Afirmaciones positivas para combatir la actitud negativa
María Fontaine
En el presente artículo, publico algunas afirmaciones que edifican la fe, inspiradas por el Señor. Oro que nos infundan fe cuando combatimos el pesimismo. Hay bastante variedad en dichas afirmaciones. Y si no encuentran ninguna que se ajuste a su situación, esperamos que esas frases sirvan de muestra y los ayuden a dar con otras que expresen lo que sienten y las batallas que enfrentan.
* Aunque no me sienta capaz, me propongo hacer lo mejor que pueda. El Señor me ha creado, así que será Él quien lo haga a través de mí. Considero que la fe consiste en hacer, no en sentir, así que me voy a esforzar al máximo por fe, me sienta como me sienta.
* Hoy cometí un error, pero me he propuesto aprender de ello y madurar. No voy a permitir que el desaliento y la condenación me lleven hacia abajo debido a ese error. En cambio, prefiero alabarte, Jesús, por ese error, pues por haberlo cometido puedo sacar enseñanzas más importantes de humildad. Y ahora voy a levantarme y volver a intentar.
* Claro que estoy haciendo progresos, porque hoy decidí seguir luchando. Hoy me negué a desistir.
* ¿Y qué importa que no sea una persona perfecta? Estoy luchando por cambiar y por madurar. Mientras siga a Jesús y lo que Él me revele por medio de Su Palabra, tengo la certeza de que hago progresos y me estoy convirtiendo en la persona que el Señor quiere que sea.
* Hoy voy a alabar a Jesús me sienta como me sienta. No me importa si tengo agotamiento, preocupación, ansiedad o abatimiento debida a muchas nimiedades. Hoy quiero estar feliz, alegre, optimista y rebosar de alabanza. Así que voy a llenarme la cabeza de cosas buenas, de pensamientos positivos y palabras de alabanza. ¡Gracias, Jesús, por este día dedicado a la alabanza!
* Aunque me parezca que soy un desastre, aunque hasta sea cierto que lo soy, Jesús prometió que siempre me daría fuerzas. Invoco esas fuerzas para hoy.
* Me niego a pensar de mí de manera negativa. Voy a mirar a mi alrededor, a los demás, a otras necesidades o situaciones, a las almas perdidas que necesitan con urgencia a Jesús. Hoy voy a hacer algo positivo por alguien con quien tenga contacto. Hoy voy a hacer algo para alegrarle el día.
* Jesús me eligió. Jesús me compró. Pagó el precio más alto que se podía pagar por mí, y lo valgo. Se me compró por el precio de la sangre de Jesús; eso demuestra cuánto me valora. Me aprecia mucho, y voy a vivir este día de tal manera que se sienta orgulloso de lo que adquirió.
* No voy a envidiar a otros. Jesús no me retendrá ningún bien[1], así que si hay algo que me gustaría tener y no es posible que lo tenga, puedo tener la certeza de que no me convendría tenerlo.
* Aunque no sea el mejor en lo que hago, puedo poner todo mi empeño en cuanto haga. Y voy a hacer lo mejor que pueda, independientemente de lo que piense de mí o de mis talentos. Aunque no tenga talentos en ciertos campos, si el Señor me pide algo, me ayudará a realizarlo.
* Me parezca lo que me parezca, tengo belleza. Soy una criatura de Dios, y Él nunca se equivoca. Tengo belleza porque me hizo Él. Me alegraré cualquiera que sea mi situación. Sentiré gratitud por la forma en que me hizo. Estaré feliz con la forma en que me concibió. Quiero que sepa que a pesar de todo lo amo y lo voy a alabar sin cesar.
* Estoy haciendo progresos espirituales. Cada día Jesús me lleva un paso más adelante. Él no me compara con nadie. Y yo tampoco debería hacerlo. Me contentaré con la forma en que me hizo, con las experiencias que me confió y la profundidad y madurez espiritual que me dio. Seguiré sirviéndolo lo mejor que pueda piense lo que piense de mi progreso espiritual.
* El Señor me hizo singular; me dio unas aptitudes únicas, una mente única y una personalidad y estilo particulares que puedo aportar a este mundo. Le demostraré a Jesús que estoy feliz con la forma en que me creó, y demuestro que estoy feliz de ser creación Suya viviendo a plenitud, con optimismo y contentamiento la vida que me dio.
*
El corazón tranquilo da vida al cuerpo. Proverbios 14:30[2]
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Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 1 Timoteo 6:6-7[3]
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Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser Su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de Sus beneficios. Salmos 103:1-2[4]
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¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos! Isaías 26:3[5]
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Deléitate en el Señor, y Él te concederá los deseos de tu corazón. Entrega al Señor todo lo que haces; confía en Él, y Él te ayudará. Salmo 37:4-5[6]
Artículo publicado por primera vez en abril de 2006. Texto adaptado y publicado de nuevo en marzo de 2014. Traducción: Patricia Zapata N. y Antonia López.
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