Amar como Jesús
Recopilación
Mira con atención cómo nos amó Cristo. Su amor no fue cauto sino exagerado. No amó a fin de recibir algo de nosotros, sino para entregarse completamente a nosotros. Ama de esa manera. Efesios 5:2[1]
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He estado en una larga búsqueda para saber cómo el modelo ideal de amor podría transmitirse a mi vida imperfecta. Y esto es lo que he aprendido: Amar como Jesús es más asequible de lo que te puedes imaginar. Sus enseñanzas y ejemplo revelan por lo menos cinco cualidades prácticas y claras de Su amor:
Si quieres amar como Jesús, tienes que…
- ser más atento, menos distante;
- ser más accesible, menos excluyente;
- manifestar más gracia y ser menos sentencioso;
- ser más audaz, menos temeroso;
- ser más abnegado, menos egocéntrico.
¿Esta es una lista completa de cómo amó Jesús? Claro que no. Pero es una manera terrenal de responder a ese ideal de amor del Cielo. […]
Acerca de ir mejorando al amar como Jesús, soy optimista. ¿Por qué? Porque ese amor no es ilusorio. No son castillos en el aire. No es algo inalcanzable ni que quede relegado a los santos intocables. Es real. Jesús nos da pasos prácticos para amar de forma extraordinaria. Nos llama a encarnar esas cinco cualidades. ¿Son difíciles? Por supuesto. Pero no se trata de algo infranqueable. ¿Tú y yo fallaremos al vivirlo día a día? Sin duda. Pero no te desanimes. Pues en nuestros intentos fallidos aprendemos a recorrer mejor el camino más excelente. Les Parrott[2]
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El amor es como un río. Hay días de abundancia en que fluye caudalosamente; en otros, corre apenas como un hilo, y vemos el agua rebotar en las piedras del fondo. Pero aun cuando el amor merma y pierde su fuerza hasta casi secarse sobre el lecho cenagoso, luego vuelve a fluir.
Nos viene a la memoria cómo amó Jesús, cómo perdonó, como tendió los brazos para expresar Su compasión. Al adoptarlo a Él como fuente de amor, podemos reabastecer nuestro cauce. La vida cobra una nueva dimensión en Jesucristo. Él es la máxima autoridad en materia de amor. Jesús ama cuando cuesta hacerlo, cuando el amor es rechazado, cuando tiene escaso sentido. Ama cuando los demás se dan por vencidos. Ama aun cuando se portan mal, cuando actúan con frialdad. Ama aun a los indignos.
Y cuando el amor parece haberse secado, acudimos a Jesús y reaprendemos lo que es amar. Anónimo
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Un grupo de empresarios llegaba tarde para abordar el avión y caminaban con prisa por el aeropuerto. Entonces, chocaron contra una niña ciega que vendía manzanas a los pasajeros que esperaban su vuelo. Llegaron a la puerta de embarque justo a tiempo. Se dirigían a la entrada del avión cuando uno de ellos, un cristiano, se sintió muy mal por lo que le habían hecho a la niña ciega.
Les dijo a sus amigos que se fueran y que él se iría en el siguiente vuelo porque tenía que volver a ver cómo estaba la niña. Los otros empresarios protestaron, pero el cristiano se había perturbado mucho al ver el egoísmo de ellos y no podía pensar en irse sin por lo menos ofrecer ayuda.
Cuando volvió a la terminal, vio que la niña angustiosamente trataba de reunir las manzanas que se habían caído. El joven empresario cristiano se arrodilló, le pidió disculpas a la niña y le dijo que la ayudaría a recoger las manzanas.
Cuando terminaron de recoger toda la fruta, sacó su billetera y pagó las manzanas que se habían magullado. Volvió a pedir disculpas a la niña. Cuando ya se iba, la niña preguntó algo que él nunca olvidó: «Señor, ¿es usted Jesús?» Narrado por Jim Fryer
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En Juan 13:34 (NVI) Jesús enseñó: «Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como Yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros». Luego añadió: «De este modo todos sabrán que son Mis discípulos, si se aman los unos a los otros»[3]. ¿Cómo lo hacemos? ¿Qué significa amarse los unos a los otros?
En esos versículos, «los unos a los otros» es una referencia a los creyentes como nosotros. Un signo distintivo de ser seguidor de Jesús es tener un amor profundo y sincero por los hermanos en Cristo. En otro pasaje, el apóstol Juan nos recuerda este hecho: «Él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano»[4].
Al dar ese mandamiento, Jesús hizo algo que el mundo no había visto antes; creó un grupo identificado por una cosa: el amor. En el mundo hay muchos grupos que se identifican a sí mismos de diferentes maneras: entre otras cosas, por el color de la piel, por el uniforme, por un interés común y por la universidad. Un grupo tiene tatuajes y piercings; otro grupo se abstiene de comer carne; en otro grupo las personas se ponen gorros de fieltro al estilo fez; son infinitas las formas en que las personas se clasifican a sí mismas. Sin embargo, la iglesia es única. Por primera y única vez en la Historia, Jesús creó un grupo cuyo factor de identificación es el amor. No importa el color de la piel, ni cuál sea la lengua materna. No hay reglas sobre la alimentación, los uniformes, ni es un requisito ponerse sombreros graciosos. Los seguidores de Cristo se identifican por su amor mutuo.
