abril 11, 2014
La mayoría de promesas en la Biblia suenan muy agradables y elevadas, pero suelen ser difíciles de traducir en la vida cotidiana. Ejemplo de ello: «Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios»[1]. En esta charla, Lysa TerKeurst comparte —en un motivador testimonio— la aplicación que encontró para este pasaje y cómo vio a Dios de manera muy inesperada.
Duración: 33 minutos. En inglés.
[1] Mateo 5:8.
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