febrero 27, 2025
[Learning Through Life]
Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a Sus ojos. Efesios 1:4
La vida es aprendizaje. Yo creé el mundo y te puse en él, no solo para que puedas disfrutar de todas las bellezas de Mi creación y las maravillas que te rodean, sino también para que aprendas y madures en el proceso. Durante la vida aprendes lecciones valiosas que te ayudan a convertirte en la persona que al crearte quise que fueras, y a cumplir el propósito que diseñé para ti.
Durante períodos difíciles, recuerda que te elegí antes de la fundación de la tierra para que fueras criatura Mía, y que hasta los cabellos de tu cabeza están todos contados (Lucas 12:7). La vida está llena de obstáculos, y a veces es difícil tener una perspectiva global de lo que estás viviendo. Sin miras a la eternidad, a veces lo que estás pasando puede parecer vacío o sin sentido. Pero si lo que sea que estés haciendo lo haces de corazón y con todas tus fuerzas (Eclesiastés 9:10), verás el fruto de tus labores, ya sea en esta vida o en la próxima.
Si sientes apatía, procura hablar con alguien que lo necesite y háblale de tu fe. Cuando te ves cara a cara con personas que están buscando respuestas y luchando por encontrar esperanza, recuerdas el tesoro que posees. No hay nada mejor que ver cómo se ilumina el rostro de alguien con quien compartes Mi amor o cuando eres testigo de que un alma entra en Mi reino. Cuando enfrentas retos y sientes que la vida te agobia, tender la mano a otros en su momento de necesidad puede ayudarte a poner tus problemas en perspectiva mientras iluminas el mundo que te rodea con Mi luz.
No es que ya lo haya conseguido todo o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Filipenses 3:12
Perseverar y no rendirse mientras corres la carrera de tu vida puede ser como escalar montañas. Uno se tiene que comprometer de verdad para escalar montañas, que incluye prepararse, entrenar y equiparse para el recorrido. Solo prepararse para comenzar a escalar a veces toma semanas, incluso meses.
Los alpinistas necesitan determinación para seguir adelante hacia la cumbre sin importar los obstáculos que enfrenten. Deben soportar temperaturas bajo cero y obstáculos inesperados, y a veces condiciones peligrosas. Tienen que renunciar a las comodidades del hogar, y sufren golpes, arañazos y moretones durante el trayecto.
Ese es el tipo de compromiso que requiere andar por fe. El recorrido a veces se pone difícil, pero si estás decidido a seguir esforzándote para llegar a la meta de ganar el premio celestial al que fuiste llamado, seguirás perseverando (Filipenses 3:14).
No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que Él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. Filipenses 4:6–7
Cuando aceptas que no serás perfecto y aprendes a manejar los momentos en los que no cumples con tus propias expectativas, estás más en paz contigo mismo. Sé que quieres dar lo mejor de ti y ser una mejor persona. Así que cuando cometes errores o fracasas, lo más natural es que te desanimes.
Pero recuerda que Yo te conozco bien y te amo. No tienes que ser perfecto para ser Mi discípulo o para cumplir Mi propósito y llamado para tu vida. Mantén tu enfoque en hacer lo mejor para vivir «los grandes mandamientos» de amarme con todo tu corazón, alma y mente, y amar a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22:37–39). Procura mejorar en esos aspectos.
Tal vez sientas que tienes un largo recorrido por delante, pero si te lanzas con fe a hacer lo mejor que puedas para seguirme, puedes estar seguro de que bendeciré tu paso de fe y te ayudaré a aprender y mejorar gracias a lo que vivas durante el trayecto.
Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán Mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de Mí en todas partes […] hasta los lugares más lejanos de la tierra. Hechos 1:8
Habrá ocasiones en las que no sabrás qué decir cuando compartes tu fe con otros, y no sabrás cómo responder a las preguntas de la gente. A veces sentirás timidez o incomodidad al dar testimonio ante las personas, y desearás tener el valor de un león, y tener más carisma, energía y conocimiento para poder ser un mejor testigo para Mí.
Recuerda que el poder para compartir tu fe no proviene de ti; es el poder del Espíritu Santo que obra a través de ti. Pedro y Juan fueron catalogados como hombres sin educación y comunes. Pero cuando se pusieron a predicar, la gente se maravilló de su valentía. (Hechos 4:13). Sabían que Pedro y Juan eran Mis discípulos y que me habían conocido, aunque eran pescadores comunes a los ojos del mundo.
La presencia del Espíritu Santo en tu vida te empodera para hablar Mi Palabra y ser Mi testigo. Solo tienes que estar dispuesto a salir y compartir Mi verdad y Mi amor con el mundo, y luego confiar en Mí para obrar en el corazón y la vida de las personas gracias al testimonio que reciben.
Lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús. Filipenses 3:13–14
Te cree de forma individual. Cuando te creé, no lo hice con un molde. Nunca ha existido nadie igual que tú. Aunque no te sientas especial, tienes Mi Espíritu en ti y Mi amor brilla a través de ti, lo que te hace un espectáculo digno de ver. Fuiste elegido y designado para dar fruto que perdurará (Juan 15:16).
Has sido llamado a estar en el mundo pero no ser del mundo (Juan 17:14–15). Eso requiere que te mantengas separado de las influencias del mundo. Solo hacen falta pequeñas transigencias para volverte vulnerable a las trampas de este mundo hasta el punto en que tu enfoque se desvía. Sé ferviente en oración y mantente firme en tus convicciones. Sé astuto como una serpiente pero inofensivo como una paloma en tus tratos con el mundo (Mateo 10:16).
A menos que estés viviendo en un iglú en el Polo Norte o en una cabaña en una isla desierta en alguna parte, siempre estarás en contacto con el mundo y sus influencias, al igual que sus males. Pero con Mi fuerza y Mi gracia puedes mantenerte libre de influencias impías y tomar decisiones que promuevan Mi reino y el papel que desempeñas en él.
Te he llamado para que seas Mi luz en la tierra. Llevas la antorcha de Mi amor, que irradia luz y calor a todos los que encuentras. Algunos correrán y se esconderán de la luz porque la temen, pero otros correrán hacia ella en busca de vida y fuerza. Sostén en alto la antorcha de Mi luz y Mi verdad mientras corres la carrera que tienes por delante con perseverancia y luchas por tu vocación celestial.
Publicado por primera vez en 1999. Adaptado y publicado de nuevo en febrero de 2025.
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