[9], y lo apropiado es que tengamos gratitud. Tomado degotquestions.org[10]
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Dios dice que demos gracias en todo. Eso no significa que tengas que dar gracias POR todo. No tienes que dar gracias POR haber tenido un mal día. Ni POR una relación mala. Ni porque te dejaron de lado en el trabajo. Por las dificultades económicas. Sea lo que sea, no tienes que dar gracias POR las dificultades, sino más bien cuando te encuentres EN dificultades. Es muy importante hacer esa distinción; y creo que a menudo la pasamos por alto. Dar gracias EN todo demuestra que se tiene fe en que Dios es más grande que las dificultades y que Él puede valerse de ellas, si te diriges a Él con el corazón y el espíritu correctos, por tu bien y Su gloria. Tony Evans
El prisma de agradecimiento
Cuando decido enfrentar mis sufrimientos directamente y hallar bendición en ellos, algo milagroso sucede. Veo toda la vida de una manera diferente. Veo mis circunstancias desde el prisma de la fe. Y puedo declarar con confianza que, incluso en las peores circunstancias, Dios es todavía bueno, y hay mucho que agradecer.
Por años imaginaba el primer día de acción de gracias como la alegre celebración de los colonos por haber tenido una cosecha abundante, compartiendo con los pueblos indígenas la copiosa provisión de Dios en una tierra fértil que era nueva para ellos. Sin embargo, celebrar el primer día de acción de gracias fue un acto de fe y adoración, no una reacción natural ante la prosperidad y la abundancia.
En el otoño de 1620, el barco Mayflower se dirigió a Virginia con 102 pasajeros a bordo. El 16 de diciembre desembarcaron en Massachusetts, mucho más al norte del lugar a donde querían ir, y precisamente cuando llegaba el invierno. El clima del norte fue mucho más duro que el de Virginia, y los colonos no estaban preparados para la venidera temporada fría. El invierno trajo temperaturas gélidas y proliferaban las enfermedades. Los albergues eran rudimentarios. Había escasez de comida. Las personas se morían.
Ese invierno, en aquella tierra dura de Nueva Inglaterra solo tres familias no cavaron fosos para sepultar un marido, una esposa o un hijo o hija. En la primavera de 1621, la mitad de los colonos había muerto debido a una enfermedad o de hambre. Todos se vieron afectados por la tragedia.
Sin embargo, en medio de esas enormes pérdidas, los colonos decidieron dar gracias. Vieron en las Escrituras que los israelitas habían agradecido a Dios en toda circunstancia. Se encargó a los israelitas que dieran gracias, incluso antes de que llegara la provisión y la liberación. El rey Josafat vio el poder de dar gracias, pues mientras ellos alababan a Dios, los enemigos de los israelitas fueron derrotados delante de sus ojos[11]. […]
Los colonos y los israelitas eligieron estar agradecidos por lo que tenían, en vez de centrarse en todo lo que habían perdido. Tenían que buscar bendiciones, activa y deliberadamente. Su acción de gracias no se basaba en circunstancias agradables, sino más bien en el entendimiento de que se debía dar gracias a Dios en la prosperidad y también en la adversidad. Su gratitud no fue una apariencia de «pensamiento positivo», sino una confianza firme y profunda en que Dios guiaba todas sus circunstancias, incluso cuando la vida era difícil.
Ver su vida bajo el prisma de la gratitud cambió su perspectiva. He descubierto que ver la vida desde el prisma de la gratitud puede cambiarlo todo. Vaneetha Rendall Risner [12]
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Debemos dar gracias por lo que sucede: si es algo bueno, porque es bueno; si es algo malo, porque produce en nosotros paciencia, humildad y desdén de este mundo. También nos da esperanza de un país eterno. C. S. Lewis
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En momentos felices, ALABA A DIOS. En momentos difíciles, BUSCA A DIOS. En momentos de quietud, ADORA A DIOS. En momentos de dolor, CONFÍA EN DIOS. En todo momento, DA GRACIAS A DIOS. Rick Warren
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La auténtica gratitud consiste en reconocer que lo que tienes ahora mismo es suficiente. Y si en este momento tengo suficiente, ¿por qué correr en busca de otra cosa, o preocuparme y enfadarme por algo que no está sucediendo ahora mismo? La cuestión es que ser agradecidos no es una costumbre que forme parte de nuestra naturaleza. Requiere práctica aprender a ver todo por lo que debemos estar agradecidos. Es algo que tenemos que aprender. Los pensamientos de agradecimiento producen una actitud agradecida.
El apóstol Pablo dijo: «He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación»[13]. Para mí, lo más sobresaliente de esta declaración, es que aprendió. Mejor dicho, no se despertó un día sintiéndose agradecido de tener hambre y frío, de ser perseguido y haber sufrido un naufragio o ser encarcelado. Quizás no siempre estuvo contento con su vida, pero a través de la experiencia aprendió que la bondad del Señor excedía con creces cualquiera de sus circunstancias físicas, y eso le permitió contentarse o estar agradecido sin importar dónde acabara.
Seré franca, no siempre reconozco esa clase de contentamiento. Con frecuencia pienso: «Bueno, cuando terminemos eso, entonces podré relajarme». O bien: «Estaré contenta cuando adelgace 5 kilos, termine este o aquel curso, organice esto o aquello, vea de nuevo a Fulano de tal». La lista no tiene fin.
Sin embargo, el verdadero agradecimiento es aprender a ver los regalos que Dios nos hace a diario y estar agradecidos por todo eso. Y que comprender Su bondad sea el fundamento de todos nuestros pensamientos. Mara Hodler
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¡Den gracias al Señor, porque Él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre. Salmo 118:1 (NTV)
Publicado en Áncora en noviembre de 2018.
[1] Salmo 30:1–12 (NVI).
[2] Salmo 28:6–7 (NVI).
[3] Job 1:21.
[4] 2 Corintios 2:14.
[5] Hebreos 12:28.
[6] 1 Pedro 1:6-7.
[7] Santiago 1:17.
[8] Efesios 1:3.
[9] Juan 10:10.
[10] https://www.gotquestions.org/Bible-thankfulness-gratitude.html.
[11] 2 Crónicas 20.
[12] Vaneetha Rendall Risner, The Scars That Have Shaped Me (Desiring God, 2017).
[13] Filipenses 4:11.
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