febrero 8, 2013
«Las tensiones son una constante en la vida. La diferencia radica en la clase de tensión y la manera en que lidiamos con ella.
»La pregunta es: al enfrentarnos a nuestra debilidad —en el momento de desesperación—, ¿acudimos al Señor? ¿De qué manera oramos? El Espíritu nos ayuda en nuestros momentos de debilidad. La ansiedad que sentimos es temporal; nuestra esperanza, eterna. Cuando la tensión nos fortalece no es mala. Es un recordatorio de que aún no hemos llegado a la meta y que lo mejor está por venir.»
El siguiente enlace les presenta la opción de escuchar, ver o leer la lectura de Dick Foth (en inglés). Duración de 34 minutos.
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