Optar por lo positivo

julio 23, 2013

Recopilación

Cuando cambias tu manera de mirar las cosas, las cosas que miras cambian.  Max Planck

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Hace muchos años, cuidé de un señor mayor que padecía de Alzheimer.

Durante más de seis meses lo alimenté, lo bañé, lo vestí, lo acompañé, le limpié el trasero y lo saqué de paseo. También me tocó esquivar sus «arranques», como aquella vez que trató de echarme a golpes de la casa, y por fin se encerró con llave y me dejó afuera, mientras se reía como endemoniado por la ventana (no tuvo nada de chistoso).

La razón por la que acepté cuidarlo fue porque en la entrevista inicial me cayó muy bien su esposa; me encantó esa señora. Se la veía ojerosa, agotada, completamente desbordada, tratando de cuidar de él las veinticuatro horas del día. Eso sí: ¡qué amor el suyo por su marido! ¡Si vieran la ternura con que lo miraba! Él no tenía ni idea de quién era ella, pero aun así ella no lo dejaba ni a sol ni a sombra. Quise ayudarla, y así fue como terminé metida en aquella aventura.

Aprendí mucho en ese lapso. En lo personal me encontraba en tal estado de vulnerabilidad que no soportaba que me pusieran un dedo encima. Sin embargo, en ocasiones la única manera de calmar a aquel hombre era tomándole la mano. Tenía que tomarlo de la mano y escaparme a ese lugar de calma en mi interior hasta llenarme de esa energía de paz, y solo entonces él conseguía calmarse y quitarse la desazón.

Lo miraba durante horas contemplar el jardín. Veía cosas que yo no percibía. Me preguntaba qué vería. Me preguntaba si sus lentes serían mágicos, de modo que a través de ellos lograba ver otros mundos.

Uno podría decir que el hombre sufría, sin embargo, aunque nunca lo sabré a ciencia cierta, no creo que fuese verdad. Su mente prácticamente se había transportado a otro lugar, pero la mayor parte del tiempo se lo veía feliz y con buena salud.

Quienes podrían hacer sufrido en medio de todo aquello eran sus familiares. Sus muchos hijos. Su brillante esposa. Pero sufrir o no sufrir era cosa de ellos, y ellos escogieron no sufrir. Escogieron conscientemente tomarse la enfermedad de Alzheimer con calma, aprender y crecer como familia. Unirse más que nunca. Pedir ayuda cuando la necesitaban (ahí entro yo en el panorama) y formar una red de amor para sostener a aquel hombre que tanto significaba para ellos.

El Alzheimer fue trágico porque apartó en vida a ese hombre de su familia. Fue por otra parte un regalo en el sentido de que les presenta la oportunidad de crecer —es espíritu, como familia— de una manera en que probablemente no habrían madurado en otras circunstancias. Eran una gente de primera.

 

Mi hija nació con un cromosoma de más [Síndrome de Down]. Mucha gente prefiere decir que nació con una aflicción y que sufre a causa de ella. No sé si es así. No parece sufrir. Pero ¿quién soy yo para afirmarlo?

Prefiero creer que es un espíritu libre que eligió venir a experimentar el mundo desde una perspectiva diferente. Prefiero creer que me está forzando a entender lo que es amar incondicionalmente.  Esta pequeñita jamás encajará en un molde, en ningún molde. La propia naturaleza del Síndrome de Down supone que uno jamás puede estar seguro de lo que sucederá a continuación.

Tengo que amarla tal como es. En este preciso instante. Y en el futuro, a medida que ocurra, y sea cual sea.

Considero que es una lección que vale la pena aprender.  Meriah[1]

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Practicar la alabanza o la gratitud en circunstancias difíciles hace que descienda el Espíritu del Señor con Su poder a la situación en cuestión. A uno lo levanta, y levanta a las personas que lo rodean. Le ayuda a ver las cosas con una perspectiva positiva. Le da a uno fe —fe en el Señor y fe incluso en medio de circunstancias negativas— y la fe es la victoria. Ahora bien, la oración tiene la potestad de alterar la situación, pero a menudo es difícil echar mano de la fe que a uno le hace falta para orar, porque la reacción natural que solemos tener es la de entristecernos, desanimarnos o perder las esperanzas. Por el contrario, la alabanza contrarresta esos aspectos negativos e infunde al espíritu —y a la respuesta de uno ante las circunstancias que lo rodean— fe, confianza en el Señor y energía espiritual positiva.  María Fontaine[2]

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Siempre habrá dificultades en la vida. Las circunstancias nunca serán perfectas mientras estén en la tierra y vivan dentro del marco humano, de modo que habrá ocasiones en que se verán tentados a temer y preocuparse. No obstante, la forma de sobreponerse a esas cosas es fijando la mirada en Mí, concentrándose en la luz.

