Lo que de verdad vale

julio 31, 2014

Recopilación

Tres cosas durarán para siempre: la fe, la esperanza y el amor; y la mayor de las tres es el amor.  1 Corintios 13:13[1]

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Hace poco leí algo que me hizo reflexionar: Aunque renunciar a ciertas cosas que deseamos o disfrutamos puede parecernos un sacrificio, cuando lleguemos al Cielo y lo veamos todo en su debida perspectiva nos sentiremos avergonzados de no haber hecho esos sacrificios de mejor gana.

Todavía me remuerde la conciencia al recordar pequeñas tareas que traté de eludir, discusiones en las que me empeñé en tener la última palabra, ocasiones en las que me aseguré de quedarme con el trozo más grande de pastel. Ahora veo lo efímeras que eran esas cosas, y que importaron mucho más las ocasiones en que renuncié a unos minutos libres para echarle una mano a alguien, o me mordí la lengua y no repliqué a un comentario feo, o hice quedar bien a un compañero, o le guardé a otra persona el trozo más grande de pastel; en resumidas cuentas, las ocasiones en que di en vez de tomar para mí, o en que le facilité un poquito la vida a alguien. Cuando pienso que estoy invirtiendo en la eternidad, renunciar a esas cosas de poca monta ya no me parece un gran sacrificio.  Michael French

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Algunas personas emplean mucho tiempo y energías a fin de mejorar su atractivo y perfeccionar su cuerpo, pero descuidan su interior, el singular y eterno espíritu con que las doté. Es un planteamiento corto de miras, pues con el tiempo su cuerpo, que es apenas el cascarón exterior, dejará de existir. Lo que cuenta más es el interior, el espíritu. Prefiero que dediques más tiempo a actividades que embellezcan tu alma. Mi amor es lo que te brinda verdadera satisfacción y te hace brillar.

Tu cuerpo es apenas el cascarón externo, transitorio. Tu espíritu, en cambio, durará eternamente. Cuando inviertes en tu espíritu, inviertes en la eternidad.  Jesús, hablando en profecía

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Una frase célebre que colgaba en la pared de la oficina de Albert Einstein decía: «No todo lo que cuenta se puede contar, y no todo lo que se puede contar, cuenta». Dicho de otro modo, muchas de las cosas que haces en un día o en una semana no se pueden contar. Hablo de cosas como el tiempo que se pasa en oración, la energía que se gasta en la enseñanza de los niños, el tiempo que puedes dedicarle a la misión, cuando dejas de hacer algo que querrías hacer para sacrificarte por otra persona. No son cosas que puedan ser marcadas como terminadas en tu lista de quehaceres, pero en realidad son momentos vitales que definen tu día y tu vida.

Debemos estar seguros de mantener muy claro en nuestra mente que el amor es lo más importante. Si no tenemos amor, todas las marcas de logros en nuestra lista de tareas, todos nuestros hechos grandiosos, no servirán de nada.

¡La prioridad número uno es y siempre debería ser la de amar! Si cuando te acuestas por la noche puedes dormir sabiendo que has manifestado amor, entonces podrás descansar de verdad, sabrás que has logrado algo verdaderamente grandioso.  María Fontaine

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Cuando invertimos tiempo, amor y esfuerzos en nuestros hijos, invertimos en la eternidad, porque los hijos son para siempre. Son almas inmortales. Vivirán eternamente. Todo lo que hayamos volcado en ellos influirá.  David Brandt Berg

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Sé todo lo que has hecho por los demás. No me olvido de nada. Soy como un contador minucioso y lo apunto todo en Mi libro. Cada palabra amable, cada pizca de amor y cada gesto desinteresado se registra en Mi libro. Veo también todas las aflicciones, las dificultades, las injusticias que has sufrido y cada prueba de tu fe. Eso también queda registrado en Mi libro.

Todo eso lo has invertido en la eternidad. No te das cuenta de cuánto has invertido ni cuántos intereses te reditúa tu inversión. Llegado el día del balance, cuando Yo coteje los libros y veas cuánto acumulaste en la vida venidera, te vas a sorprender de las recompensas que te aguardan.  Jesús, hablando en profecía

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Un hombre rico tenía un terreno que le produjo una buena cosecha. Y este hombre se puso a pensar: «¿Qué voy a hacer? ¡No tengo dónde guardar mi cosecha!» Entonces dijo: «¡Ya sé lo que haré! Derribaré mis graneros, construiré otros más grandes, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes. Y me diré a mí mismo: “Ya puede descansar mi alma, pues ahora tengo guardados muchos bienes para muchos años. Ahora, pues, ¡a comer, a beber y a disfrutar!”» Pero Dios le dijo: «Necio, esta noche vienen a quitarte la vida; ¿y para quién será lo que has guardado?» Eso le sucede a quien acumula riquezas para sí mismo, pero no es rico para con Dios.

Por eso les digo que no se preocupen por su vida ni por lo que han de comer, ni por su cuerpo ni por lo que han de vestir. La vida es más que la comida, y el cuerpo es más que el vestido. Fíjense en los cuervos: no siembran, ni siegan; no tienen almacenes ni bodegas, y no obstante Dios los alimenta. ¿Acaso no valen ustedes mucho más que las aves? ¿Quién de ustedes, por mucho que lo intente, puede añadir medio metro a su estatura? Pues si ustedes no pueden hacer ni lo más pequeño, ¿por qué se preocupan por lo demás?

Fíjense en los lirios, cómo crecen, y no trabajan ni hilan; pero Yo les digo que ni Salomón, con todas sus riquezas, llegó a vestirse como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana es echada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! Así que no se preocupen ni se angustien por lo que han de comer, ni por lo que han de beber. Todo esto lo busca la gente de este mundo, pero el Padre sabe que ustedes tienen necesidad de estas cosas. Busquen ustedes el reino de Dios, y todas estas cosas les serán añadidas.  Lucas 12:16-31[2]

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Se dice que la vida en la Tierra es un campo de pruebas y una experiencia de aprendizaje; pues conmigo como guía e instructor tendrán éxito en la vida. Aunque el éxito que alcancen no sea como suele concebirse en el mundo, lo tendrán en lo que realmente importa, en lo que de verdad vale, lo que trasciende esta vida y dura por la eternidad.  Jesús, hablando en profecía

Publicado en Áncora en julio de 2014. Traducción: Patricia Zapata N. y Antonia López.


[1] NTV.

[2] RVC.

 

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