agosto 1, 2013
Tu vida es como una canción de amor. Se ha derramado tanto amor sobre ti: ¡el de tus padres, el de tus hermanos y hermanas, el de tus amigos y seres queridos! Y por encima de todo, el amor que Yo abrigo por ti, la fuente de todo el amor que recibes.
Como dice Mi Palabra, a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará[1]. ¡Qué gran alegría y alivio hallarás y tendrás al rendirte a esta canción de amor, para que siga haciendo brotar en ti y en los demás el fruto de todo ese amor que has recibido!
¡La canción de amor continuará y reverberará! Olas de amor besarán muchas costas por haber permitido que esta canción de amor prosiga en ti, y en consecuencia en muchos otros. No te apoyes en tu propia prudencia. Reconóceme en todos tus caminos y ten presente esta bella canción de amor[2].
Te he observado y cuidado todos estos años, primero como un diminuto brote, después como un pimpollo bamboleante y ahora como un árbol alto y hermoso. Por tanto, extiende tus ramas y deja que otros se guarezcan debajo de ellas, y que aprendan y se beneficien de toda tu experiencia. De esa manera fortaleceré tu árbol y haré que dé más fruto y florezca.
Cobra aliento con Mi aliento. Inspírate con Mi Espíritu. Para ti es imposible, pero conmigo todo es posible[3]. ¡Cuánto se te ama! Esta canción de amor que emana de tu vida llevará mucho fruto, tal como he prometido.
Si te sientes débil e incapaz, regocíjate en ello, pues soy Yo quien llena todas las cosas, y si te separas de Mí no puedes hacer nada[4].
Soy el buen jardinero, el jardinero fiel. He plantado un hermoso, amplio y grandioso vergel, lleno de flores que son únicas. En Mi jardín cada flor es diferente, singular, hermosa a Mis ojos y excepcional. Cada flor tiene un color único, un tamaño peculiar, cumple un fin específico y ocupa un lugar particular en el jardín, así como en el corazón del Jardinero.
Cada uno de ustedes es único para Mí. Cada uno de ustedes es una flor singular a Mis ojos. Cada uno tiene su lugar propio, su fin y su vocación, su llamado. Conozco todos sus dones y talentos, todas sus batallas y flaquezas, todo lo que les molesta acerca de ustedes mismos. Las debilidades que no los dejan y que no logran vencer, los puntos fuertes y puntos flacos, sus idiosincrasias y todas las peculiaridades que conforman la personalidad distintiva de cada cual.
Conozco todas las peticiones de su corazón, todos sus más íntimos anhelos. Sé de las veces en que se sienten inferiores a otros. Sé de las veces que albergan pensamientos negativos sobre ustedes mismos, que se desaniman pensando que no son muy buenos, y que sus debilidades los incomodan y les avergüenzan. Yo sé todo eso y, sin embargo, los amo.
Tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la extraordinaria grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros. 2 Corintios 4:7[5]
Déjame llenarte de Mi amor, alegría y paz. Esos son dones espléndidos que provienen de Mi presencia viviente. Aunque eres una vasija de barro, te he diseñado para que te llenes de contenidos celestiales. Tu debilidad no es un freno que impida que te llenes de Mi Espíritu; al contrario, me da la oportunidad de que Mi poder resplandezca más.
A medida que transcurre este día, confía en que te daré la fuerza que necesites momento a momento. No desperdicies energía preguntándote si eres la vasija idónea para la jornada de hoy. Mi Espíritu dentro de ti es más que suficiente para encargarse de lo que sea que ocurra en el día. ¡Esa es la base de tu confianza! «En la tranquilidad (pasar tiempo a solas conmigo) y la confianza (apoyarte en que tengo lo que hace falta) estará [tu] fuerza»[6], [7].
Mi amor por ustedes se manifiesta de un sinfín de modos. En cada goce y placer que experimentan en la vida, así como cada vez que proveo para sus necesidades. En eso consiste Mi amor por ustedes. Cada vez que uno de sus seres queridos les da aliento y les brinda cariño es una manifestación del amor que les tengo.
Cada vez que acuden a Mi Palabra y encuentran en ella fuerzas e inspiración para seguir adelante, es una manifestación del amor que siento por ustedes. Así también cuando se acuestan por la noche, cansados y agotados de sus numerosas labores, y hallan grato reposo que les renueva el cuerpo y el espíritu, eso es una manifestación del amor que les tengo. Cuando es la hora de descansar y hallan solaz, placer y risas, es una manifestación del amor que les tengo. Cuando derraman el corazón a un alma sedienta y pueden darle las respuestas y soluciones que busca y guiarla a Mí, el júbilo que experimentan al transmitir la verdad a otro ser humano, es una manifestación del amor que les tengo.
En cada cosa que aprenden, en cada nueva experiencia que viven, en todo lo que les da satisfacción, dicha, estímulo, o brinda contento a su corazón, reposo a su espíritu y alivio o comodidad a su cuerpo, en todo eso se manifiesta Mi amor por ustedes.
Cuanto más vean Mi mano en esos aspectos cotidianos de su vida, cuanto más aprendan a apreciar las bendiciones que les doy y las maneras en que me manifiesto, más llegarán a conocer Mi amor y lo experimentarán con mayor intensidad.
En la vida hay mucho más que el alimento que se llevan al estómago, en la apariencia externa hay más que la ropa que se ponen en el cuerpo. Miren los pájaros, son libres, sin trabas y sin atarse a la descripción de un puesto, no se preocupan y están al cuidado de Dios. Y ustedes son más importantes para Él que los pájaros.
¿Alguien que se preocupó al verse frente al espejo ha aumentado a su estatura tan siquiera tres centímetros? Todo ese tiempo y dinero perdidos en la moda, ¿creen que supondría una gran diferencia? En vez de fijarse en las modas, caminen por los campos y contemplen las flores silvestres. No se acicalan ni van de compras, pero ¿han visto colores y diseños que se les comparen? Las diez personas mejor vestidas del país se ven descuidadas al lado de ellas.
Si Dios presta tanta atención a la apariencia de las flores silvestres —la mayoría nunca llegan a ser vistas—, ¿no les parece que los cuidará, se esmerará y hará lo mejor por ustedes? Lo que intento es que se relajen, que no se preocupen tanto por obtener cosas, de modo que puedan responder a la generosidad de Dios. Las personas que no conocen a Dios ni la manera en que Él obra se inquietan por todas esas cosas, pero ustedes conocen a Dios y cómo trabaja. Empapen su vida de la realidad de Dios, de la iniciativa de Dios, de las provisiones de Dios. No se preocupen de que vayan a perderse de algo. Descubrirán que se atenderán todos los asuntos que les preocupan.
Pongan toda la atención a lo que Dios hace ahora mismo, y no se preocupen de lo que mañana pueda suceder. Dios los ayudará a enfrentar cualquier situación difícil cuando llegue el momento. Paráfrasis de Mateo 6:25-34[8]
Artículo publicado por primera vez en 1997 y adaptado en agosto de 2013. Leído por Andrés Nueva Vida. Traducción: Patricia Zapata N. y Antonia López.
[1] Lucas 12:48.
[2] Proverbios 3:5–6.
[3] Lucas 18:27.
[4] Juan 15:5.
[5] NBLH.
[6] Isaías 30:15 DHH.
[7] Sarah Young, Jesus Calling (Nashville: Thomas Nelson, 2010).
[8] Traducción de la versión The Message.
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