Cómo volver a encender
la pasión por un ministerio
Rick Warren
La pasión energiza la vida. Hace posible lo imposible. De hecho, si no tienes una pasión en la vida, un ministerio se hace aburrido, insípido, rutinario y monótono. Me animo a decir que si no tienes pasión en la vida, no estás vivo. Apenas existes. Dios nos creó para vivir una vida apasionada y servirlo a Él y a su gente con vigor. Con vitalidad, energía, entusiasmo. Quiere que incorporemos todo esto a nuestra vida.
En Juan 10 Jesús nos dice: Quiero que tengan vida, y la tengan en abundancia. Dios quiere que nuestra vida sea abundante, que nos sintamos realizados, lo cual es la base de un ministerio satisfactorio. Si eso es cierto, ese es el tipo de vida que Dios quiere que vivamos, la vida es para disfrutarla, no simplemente para soportarla. Lo triste es que miles de pastores y líderes cristianos están puramente soportando, aguantando el viaje, y con la esperanza de resistir hasta la muerte sin meter la pata demasiado.
El apóstol Pablo dijo en 1 Corintios 1:9: Dios, que los inició en esta aventura espiritual, comparte con nosotros la vida de Su Hijo y nuestro Maestro Jesús. Nunca los abandonará. Nunca se olviden de eso. La voluntad de Dios para ustedes es que vivan y se embarquen en una aventura espiritual. La vida que Dios tiene para ustedes no es rutinaria ni aburrida. Es una vida de aventuras. Helen Keller dijo una vez: «La vida es una aventura atrevida o nada». Siempre pienso que así debe ser nuestro ministerio: una aventura osada, o nada.
Quiero compartir con ustedes algunas formas de volver a encender la pasión por la vida y su misión.
Vuelve a descubrir y definir tu objetivo
La pasión y el objetivo van de la mano. Cuanto más persigues un objetivo, cuanto más sabes por qué vives, más apasionado eres, porque tener una razón para vivir genera pasión.
Así define la pasión Bren Hobbs:
Pasión es despertar en la mañana donde sea que estés y brincar de la cama porque sabes que te espera algo que te encanta, crees en ello y lo haces bien. Algo más grande que tú y que ansías hacer. Algo que prefieres hacer más que ninguna otra cosa. No lo dejarías por dinero porque es más importante para ti que el dinero.
Y Charles Spurgeon la define así:
Detener a los pastores es tan posible como detener las estrellas del cielo. Hacer que un ser que de veras ha sido llamado a ello deje de predicar es tan posible como detener una catarata bebiendo sus aguas con el vasito de un niño. Este ser ha sido movido por el cielo, ¿quién lo puede detener? Ha sido tocado por la mano de Dios, ¿quién puede impedir que haga lo que debe? Debe volar con alas de águila, ¿quién lo puede encadenar a la tierra? Si debe hablar con la voz de un ángel, ¿quién callará sus labios? ¿No es su voz como un fuego interno? ¿Debo dejar de hablar cuando Dios me pidió que lo haga? Y cuando un ser habla con inspiración divina, sentirá un gozo sagrado que se asemeja al cielo, y cuando termina lo quiere volver a hacer y quiere predicar nuevamente. No creo que quién predica una vez a la semana y siente que cumplió con su deber, es llamado de Dios. Si Dios llama a una persona, espera más o menos que cumpla su llamamiento prácticamente de forma constante, y sentirá que debe predicar a las naciones las inescrutables riquezas de Cristo.
¿Por qué vives? ¿Por qué diriges? Responder esas preguntas te moverá hacia adelante con pasión renovada.
Realinea tus actividades
Si trabajas demasiado, perderás la pasión. Todos necesitamos equilibrio entre el descanso y el trabajo, entre dar y recibir. La Biblia dice que la vida tiene un ritmo, que hay un tiempo para cada cosa, tiempo de trabajar y tiempo de descansar; tiempo de esforzarse y tiempo de divertirse. Si no te diviertes, terminarás agobiado. Si no descansas, terminarás agotado. Si lo único que haces es trabajar día y noche y eres adicto al trabajo, perderás la pasión rapidísimo.
Los pastores y los líderes de ministerios dan constantemente. Están siempre al servicio de los demás, compartiendo, preocupándose por el prójimo, siempre dando, pensando en los demás, siempre ofreciendo ayuda y nunca se ocupan de recargarse. Es terrible. Necesitas divertirte y descansar para mantener ardiente la pasión.
Nutre tu alma
Muchos pastores que conozco preparan y dan sermones maravillosamente, pero están tan ocupados y distraídos o desalentados que se están olvidando de pasar momentos a solas con Dios y Su Palabra que los apacienta y nutre sus almas. Romanos 12:11 en la Biblia ampliada dice: No dejes el entusiasmo y el esfuerzo sincero atrás; resplandece y arde con el Espíritu, sirviendo al Señor.
Muy básico. Lo enseñamos todo el tiempo a nuestros seguidores: tengan momentos de quietud a diario, lean la Biblia, oren y siéntense quietos para escuchar la voz de Dios. Él te ama y quiere pasar tiempo contigo, Su hijo. Nunca te olvides que como líder, pastor, supervisor del rebaño de Dios, aún eres hijo de Dios y tu Padre quiere escuchar de ti y hablarte. Apacentarás a otros mucho mejor si nutres tu alma primero. Luego puedes predicar y servir a otros de la abundancia de lo que Dios está haciendo en tu vida.
Comparte tu fe
Sí, predicas o enseñas semanalmente, o escribes pensamientos devocionales, o compartes la palabra de alguna manera los domingos. Pero tu pasión interna se renovará si compartes tu fe en Jesús personalmente con los demás, y casi nada encienda la pasión más rápido que una conversación que te lleva a hablar de Jesús.
Si quieres mantenerte fresco, mantener la vitalidad, seguir vivo en tu vida y ministerio, permíteme compartir un pequeño hábito a desarrollar. Salmo 96:2 dice: Cada día dile a alguien que Él salva. Así de sencillo. Háblale a alguien de Dios. Las personas más alegres y joviales que conozco siempre comparten el amor de Dios con otros.
Te pregunto algo importantísimo. ¿Cuándo fue la última vez que le hablaste a alguien de Jesús fuera de las paredes de la iglesia? ¿Cuánto hace que no lo cuentas a alguien lo que Dios hizo por ti? Si no compartes tu fe en lo personal, solo estás recibiendo y no estás dando. Te estancarás.
Debo recordarte que el punto de partida para volver a encender tu pasión es recordar lo que Dios piensa de ti. ¿Sabías que Dios está apasionado por ti? Está igual de apasionado por ti como Su hijo, que por el resto de los miembros de tu rebaño. La Biblia dice en Éxodos 34: Es un Dios apasionado por su relación contigo. ¿Sabías que Dios desea apasionadamente entablar una relación contigo? ¿Cómo lo sé? Mira a Jesús en la cruz. Jesús dijo que prefería morir a vivir sin ti.
Redefine tu objetivo, realinea tus actividades, nutre tu alma y comparte tu fe. Tu pasión se volverá a encender y Dios se valdrá de ti como nunca.
Artículo del Pastor Rick Warren de Saddleback Church en California,
extraído de http://pastors.com/re-ignite-passion-ministry.
Traducción: Rody Correa Ávila y Antonia López.
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