Ánimo para el año nuevo
Palabras de Jesús
El nuevo año está ante ustedes, como las páginas en blanco de un libro por escribir. He adoptado disposiciones para ustedes relativas al año próximo. Les he dado el santo ungimiento de Mi Espíritu y poder de lo alto. Les he dado los dones de Mi Espíritu. Les he dado un vínculo directo con el Dios del universo.
Les he dado todo lo que necesitan no solo para este año, sino para todos los demás que les aguardan. Su parte es aceptar y nunca soltar los valiosos tesoros que han recibido por medio de su fe. Sin importar las dificultades que haya por delante, recuerden que nunca pueden perder su lugar en Mi corazón ni en Mi reino.
Cada uno de Mis hijos es llamado a continuar entregando a los demás Mi mensaje de verdad y salvación. Cada uno es llamado a tender la mano a los perdidos y a los que andan a tientas en la oscuridad, incluso a los que no se dan cuenta de que andan en la oscuridad, y que creen que ven el camino por el que van.
Empiecen el nuevo año con fe y continúen haciendo su parte para llevar a cabo la importante misión que les he encomendado. Ustedes son Mis embajadores en la Tierra (2 Corintios 5:20). Muchas personas están sin esperanza, sin fe, verdad y luz, y necesitan de su ayuda para que me encuentren en esta era de gracia. ¿Darán lo que recibieron gratuitamente? ¿Darán a otros la oportunidad que se les ofreció a ustedes? A cada uno de ellos los amo muchísimo, con gran ternura. ¿Sienten Mi amor por ellos y Mi anhelo por su redención? Sean Mis manos y boca para entregar Mi verdad y salvación.
Los he escogido y llamado, y los haré fieles. No los dejo huérfanos, ni los dejaré solos para que libren las batallas con sus propias fuerzas ni sus propios recursos. Estoy con ustedes, y Mi Espíritu les dará el ungimiento y todo lo que necesiten para el año próximo.
No hay razón para temer el futuro. Solo hay motivos para regocijarse a medida que ponen su confianza en Mí. Reposen en Mí y confíen en Mí. Dependan de Mí y vuélvanse a Mí a cada oportunidad. Cuando empiecen a sentirse cansados o abrumados, o les parezca que es demasiado, vengan a Mí y entréguenme sus cargas (Mateo 11:28,29).
Nada que enfrenten será demasiado para Mí. Siempre estoy con ustedes, y Mi poder se perfecciona en su debilidad (2 Corintios 12:9). Cuando llegue el momento de que Yo los reciba en su hogar eterno, se llenarán de alegría para siempre.
Recibir el nuevo año con esperanza
Bienvenidos a un nuevo año: un nuevo año de esperanza, amor y alegría. Es posible que se vean a sí mismos como incapaces e incompetentes para los desafíos que tienen por delante. Tal vez vean los errores que saben que inevitablemente van a cometer, pero Yo no veo nada de eso.
Yo veo su corazón y espíritu, y el gran amor que tienen por Mí. Valió la pena morir por ustedes. Nunca piensen que son demasiado malos para Mí. Nunca crean que los he abandonado, porque nunca será así. Los amo en gran medida.
Vengan a Mí y entréguenme todas sus preocupaciones. Cuando vengan a Mí sobre las alas de la oración, pueden dejar todo lo que abruma su corazón. Toda prueba, toda dificultad que han enfrentado, pueden colocarla en Mis manos. Por medio de la fe, irán de poder en poder. Levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán (Isaías 40:31).
Al recibir el nuevo año, quiero darles Mi agradecimiento por las últimas décadas que han dedicado a llevar el mensaje a Mis preciosas ovejas. Sé que les ha costado mucho. A diario han entregado su vida. Han renunciado a todo para darme el primer lugar a Mí y a Mi reino. Han trabajado a fin de llevar el evangelio para transformar su parte del mundo.
Elegidos y seleccionados con detenimiento
Los he elegido, llamado y buscado. Han sido seleccionados con detenimiento por Mí. Conozco todos sus defectos y fallos; sin embargo, también conozco su fidelidad y su deseo de recibir Mi Espíritu y permitirme obrar a través de ustedes. Así pues, reciban el nuevo año con alegría y alabanza en los labios, con una canción en el corazón y paso seguro y firme. Recuerden siempre que estoy con ustedes y los amo, que nunca los dejaré, nunca los abandonaré. Me pertenecen eternamente.
Les doy los dones de Mi Espíritu de modo que lleven Mi luz, que Yo sea ensalzado y que otros me conozcan a Mí y Mi poder para salvar y conceder vida eterna. Les he dado el don de la fe, que confía en Mí y se apoya en Mi Palabra diciendo: «Escrito está». Les he dado el don de la sabiduría, la capacidad de emplear con prudencia y discernimiento el conocimiento que han adquirido a lo largo de los años. También les he dado el don de discernimiento de espíritus, para buscar a Mis hijos perdidos.
Los dones de Mi Espíritu son para Mi gloria y para cumplir Mis propósitos. Todos les son concedidos por el Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación (Santiago 1:17). Su Padre celestial no vacila en Su bondad, Su generosidad, Su amor, Su misericordia y Su cuidado de ustedes. Permanezcan fieles a su amor por Mí, su testificación, su pasión por la verdad y su preocupación por los demás. Que su luz continúe brillando con intensidad, sin importar lo oscuros que se vuelvan los tiempos en el mundo. Estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
Iluminar el mundo
Mis hijos son llamados a brillar como una ciudad asentada sobre un monte cuya luz no se puede esconder (Mateo 5:14). Esa ciudad relucirá, pues es la urbe en la que Yo habito, construida con piedras vivas. Un día el mundo se asombrará cuando Mi gloria y poder se manifiesten en todo su esplendor.
Algún día el mundo me verá en Mi gloria, y los cielos se iluminarán con Mi luz y poder. Los fuegos de artificio que iluminan lo cielos del mundo en Año Nuevo son una torpe imitación de los fuegos artificiales del Cielo. Mi luz seguirá brillando en los días venideros, pues sigo derramando Mi fuerza y poder, haciendo que Mi rostro resplandezca para iluminar el mundo hasta Mi regreso.
Que estas palabras los alienten. Aunque pueden maravillarse al ver los fuegos artificiales producidos por el hombre, no se comparan con la gloria y luz con la que ilumino el mundo por medio de Mis hijos. Cualquier despliegue de fuerza que el hombre pueda lograr es mínimo en comparación con Mi gloria y esplendor. Aunque las luces brillen en esos espectáculos, es solo por un momento y luego desaparecen en el aire. En cambio, Mi luz celestial y poder son verdaderos y eternos.
Algún día, cuando regrese, iluminaré los cielos y todo el mundo verá Mi poder y se asombrará. Ojo no vio ni oído oyó, ni ha surgido en el corazón del hombre lo que les tengo preparado por su amor a Mí (1 Corintios 2:9).
¡Regocíjense por lo que ha de venir! Regocíjense por las victorias que se obtendrán y la fe que manifestarán en el año que comienza. Este es un momento de regocijarse, de iniciar con valor este nuevo año. Es el momento de entrar en el futuro: el futuro que he dispuesto para ustedes, el que los acerca cada vez más a la eternidad en Mi reino.
Publicado por primera vez en enero de 2000. Texto adaptado y publicado de nuevo en enero de 2023.
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