¡Aprovecha la oportunidad! ¡No lo postergues!
Recopilación
[Seize the Moment! Don’t Procrastinate!]
En tu labor, a menudo encontrarás momentos como el de Bartimeo. ¿A qué me refiero? Un momento en que Dios te da una oportunidad que parece que surgió de la nada.
En Marcos 10, una gran multitud seguía a Jesús cuando salía de Jericó. Un ciego que se llamaba Bartimeo pedía limosna sentado junto al camino. Cuando Bartimeo escuchó que Jesús estaba cerca, comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!» (Marcos 10:47.)
Cuando Bartimeo se levantó esa mañana, no tenía idea de que Jesucristo pasaría a su lado aquel día. Pensó que sería un día como cualquier otro: estaría en el mismo lugar, suplicaría que lo ayudaran como siempre, la misma situación. Sin embargo, de repente, Jesús estaba allí.
Bartimeo no tuvo tiempo para prepararse o pensar bien su reacción. Fue una oportunidad que cayó como llovida del cielo. Y decidió aprovechar el momento. No postergarlo ni dejarlo para más tarde. Lo haría, en ese momento.
Es también un excelente recordatorio para la misión: lo que vayas a hacer, hazlo ahora. No digas: «El próximo año empezaré una nueva labor» o «el mes que viene voy a apacentar a esa persona» o «mañana voy a dar prioridad a eso».
Es ahora o nunca. ¡Aprovecha el momento!
Todos los días tenemos oportunidades en la misión, pero no las aprovechamos. ¿Por qué? Porque dejamos las cosas para más tarde. La procrastinación es un fenómeno extraño. Crees que te hará la vida más fácil cuando en realidad es todo lo contrario. ¡Genera estrés!
Cuando sabes qué es lo correcto, hoy es el momento de hacerlo. No supongas que puedes esperar hasta mañana. La Biblia advierte repetidamente sobre suponer acerca del mañana. No tengo garantizado un mañana, y tú tampoco.
Jesús dijo: «No aplazar. No mirar atrás. No se puede dejar para mañana el reino de Dios. Aprovecha el día» (Lucas 9:62).
No hay garantía de que mañana tendrás una mejor oportunidad. No tienes garantía de que estarás con vida. Lo que vas a hacer, hazlo ahora.
¿Jesús te invita a intentar algo nuevo? No lo aplaces. Sigue el ejemplo de Bartimeo y aprovecha el momento. Rick Warren1
*
Por naturaleza soy una persona que se deja llevar por la inspiración del momento. Hace mucho que me molesta que sea tan dispersa para fijarme objetivos. Así que me puse a buscar un método eficaz para hacer todo lo que tengo en mi agenda. Me resulta muy fácil empezar por lo que me gusta o me atrae, pero lamentablemente esa estrategia suele llevarme a postergar otras cosas, y con frecuencia mis trabajos preferidos no son los más importantes o prioritarios. Y como lo importante no se resuelve por arte de magia, después me las veo negras para cumplir con todo.
Algo tenía que cambiar. Una mañana, durante mi rato de lectura devocional, le pedí específicamente a Dios que me ayudara a gestionar mejor mi tiempo.
Unos días después estaba curioseando en unos puestos de un mercado de pulgas cuando me llamó la atención un libro. Su curioso título, No se puede enviar a un pato a la escuela de águilas, se asomaba por entre una pila de polvorientos libros usados dispuestos apretadamente en una caja de cartón. Tomándolo lo abrí y me topé con una frase de Mark Twain: «Cómete una rana viva cada mañana: nada peor te ocurrirá ese día».
El artículo correspondiente explicaba la idea básica de embarcarse primero en las tareas más intimidantes —que comparaba con el acto de comerse una rana— antes de dedicarse a las más placenteras. Si bien contenía muchas otras anécdotas interesantes sobre alcanzar nuestras metas, esa metáfora se me quedó grabada. Me di cuenta de que bien podía ser la respuesta a mi oración para encontrar una estrategia que me sirviera.
Debido a que he sufrido de graves problemas de espalda desde que tenía diez años, todos los días es indispensable que haga ejercicios y elongaciones para poder funcionar bien. Sin embargo, con los años esa gimnasia se ha convertido en una pesadez que a veces detesto. Tachar de la lista esa actividad iba a ser, sin duda, mi primera rana del día.
