Acojamos el año nuevo
Palabras de Jesús
Te abro una puerta al comienzo de un nuevo año. Al trasponer esa puerta te daré la fe y el ungimiento para el año que tienes por delante a fin de que andes en Mi voluntad y conforme al plan que tengo para ti. A media que acudas a Mí con fe, con confianza, escuchando Mi voz que te habla al corazón, seguiré guiándote en tu servicio a Mí y a otros.
Un año llega a su fin y a medida que empieces este nuevo año, puedes esperar cambios y nuevos desafíos. Sin embargo, Yo sigo siendo el mismo de siempre. Yo no cambio. Mi amor seguirá contigo, no te dejaré ni por un momento, ni por un segundo. Nunca me apartaré de ti. A medida que empieces este nuevo año, estaré cerca de ti.
Recibe el amor que deseo darte, a fin de que puedas derramar Mi amor sobre los demás. Recibe la sabiduría de Mi Espíritu, a fin de que tus decisiones sean prudentes e inspiradas por Mí. En el año entrante, permanece cerca de Mí.
Mi presencia te alumbrará en medio de las tinieblas y te protegerá en momentos de dificultad, y te permitirá dar un testimonio a otros. Confía en Mí, en que nunca te dejaré ni te desampararé. Te acompañaré a cada paso del camino. Puedes apoyarte en Mí y encontrar así las fuerzas y las garantías que necesitas para seguir adelante.
Si me pones primero a Mí y a Mi Reino en tu vida, prometo proveer para tus necesidades. Lánzate con fe a este nuevo año que comienza, y confía en que estaré contigo a cada paso del camino. Te amo y me perteneces para siempre.
Año de crecimiento
Sigue acudiendo a Mí y encomiéndamelo todo a Mí. Escucha lo que te quiero decir y hazme preguntas profundas que escudriñan el alma, como por ejemplo: «¿Hay alguna otra cosa que me quieras indicar o enseñar? ¿Qué más puedo hacer por Ti? ¿Qué más puedo hacer por los demás? ¿Cómo puedo entregar la vida por Ti y por el prójimo?
Encomiéndame todos tus caminos y confía en que te ayudaré (Salmo 37:5). Apóyate en Mí y descansa en Mí. Ten fe, cree que Mi Palabra es verdad. No te preocupes de cómo te irá en el año próximo. No dejes de concentrarte en buscarme primeramente a Mí y Mi reino y encontrarás las fuerzas y el valor que necesitas. En tu debilidad puedo manifestar Mi fuerza.
Este año que termina te he llevado a través de muchas cosas. Antes tenías una idea muy arraigada de cómo deberían ser las cosas, de lo que querías, lo que te parecía mejor y cómo serías más feliz. Sin embargo, el tiempo, los quebrantamientos y las depuraciones te han convencido de la sencilla verdad de que Yo sé lo que hago y que Mis planes para tu vida son para tu bien supremo.
Has llegado a ver la vida como la gran experiencia de aprendizaje que es en realidad, y has comprendido cuánto tienes todavía por delante y cuánto camino te queda por recorrer. Ten siempre esa actitud, y resiste la tendencia a la autocomplacencia, a pensar que ya tienes lo que quieres o necesitas, a sentirte a gusto con la situación. Conténtate con lo que tienes, pero aspira siempre a crecer en fe.
Sigue estudiando maneras de ayudar a los demás y ser una bendición para ellos. Tiéndeles la mano. Apoya a los que pasan dificultades. Da una mano a quien necesite ayuda.
Por buen camino
Sé que a veces te sientes insignificante, muy poca cosa, que crees que no se te necesita. Pero yo no te veo de esa manera. Escogiste el camino de Mi voluntad. Y aunque en este momento te parezca oscuro, más adelante la senda se volverá cada vez más clara hasta que el día sea perfecto (Proverbios 4:18).
Lo más importante es que recuerdes que vas por el buen camino que lleva a la vida eterna. No solo has hallado el camino correcto, sino que has estado dispuesto a recorrer esa senda, y a continuar siguiéndome.
He permitido que se ciernan transitoriamente las tinieblas sobre tu camino, esta temporada de pruebas, por una buena razón. Sé exactamente dónde estás en la senda de Mi voluntad y sé que llevará a la luz radiante de la paz, la confianza y la fe. Las pruebas y batallas tienen un motivo y redundarán en tu bien y producirán los buenos frutos de Mi Espíritu conforme me permitas obrar en tu vida.
Sé que no es un proceso fácil, pero si te animas a soportar esto por una temporada apegándote a Mí, recogerás los bellos frutos de tener una relación más estrecha conmigo. Mi Palabra es firme, verdadera e infalible. Todo lo que he prometido en Mi Palabra se cumplirá.
Recuerda que no hay testimonio sin prueba ni triunfo sin batalla. Es decir, que para obtener la victoria debes estar dispuesto a aguantar las pruebas y las batallas. Pero hasta el más mínimo sacrificio vale la pena. Vale la pena combatir. Mientras perseveras y avanzas, irás de poder en poder.
Este tramo sombrío de camino conduce a la victoria, y te ayudaré paso a paso. Siempre estoy contigo, a tu lado, diciéndote al oído palabras de consuelo y orientación. Soy tu fuente de fortaleza, y no dejaré de ayudarte en estos momentos difíciles.
Confía en Mi amor por ti. Confía en que nunca te dejaré sin amparo. Es posible que sufras penalidades, como las muchas que sufrieron Mis primeros discípulos, de los cuales el mundo no era digno (Hebreos 11:37-38). Pero recibirás una recompensa en Mi Reino. ¡Entonces comprenderás que valió la pena! Me verás venir triunfante, en gloria y majestad. Entonces te darás cuenta de que estas batallas terrenas eran fugaces, un momento al lado de la eternidad, un grano de arena en la inmensidad de la playa.
Hay mucho que esperar con ilusión. Habrá momentos de tribulación. Pero ¡no son sino el trampolín hacia el estupendo futuro que he preparado para todos los que me aman!
Fe para el futuro
Hasta este momento me he ocupado de todos los detalles de tu vida, y puedes tener la seguridad de que seguiré haciéndolo. Todavía tendrás que tener fe. Será necesario que te lances por fe a hacer lo que te tengo reservado. Tendrás que buscarme y acudir a Mí para saber qué pasos dar y cuándo. Te conduciré fielmente. Te guiaré en tanto que no dejes de poner los ojos en Mí.
No temas el futuro. Mi amor y Mi Espíritu pueden eliminar y eliminarán todo temor a medida que confíes en Mí. Recuerda que siempre estoy contigo, hasta el fin del mundo, y después. No te dejaré ni te desampararé jamás. En ningún momento debes temer, pues nunca te dejaré sin Mi Espíritu y Mi presencia.
Mi amor por ti perdura por la eternidad. A medida que te acerques a Mí, sabrás que trazo los planes para cada aspecto de tu vida, y que en Mi plan para ti no me he equivocado. Te he guardado durante tu vida, y no te voy a abandonar ahora.
No temas, pues me perteneces y te guardaré. Siempre tendrás un lugar en Mi Reino. No te preocupes sobre el año que comienza, de lo que quizá suceda, sino confía en que independientemente de los desafíos que enfrentes, todo redundará en tu bien. Pon los ojos en Mí a cada paso y será un año de una relación cada vez más estrecha conmigo.
Publicado por primera vez en enero de 2000. Texto adaptado y publicado de nuevo en diciembre de 2022.
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