La iglesia primitiva manifestó la clase de amor de la que Jesús hablaba. En Jerusalén había personas de todo el mundo conocido[5]. Los salvos se reunieron y de inmediato comenzaron a satisfacer las necesidades de cada uno: «Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común: vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno»[6]. Ese fue el amor en acción. Y puedes estar seguro de que aquello causó impacto entre los habitantes de esa ciudad.
En Juan 13:34-35, las declaraciones de Jesús plantean dos preguntas que sería bueno responder. La primera es ¿cómo ama Jesús? Ama incondicionalmente[7], abnegadamente[8], con perdón[9], y eternamente[10]. Al mismo tiempo, el amor de Jesús es santo —caracterizado por una pureza moral trascendente— porque Él es santo[11]. La culminación del asombroso amor de Cristo por nosotros es Su muerte en la cruz, Su sepultura y resurrección corporal[12]. A los creyentes se nos pide que nos amemos así unos a otros.
La segunda pregunta, entonces, es: ¿cómo puede amar el creyente en Cristo como Él amó? El Espíritu Santo vive en el interior del creyente en Cristo[13]. Al obedecer al Espíritu Santo por medio de la Palabra de Dios, el creyente puede amar como Cristo ama. Demuestra a otros creyentes ese amor incondicional, sacrificado, que perdona. Pero no se detiene ahí. También demuestra el amor de Cristo a sus amigos, familiares, compañeros de trabajo, entre otros[14]. Hasta los enemigos reciben el amor de Cristo[15].
El amor de Cristo que se manifiesta por medio del creyente no es como el «amor» generado por la carne, el que puede ser egoísta, egotista, despiadado e insincero. Primera a los Corintios 13:4-8 da una estupenda descripción de cómo será el amor de Cristo en el creyente y por medio de él cuando deja que el Espíritu Santo lo guíe.
Las personas no aman de manera natural con la clase de amor de 1 Corintios 13. A fin de amar así, debe haber un cambio de parecer. Una persona debe darse cuenta de que es pecadora delante de Dios y entender que Cristo murió en la cruz y resucitó para ofrecerle perdón. Seguidamente, debe aceptar a Cristo como su Salvador personal. En ese momento, Cristo perdona a esa persona y esta recibe el regalo de la vida eterna que viene de parte de Dios; de hecho, llega a ser partícipe de la naturaleza divina[16]. En Cristo, sabe que Dios la ama de verdad. La nueva vida que el creyente recibe, incluye una nueva capacidad de amar como Cristo ama, pues entonces en el creyente vive el amor de Dios que es incondicional, sacrificado, indulgente, eterno y santo[17].
Amarnos unos a otros, es amar a los otros creyentes como Cristo nos ama. Los que aman como Cristo por medio del poder del Espíritu Santo, aportarán pruebas de que son discípulos o alumnos de Jesucristo. Tomado de gotquestions.org[18]
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¿Me has decepcionado alguna vez? ¿No has cumplido Mis expectativas en alguna ocasión? ¿Alguna vez has fracasado? Sí. Pero ¿acaso no has crecido también a raíz de los fracasos, no has aprendido a levantarte después de cada caída y no ha aumentado el amor que me profesas a consecuencia de las veces en que me decepcionaste y me fallaste? En ese caso, considero que has triunfado y que de aquí en adelante te aguardan muchos más éxitos.
Esfuérzate por confortar a los demás así como Yo te he confortado; perdónalos como Yo siempre te he perdonado; motívalos a seguir adelante tal como Yo te he motivado a ti; aliéntalos de la forma en que Yo te he alentado; inspíralos con la inspiración que Yo te he infundido; consuélalos con el consuelo que has recibido de Mí; cree en ellos como Yo he creído en ti; ámalos como Yo te he amado.
Recuérdales a tus seres queridos que pueden ser fuertes por fe, aun cuando no se sientan fuertes. Que con Mi ayuda pueden salir adelante aunque estén exhaustos. Que pueden superarse aunque piensen que ya han perdido. Que pueden volver a intentarlo aun cuando hayan fracasado. Que pueden amar aun cuando tengan el corazón destrozado. Que pueden sonreír y hasta reírse entre las lágrimas. Que pueden triunfar aunque las circunstancias sean desfavorables. Hazles saber que crees en ellos, tal como Yo creo en ti. Jesús, hablando en profecía
Publicado en Áncora en agosto de 2019.
[1] Traducción de la versión The Message.
[2] https://proverbs31.org/read/devotions/full-post/2018/08/27/love-like-that.
[3] Versículo 35.
[4] 1 Juan 4:21.
[5] Hechos 2:9-11.
[6] Hechos 2:44-45.
[7] Romanos 5:8.
[8] 2 Corintios 5:21.
[9] Efesios 4:32.
[10] Romanos 8:38-93.
[11] Hebreos 7:26.
[12] 1 Juan 4:9-10.
[13] 1 Corintios 6:19-20.
[14] Efesios 5:18-6:4; Gálatas 5:16, 22–23.
[15] V. Mateo 5:43-48.
[16] 2 Pedro 1:4.
[17] Romanos 5:5.
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