Al principio me resultó extraño identificar esta y otras ranas. No obstante, esta sencilla táctica ha contribuido a mejorar mis hábitos de trabajo y me ha ayudado a resistir la tendencia a postergar las cosas. Hasta en los días en que no tengo tiempo de poner por escrito lo que debo hacer me acuerdo de comenzar por buscar una rana que requiera prioritariamente mi atención. Iris Richard
*
El principio de prioridad dice así: a) debes distinguir lo urgente de lo importante, y b) debes hacer primero lo importante. Steven Pressfield
*
No esperes. Jamás llegará el momento idóneo. Napoleon Hill
*
Esperar hasta sentirnos valientes es otra forma de dar largas a un asunto. ¡Las personas más exitosas actúan mientras tienen miedo! Anónimo
*
La inactividad genera duda y temor. La acción engendra confianza y valor. Si quieres vencer el temor, no te quedes sentado en casa pensando en el tema. Sal y ponte a trabajar. Dale Carnegie
*
Suele resultarme difícil encontrar tiempo para orar. Si bien mi mujer y yo rezamos juntos todas las mañanas y antes de acostarnos, muchas veces desaprovecho las oportunidades que tengo de hablar un rato con Jesús a lo largo del día, sobre todo cuando surgen situaciones inesperadas. Sé que necesito orar, pero me resulta difícil, me cuesta un mundo apartar tiempo para la oración.
Por lo menos así era hasta que leí la regla de los 2 minutos2. Funciona de la siguiente manera:
La mayoría de las tareas que postergamos en realidad no son difíciles; son totalmente factibles, pero por algún motivo evitamos iniciarlas, más que nada por eso de que «no tenemos tiempo».
La regla de los 2 minutos nos permite superar la indecisión y nos da el envión para actuar. Consta de 2 partes:
1ª parte: Si toma menos de dos minutos, hazlo ya.
Son muchas las cosas que postergamos cuando podríamos realizarlas en menos de dos minutos. Por ejemplo, lavar la vajilla apenas terminamos de comer, meter la ropa en la lavadora, sacar la basura, ordenar la habitación, enviar un correo electrónico, y muchas más.
La regla dice, pues, que hagas enseguida lo que te vaya a tomar menos de dos minutos. ¿Se aplica eso a la oración? ¡Claro que sí!
2ª parte: Cuando estés empezando a adquirir un nuevo hábito, este no debería tomarte más de dos minutos.
¿Es factible alcanzar todos nuestros objetivos en menos de dos minutos? Claro que no, pero en dos minutos puedes acercarte a tu objetivo, sea cual sea.
¿Cómo me ayuda esto a orar más? En lugar de esperar a disponer de una porción grande de tiempo para orar, procuro hacer oraciones breves a lo largo del día, en cuanto se presenta la necesidad si es posible. Aunque las oraciones largas y fervientes son estupendas y muy necesarias, las oraciones breves, inmediatas, son un buen punto de partida.
La Biblia promete que Jesús siempre me escucha, así que actúo sobre la base de esa verdad (1 Juan 5:14,15). Y ¿sabes qué? Estoy adquiriendo este nuevo hábito de orar. Chris Mizrany
*
La procrastinación es aplazar, postergar algo que se debe hacer. […] Un remedio para la procrastinación es más diligencia, independientemente de la tarea. El cristiano debería estar sumamente motivado a ser diligente en su labor, ya que en última instancia sirve al Señor. «Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo» (Colosenses 3:23). [...]
La Biblia dice que en el caso de algunas cosas, no deberíamos aplazarlas. Jesús enseñó que reconciliarse con un hermano ofendido debería hacerse de inmediato al recordar la situación. También dijo que llegáramos a un acuerdo con nuestros adversarios «lo más pronto posible» (Mateo 5:23–25). […]
Cuando se trata de llevar el evangelio a los perdidos, los cristianos no deben aplazarlo. No hay tiempo que perder. Jesús comparó la labor de evangelización a un hombre que invita a un gran banquete. Al enviar al sirviente con las invitaciones, dijo: «Sal de prisa por las plazas y los callejones del pueblo y trae acá a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos» (Lucas 14:21). En esa invitación, las cualidades más destacadas son su apertura (todos estaban invitados) y su urgencia (el llamado a la fiesta debe hacerse rápidamente).
La vida es breve. No sabemos lo que ocurrirá mañana (Santiago 4:13,14). […] Así pues, en cuanto a nuestra vida espiritual, no nos atrevemos a procrastinar. […] Y ya que nuestro servicio a Dios nos motiva en todo lo que hacemos, no tenemos razón para procrastinar GotQuestions.org3
Publicado en Áncora en agosto de 2025.
1 Rick Warren, Monday Encouragement, Pastors.com, https://cf.pastors.com/monday-encouragement-203a.
2 David Allen, Organízate con eficacia (Empresa activa).
3 What does the Bible say about procrastination? GotQuestions.org, https://www.gotquestions.org/procrastination-Bible.html