noviembre 23, 2012
«En mi calidad de neurocirujano, no creía en el fenómeno de las experiencias cercanas a la muerte. Fui criado en un ambiente de científicos, mi padre era neurocirujano. Seguí su ejemplo y me convertí en profesor de neurocirugía. Di clases en el Harvard Medical School y en otras universidades. Comprendo lo que le sucede al cerebro de una persona al estar al borde de la muerte y siempre estuve convencido de que existían explicaciones de carácter científico para los viajes celestiales de desprendimiento del cuerpo descritos por personas que habían escapado a la muerte por muy poco.
»No obstante, en el otoño de 2008, luego de pasar siete días en coma durante los cuales la parte humana de mi cerebro, el neocortex, quedó desactivada, experimenté algo tan profundo que me convenció desde un punto de vista científico que existe un estado de consciencia después de la muerte.
»Sé bien lo que piensan los escépticos de esta aseveración, así que contaré mi relato valiéndome de la lógica y los términos utilizados por los que somos científicos».
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