«Cuánto más»
Recopilación
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Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará buenos regalos a quienes le pidan. Mateo 7:11[1]
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Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante Su gran poder, que actúa en nosotros. Gloria a Él. Efesios 3:20-21[2]
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Nuestra debilidad e insensatez son visibles; la fuerza y sabiduría de Dios son invisibles. Nuestra necesidad está ante nuestros propios ojos. La provisión de Dios está oculta en lo secreto de Su presencia y solo puede ser comprendida por medio de la fe. […]
Recuerdo haber escuchado hablar de un cristiano que tenía un gran problema. Trató de solucionarlo de muchas formas, pero todo fue en vano. Al final, le dijo a un amigo con gran desesperación:
—Ahora, todo lo que puedo hacer es confiar en el Señor.
—¡Ay! —exclamó el amigo— …¿Será posible que la situación haya llegado a ese extremo?
Quizá no nos atrevamos… a pensar en emplear una expresión como esa. Sin embargo, si somos sinceros, creo que nos veremos obligados a confesar que a veces, muy en el fondo de nuestro corazón nos hemos sentido así, que nos ha parecido que es una situación muy grave llegar al extremo de que no quede nada más que confiar en el Señor. No obstante, si vamos a creer a nuestro Señor, «cuánto más» de Su gracia nos dará en abundancia para hacer frente a la peor emergencia que pueda sobrevenirnos.
El apóstol nos dice que Dios es capaz de «hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos»; y eso describe lo que significa «cuánto más»[3]. Podemos pensar en maravillas en el camino de la salvación —bendiciones espirituales que nos cambiarían la vida, y harían que todo el universo resplandeciera de alegría y triunfo— y podemos pedirlas. Sin embargo, ¿creemos de verdad que Dios es capaz y está dispuesto a hacer por nosotros «las cosas mucho más abundantemente» de lo que pedimos o entendemos? […]
En otro pasaje de las Escrituras se nos dice que «cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman»[4]. Si Dios ha preparado más para nosotros de lo que podemos imaginar, sin duda no podemos dudar de que obtendremos lo que sí entendemos, y en mayor medida. Hannah Whitall Smith[5]
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En la corte de Alejandro Magno se encontraba un filósofo muy capaz, pero con escaso dinero. Pidió ayuda económica a Alejandro y se le dijo que tomara lo que necesitara del tesoro imperial. Sin embargo, cuando el filósofo solicitó una cantidad equivalente a 50.000 dólares, el tesorero se la negó y añadió que necesitaba verificar que esa suma cuantiosa se había autorizado. Cuando se le preguntó a Alejandro, el gobernante respondió: «Entreguen ese dinero de inmediato. El filósofo me ha honrado de manera extraordinaria. Al pedir una suma tan grande revela que sabe cuál es mi riqueza y también que ha entendido mi generosidad».
Del mismo modo, honramos al Señor cuando nos presentamos ante Él con humildad y le pedimos grandes cosas.
¡Anímense y crean que recibirán maravillas! ¡Dios tiene reservadas soluciones estupendas! George Whitten[6]
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«Y si Dios así viste la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará Él mucho más por ustedes?» [7]
¿Han contemplado alguna vez una brizna de hierba? Hablo no solo de mirarla; ¿la han tomado y se han deleitado hasta que esa gran belleza quedó impresa para siempre en su alma? Por lo tanto, consideren… Si Dios se esmera tanto en la creación de una brizna de hierba, cuánto más hará para cada uno de Sus hijos. J. H. Jowett[8]
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Por lo general consideramos sobrenaturales o milagrosos los fenómenos que rebasan nuestro entendimiento; pero para Dios no lo son, porque Él se mueve en el ámbito espiritual, y ahí todo es natural para Él. Es lo mismo que decir que no hay nada imposible para Dios[9]. Muchas obras que Él hace exceden nuestra capacidad de comprensión y están por encima de lo que nosotros consideramos natural. Por eso cuando se producen nos parecen sobrenaturales. Pero como para Dios no hay nada imposible, ¡tampoco hay nada que sea sobrenatural para Él!
Dios puede hacer cosas que contravengan a las que nosotros consideramos Sus leyes naturales. Cuando alguien, por ejemplo, sana de una enfermedad incurable, decimos que se trata de un milagro, porque estamos viendo la prueba o manifestación de unas leyes de Dios que conectan el mundo espiritual con el físico, leyes que no conocemos bien. Para Dios, en cambio, ¡es muy simple! Sabe deshacer el daño causado por la dolencia y así producir lo que para nosotros es un milagro, es decir, un hecho sobrenatural que supera nuestra capacidad.
Dios es capaz de obrar milagros a favor nuestro, según Su voluntad, milagros de curación, de provisión, de protección o de lo que haga falta. Basta con que se los pidamos con fe e invoquemos las promesas de Su Palabra. No está en nosotros obrar esos milagros; pero sí podemos pedirle a Él que los haga y maravillarnos cada vez que se manifiesta Su poder. David Brandt Berg
Publicado en Áncora en septiembre de 2014. Leído por Andrés Nueva Vida. Traducción: Patricia Zapata N. y Antonia López.
[1] NTV.
[2] NTV.
[3] Efesios 3:20 RV 1960.
[4] 1 Corintios 2:9 RV 1995.
[5] http://www.ccel.org/ccel/smith_hw/comfort.IX.html
[6] http://www.worthydevotions.com/christian-devotional/are-you-in-great-need
[7] Mateo 6:30 NBLH.
[8] Texto adaptado de Brooks by the Traveler’s Way (London: H. R. Allenson, 1902).
[9] Lucas 1:37.
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