Concentrarse en la luz significa quitar los ojos de los charcos y el lodo de las decepciones, los temores o las circunstancias difíciles y ponerlos en la fuente resplandeciente y rebosante de Mi perspectiva positiva. En vez de ponerle mala cara al lodo, vengan a admirar Mi fuente espectacular. Contemplen los bellísimos colores que surgen y rompen nuevamente hacia abajo. Pongan las manos en forma de copa y beban de las aguas refrescantes. Quítense los zapatos y zambúllanse en las aguas burbujeantes, salpiquen y bébanlas.

Fijen la mirada en Mí y recuérdense en todo momento que Yo estoy al volante. Ustedes limítense a beber de Mis promesas leyéndolas y meditando en ellas, y diviértanse salpicándose con ellas en Mi presencia, a pesar de lo que los rodea. ¡Eso significa concentrarse en la luz!  Jesús, hablando en profecía[3]

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Todo tiene su lado positivo. En cada persona, en cada situación, hay algo de bueno. La mayor parte del tiempo no se nota tanto. Tenemos que buscarlo. Y en algunos casos buscarlo con insistencia. Mi viejo hombre se contentaba con relajarse y apenas echar una mirada, a ver si aparecía el lado bueno. Si aparecía algo negativo, me quedaba con esa sensación. No quería hacer el esfuerzo de mirar con más detenimiento ni pensar demasiado en lo bueno. Me resultaba muchísimo más fácil dejarme estar y aceptar directamente lo primero que veía (que por lo general era lo malo).

Mientras que ahora, cada vez que me enfrento a una situación difícil o retadora, me pongo a pensar: «Veamos, ¿por dónde le encuentro el lado bueno?» Por muy espantosa que parezca la situación, siempre consigo encontrarle el lado bueno si me tomo la molestia de pensarlo bien. Todo —lo bueno tanto como lo malo—encierra algún aprendizaje, así que, como mínimo uno puede aprender de las experiencias negativas.  Pero en la mayoría de los casos por lo general podemos encontrar más que eso. Si nos tomamos el tiempo para buscar por lo general encontraremos  algo de bueno, algo verdaderamente positivo en cada persona y cada situación.  Dani[4]

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El mayor descubrimiento de mi generación es que el ser humano tiene la capacidad de alterar su vida alterando sus actitudes.  William James

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Optar por una actitud positiva implica un proceso. No es algo que se elige una sola vez y luego se espera que todo marche de maravilla de ahí en adelante. Seguiremos experimentando contratiempos, demoras, accidentes, frustraciones, discusiones, fatiga y temor. El secreto radica en cómo escogemos reaccionar a esas experiencias. ¿Preferimos permitir que nos arruinen el día, o elegimos volver a ponernos de pie y mirar el futuro con optimismo? Tenemos la potestad de escoger.

Al escoger una actitud positiva cada día, lo que hacemos en realidad es atraernos más experiencias positivas, y así reducimos las probabilidades de que nos asalten experiencias negativas. Habrán notado que cada experiencia a menudo determina la calidad de la siguiente, provocando una reacción en cadena en nuestra vida. Si algo sale mal, por pequeño que sea, existe la posibilidad de que nos arruine el día. En semejante contexto, es fácil apreciar el impacto que puede llegar a tener una actitud positiva.  En lugar de permitir que un evento minúsculo nos eche a perder el día entero,  podríamos restarle importancia y seguir adelante como si nada.  Autor anónimo[5]

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Gran remedio es el corazón alegre.  Proverbios 17:22[6]

Publicado en Áncora en julio de 2013. Traducción: Irene Quiti Vera y Antonia López.


[1] www.mamapedia.com/voices/the-choice-to-suffer.

[2] Publicado por primera vez en febrero del 2007.

[3] Publicado por primera vez en agosto del 2008.

[4] www.positivelypresent.com/2010/03/train-yourself-to-be-positive.html.

[5] http://www.wingsfortheheart.com/consciously-choosing-a-positive-attitude.htm.

[6] NVI.

 

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