Somos imperfectos, Dios es perfecto

marzo 4, 2025

Recopilación

[We Are Imperfect, He Is Perfect]

Efesios 4:13 dice que los dones espirituales se dan para edificar el cuerpo de Cristo «hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo». En algunas traducciones ese versículo dice que llegaremos a ser perfectos (en lugar de maduros), y de eso algunas personas erróneamente han pensado que en esta vida podemos llegar a la perfección sin pecado. La Biblia enseña que, mientras estemos en la carne, siempre lucharemos con una naturaleza pecaminosa (véase Romanos 7:14-24). Nadie será perfecto (sin pecado) hasta que lleguemos al Cielo.

La palabra que se traduce como «maduro» en Efesios 4:13 es teleios en griego. Se utiliza en todo el Nuevo Testamento con el significado de «perfecto», «completo», «adulto» y «maduro». Lo que se enseña en Efesios 4:13 es que, cuanto más crecemos en Cristo, más fuertes y más unidos estaremos como iglesia. El versículo no enseña que dejaremos de pecar. […]

La auténtica perfección no llegará hasta que ocurra el Arrebatamiento de la iglesia, cuando resucitemos para encontrarnos con Jesús en el aire (1 Tesalonicenses 4:17). En aquel momento, resucitarán los muertos en Cristo y los cuerpos de los vivos serán transformados (Filipenses 3:20,21; 1 Corintios 15:54). […] Nuestra redención será completa, y nuestro pecado desaparecerá para siempre. Viviremos para siempre y reinaremos con Cristo en perfección sin pecado.  GotQuestions.org1

*

La primera vez que me hablaron de Albert Schweitzer yo tenía diez años. Me impresionó mucho su dedicación, hasta el punto de que empecé a acariciar la idea de estudiar medicina y seguir su ejemplo en África. Eran los tiempos en que, para averiguar más sobre algo o alguien había que leer libros, consultar enciclopedias y, en la mayoría de los casos, ir a una biblioteca. Es decir, uno no tenía la posibilidad de satisfacer inmediatamente su curiosidad. La búsqueda tenía su cuota de serendipia y misterio.

Yo era muy aficionada a la lectura y comencé a leer sobre personas: misioneros, exploradores y libertadores, entre otros. Albert fue el primero de una larga lista, seguido de Martin Luther King, John F. Kennedy, Gandhi, Florence Nightingale y muchos otros. Tomé conciencia de que, aparte de los numerosos canallas horribles que tenía que aprenderme en los libros de historia del colegio, nuestro mundo ha conocido también personas admirables.

Así que desde pequeña decidí ser de los que procuran cambiar el mundo. Ahora —muchos años más tarde— me satisface poder decir que eso se cumplió. Pude seguir los dictados de mi corazón. Me pasé años misionando en lugares difíciles, y aún ahora dedico la mayor parte de mi tiempo a los necesitados y a causas dignas de apoyo.

Todo ello ha ido acompañado de sacrificios y errores, pero ahora viene lo mejor. Justamente uno de los efectos colaterales de esta nueva era de acceso inmediato a la información es que he tenido oportunidad de leer más sobre muchos de mis héroes, y he descubierto que no fueron tan perfectos e inmaculados como me los había figurado. Todos tuvieron pies de barro, y algunas de las ideas que abrigaron y cosas que dijeron o hicieron pueden resultarnos inicialmente decepcionantes.

Sin embargo, fueron precisamente sus imperfecciones y debilidades humanas las que me infundieron ánimo cuando yo también caí de mi propio pedestal.

El bien que realizaron esos personajes que influyeron trascendentemente en su entorno demuestra que no hace falta que seamos perfectos para cambiar nuestro rincón del mundo. Al fin y al cabo, ninguno de ellos lo era y, sin embargo, transformaron su mundo.  Anna Perlini

*

1 Juan 1:6 dice: «Si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad». En otras palabras, nuestro andar da testimonio de si en verdad tenemos una relación con Dios.

Añade: «Pero si andamos en la Luz, como Él está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado» (1 Juan 1:7). Así pues, dice que andar en la luz es esencial para demostrar que la sangre de Jesús nos limpia de nuestros pecados.

Ahora bien, en 1 Juan 1:8 dice: «Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros». Así pues, lo que él dice es: «Andar en luz no significa sin pecado», que no se les olvide eso, porque acaba de decir que tenemos que andar en la luz y a continuación: «Si dicen que están sin pecado, están totalmente equivocados». Entonces, ¿qué significa andar en la luz?

Agrega en un versículo más, en 1 Juan 1:9: «Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad». Ahí tenemos la descripción de Juan de lo que es un cristiano imperfecto. El cristiano imperfecto no asegura que tiene perfección, pero sí afirma que anda en la luz, porque si no andamos en la luz, no tenemos comunión con Dios, y la sangre de Jesús no nos limpia ni nos cubre de los pecados.

Entonces, ¿qué significa andar en la luz si no significa estar sin pecado (1 Juan 1:7)? Su respuesta es que significa una pauta de obediencia que tiene que ver con una confesión de pecado sincera, con regularidad. La persona que anda en la luz tiene suficiente luz para ver el pecado por lo que es, odiarlo, confesarlo, recibir perdón por ese pecado con acción de gracias y humildad, y seguir adelante con una determinación renovada de amar a Dios y amar mejor a las personas. […] Ahora necesitamos orar que Dios obre el milagro de esa pauta bíblica en nuestra vida.  John Piper2

*

Reflexionemos en esto: si fuera perfecta, no necesitaría a Jesús. El motivo por el que Jesús vino a la Tierra y murió por mí es porque yo no puedo alcanzar la perfección.

En Colosenses 2:13,14 dice: «Y cuando ustedes estaban muertos en sus delitos y en la incircuncisión de su carne, Dios les dio vida juntamente con Cristo, habiéndonos perdonado todos los delitos, habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz».

Cuando leo esos versículos, siento un profundo agradecimiento. La obra consumada de Cristo en la cruz ha cancelado el registro de nuestra deuda. Él tomó sobre Sí mismo el castigo que merecíamos por nuestros pecados.

Jesús pagó toda nuestra deuda. No por quiénes somos ni por lo que hemos hecho, sino por quién es Él y cuánto nos ama. Por esa razón, cuando Dios nos mira, Él ve a Jesús. Este es el evangelio. ¡Estas son las buenas nuevas!

Al haber muerto por mí, Jesús me permite vivir con libertad y alegría, sin tener que pasar la vida buscando complacer a otras personas, ni tratar de ser perfecta ni gestionar mi reputación.

Ya sea en la crianza de los hijos, el matrimonio, nuestro trabajo o simplemente la vida con otras personas, nunca lo haremos del todo bien. Y ese no es el objetivo. ¡Seamos personas lo bastante sinceras como para reconocer nuestros errores e imperfecciones y nuestra necesidad de Jesús cada minuto del día!  Crystal Paine3

Publicado en Áncora en marzo de 2025.


1 https://www.gotquestions.org/sinless-perfection.html

2 https://www.desiringgod.org/interviews/is-sanctification-the-pursuit-of-perfection

3 https://proverbs31.org/es/lee/devocionales/texto-completo/2022/03/10/no-tienes-que-ser-perfecta

Copyright © 2025 The Family International