Cómo lidiar con la discapacidad

febrero 1, 2013

Robert Ringer

Desde que me enteré que mi hija tenía esclerosis múltiple a una edad relativamente temprana, una perspectiva sana me ha permitido percibir los supuestos impedimentos físicos de otra manera. Como le sucede a la mayoría de los padres de niños que sufren enfermedades, pasé las etapas típicas de negación, ira y desespero.

Pero, con el paso de los años, me concentré más en lo afortunada que era mi hija por no tener el tipo de esclerosis múltiple crónica y progresiva. Quienes padecen esa forma de la enfermedad se deterioran bastante rápidamente y terminan antes confinados a una silla de ruedas. Mi hija, que es atractiva, inteligente y simpática, ha podido vivir una vida relativamente normal, crió a dos hijos y sigue llevando una carrera exitosa.

Saber que hoy millones de personas que están en peores condiciones que mi hija nos ha afectado de manera positiva a los dos. Y aún más positivos son los relatos de personas gravemente discapacitadas que han disfrutado de mucho éxito y han luchado para superar sus dificultades dándole a sus vidas sentido y vitalidad. Un relato en particular que me parece extraordinario es el de Ronan Tynan.

Tynan nació con las piernas deformadas lo que le provocó una escoliosis aguda. Se puso tan mal que a los 20 años  tomó la inimaginable decisión de amputarlas debajo de las rodillas para colocarse prótesis. Podría haber sido el final de sus sueños pero por el contrario resultó siendo el comienzo de una vida llena de una acción impresionante.

Ronan se dedicó al atletismo e inició un entrenamiento constante. Desde1981 a 1984 ganó ocho medallas de oro y batió catorce récords mundiales en competencias de gente con discapacidad. Solamente esos logros podrían haber sido la base de una historia tremendamente inspiradora, pero para Ronan era solo el comienzo.

Luego decidió dedicarse a la medicina y se inscribió en la Universidad Trinity de Dublín en Irlanda. A los treinta y dos años comenzó a practicar la medicina, que uno pensaría era suficiente para catalogarlo como ser extraordinario. No nos apuremos.    

Cuando descubrió que tenía una dotada voz de tenor, en su tiempo libre comenzó a cantar en pubs. En 1994 participó en un programa televisivo cazatalentos de Irlanda y ganó. Dejó de practicar la medicina y alcanzó fama mundial cantando en los escenarios. Pero todavía no se habían escrito todos los triunfos y batallas de Ronan.

Como consecuencia de un drenaje respiratorio causado por una enfermedad infantil que regresó, perdió repentinamente la voz y sin ganas volvió a practicar la medicina. Tras un largo período de recuperación después de una intervención quirúrgica para corregir el problema, poco a poco recuperó su magnífica voz.

Hoy en día, conmueve a audiencias de todo el mundo con sus emotivas actuaciones y, a los cincuenta y dos años, es relativamente joven. Qué hará a partir de ahora es lo que todos nos preguntamos, pero ya ha afectado la vida de millones de personas, y meros mortales como yo estamos profundamente agradecidos por cómo nos inspira su impresionante éxito.

Hay miles de historias inspiradoras como la de Ronan Tynan.

Desde Helen Keller hasta Franklin D. Roosevelt, pasando por Steve Wonder y Stephen Hawking, queda evidenciado que los impedimentos físicos se pueden superar.

Hay que recordar siempre que la discapacidad solo es una desventaja que hace que el éxito cueste más, pero hay una gran diferencia entre difícil e imposible.

De hecho, técnicamente hablando, una discapacidad no es necesariamente un impedimento, sino una desventaja que nos dificulta la vida.

Es más, con el tiempo he concluido que todo el mundo tiene cuando menos una discapacidad.

Una persona obesa sufre un impedimento; las personas con síndrome de déficit de atención tienen un impedimento; una persona con coeficiente intelectual bajo sufre un impedimento; los que tiene orejas grandes tienen un impedimento; quienes fueron criados en la pobreza sufren un impedimento.

La discapacidad puede surgir luego del nacimiento o puede llegar a la vida de alguien a causa de un ambiente familiar heredado. Una personalidad desagradable generalmente se desarrolla; un padre abusivo puede ser un ambiente familiar heredado.

Tú mismo tienes una discapacidad. De hecho, puede que tengas varias discapacidades. No sé cuáles serán, pero sé que las tienes. Cada persona, aunque tenga éxito y parezca estar muy feliz, tiene que llevar su propia cruz. Nadie va por la vida sin experimentar algún tipo de dificultad causada por una discapacidad, y todos tenemos tres alternativas para enfrentarlas:

1. Podemos bajar los brazos y morirnos, dicho a modo de metáfora o literalmente hablando.

2. Podemos vivir con enojo crónico, aislándonos de las personas y casi garantizándonos una vida miserable y llena de fracasos.

3. Podemos decidir expandir los confines trazados por nuestros paradigmas mentales, evaluar los recursos que tenemos y avanzar decididamente para que esos recursos nos beneficien.

Como lo demuestran miles de relatos inspiradores de superación de dificultades, la tercera opción es la más lógica para cualquier persona pensante. Lo cierto es que esperamos que Dios cambie los naipes para que jueguen más a nuestro favor. Lo bueno, sin embargo, es que tenemos el poder para decidir utilizar los naipes que nos tocaron de la mejor manera posible.

Es bueno saber que luego de analizar estos conceptos, al final todo depende de lo que hacemos con lo que tenemos.

Tomado de http://www.earlytorise.com/dealing-with-your-handicaps. Publicado en Áncora en febrero de 2013. Traducción: Rody Correa Ávila y Antonia López.

 

Copyright © 2024 The Family International