abril 9, 2013
Somos hermanos del alma. Una nación compuesta por la misma sangre: la sangre de Jesús. David Brandt Berg
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Padre celestial, dentro de poco ya no estaré en el mundo, pues voy a donde Tú estás. Pero Mis seguidores permanecerán en este mundo. Por eso te pido que los cuides, y que uses el poder que me diste para que se mantengan unidos, como Tú y Yo lo estamos. Jesús. Juan 17:11 (RVC)
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Todos se reunían y estaban constantemente unidos en oración. Hechos 1:14 (NTV)
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Todos los días se reunían en el templo, y partían el pan en las casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Hechos 2:46 (RV1960)
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Todos los creyentes estaban unidos de corazón y en espíritu. Consideraban que sus posesiones no eran propias, así que compartían todo lo que tenían. Hechos 4:32 (NTV)
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El cuerpo humano tiene muchas partes, pero las muchas partes forman un cuerpo entero. Lo mismo sucede con el cuerpo de Cristo. Entre nosotros hay algunos que son judíos y otros que son gentiles; algunos son esclavos y otros son libres. Pero todos fuimos bautizados en un solo cuerpo por un mismo Espíritu, y todos compartimos el mismo Espíritu. 1ª a los Corintios 12:12-13 (NTV)
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Por eso, ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, y están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, cuya principal piedra angular es Jesucristo mismo. En Cristo, todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para llegar a ser un templo santo en el Señor; en Cristo, también ustedes son edificados en unión con Él, para que allí habite Dios en el Espíritu. Efesios 2:19-22 (RVC)
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Que la paz de Cristo reine en sus corazones, porque con este propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo. Colosenses 3:15 (DHH)
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Hasta los más débiles cobran fuerza mediante la unión. David Brandt Berg
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La unidad es como el amor; Dios puede darla, pero tienes que dejar que crezca en tu corazón. María Fontaine
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Mejor son dos que uno, pues reciben mejor paga por su trabajo. Porque si caen, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del que está solo! Cuando caiga no habrá otro que lo levante.
Uno puede ser vencido, pero dos presentan resistencia. El cordón de tres dobleces no se romperá fácilmente. Eclesiastés 4:9-10, 12 (RV1960 y NTV)
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La fuerza está en la unión; el peligro, en la discordia. Henry Wadsworth Longfellow
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La colaboración es sinónimo de multiplicación. John C. Maxwell
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Empieza por la u de la unidad, y lo demás seguirá. María Fontaine
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Por la escalera de la unidad se sube con los peldaños del amor. María Fontaine
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Los mayores desafíos requieren una enorme dosis de trabajo en equipo. La cualidad más necesaria entre compañeros de trabajo a la hora de hacer frente a un arduo empeño es la colaboración. Conviene recordar que no he dicho cooperación. La colaboración es mucho más que eso. La cooperación es trabajar juntos en armonía; la colaboración, trabajar juntos de manera agresiva. Las personas que colaboran entre sí hacen mucho más que trabajar de la mano. Cada persona añade capacidades que fortalecen la relación y compenetran al equipo de trabajo. La suma de un equipo de trabajo compenetrado es mucho mayor que cada uno de sus componentes. John C. Maxwell[1]
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Pregúntate qué vale más: tener un vínculo de amor con tus hermanos y contar con las bendiciones de Dios, o tus opiniones, manías y rencores. María Fontaine
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Los logros personales siempre han sido motivo de gran admiración. Pero es un mito pensar que una persona a solas puede lograr grandes cosas. La vida real rechaza la noción de un soldado llamado Rambo que invade un país hostil por su cuenta. Ni siquiera el Llanero Solitario andaba solo. Fuera donde fuera le acompañaba Toro.
Una concienzuda investigación revela que hasta los actos más independientes fueron en realidad trabajo en equipo. Daniel Boone —conocido aventurero y justiciero fronterizo— era flanqueado por la Compañía de Transilvania en sus cabalgatas por el Wilderness Road (el Camino inexplorado). El sheriff Wyatt Earp contaba con sus dos hermanos y la ayuda del doctor Holliday. El aviador Charles Lindbergh tenía el sostén económico de nueve hombres de negocios de San Luis y el respaldo de la Compañía Aeronáutica Ryan, quienes construyeron el avión. La teoría de la relatividad de Albert Einstein revolucionó el mundo entero. Pero el científico no trabajó por su cuenta. En cierta ocasión comentó sobre la deuda que tenía hacia otras personas: «En numerosas ocasiones a lo largo del día concluyo que una gran parte de mi vida pública y privada se basa en las labores de mis semejantes, tanto los que aún viven como quienes han pasado a mejor vida, y con cuánta pasión debo esforzarme por devolver tanto como he recibido». Resulta innegable que la Historia ha sido trazada por los logros de numerosos líderes y almas innovadoras que tomaron grandes riesgos. Pero esas personas trabajaron en equipo.
Un antiguo proverbio de la China reza: Detrás de un buen hombre hay otros hombres buenos. Los grandes logros se fundamentan en el trabajo en equipo. El valor de la cooperación resulta incuestionable. La verdadera pregunta es si apreciamos su valor y nos esforzamos por convertirla en realidad. Por ello aseguro que una persona por sí misma no puede alcanzar el éxito. Nadie puede lograr nada de valor sin ayuda de los demás. Es la ley de la relevancia.
Con el fin de desarrollar el máximo potencial o alcanzar lo que parece imposible —como la comunicación de un mensaje a lo largo de dos mil años— es preciso convertirse en un jugador de equipo. Las figuras deciden un partido, pero solo el equipo obtiene el campeonato. John C. Maxwell[2]
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Es estupendo que los cristianos puedan reunirse y fraternizar. Deberíamos desearlo con absoluta sinceridad. Después de hacer frente a problemas todo el día —por no decir varios días o toda la semana—, necesitamos disfrutar de un rato en armonía con otras personas que comulguen con nuestras creencias, que amen al Señor, que le sirvan y vivan para Él.
El mundo actual obstaculiza llevar una vida cristiana. De ahí que es una verdadera bendición reunirse con otros cristianos para disfrutar de la hermandad, cantar y alabar al Señor, orar unos por otros y solicitar oración por nuestros problemas y necesidades. Es además un buen momento para comulgar juntos.
Hebreos 10:25 nos amonesta: «No dejemos de congregarnos, como lo acostumbran algunos, sino animémonos unos a otros». El Señor sabía que necesitamos unirnos fraternalmente con otros cristianos. Su práctica aumenta nuestra inspiración y solaz espiritual, y nos fortalece en Su Palabra. El versículo anterior también nos enseña que esas reuniones nos permiten alentarnos unos a otros. La unidad genera una enorme fuerza. La oración en grupo y la hermandad tienen ese ingrediente mágico que atrae las bendiciones del Cielo. David Brandt Berg
Publicado en Áncora en abril de 2013. Traducción: Sam de la Vega y Antonia López.
[1] Las 17 cualidades esenciales de un trabajador en equipo (Nashville: Thomas Nelson, 2007)
[2] Las 17 leyes incuestionables del trabajo en equipo (Nashville: Thomas Nelson, 2001)
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