noviembre 28, 2024
[Approaching Life with Optimism and Gratitude]
Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en Él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13
Es verdad que tal vez no seamos responsables de muchas cosas que nos suceden, pero los cristianos somos responsables de la manera en que reaccionamos a lo que nos pasa. De hecho, una perspectiva positiva o negativa de la vida puede tener mucho que ver con si superas tus problemas o te dejas vencer por ellos. Encontramos gozo y paz en la fe en Cristo y Su presencia en nuestra vida, y no en las circunstancias de nuestra vida cotidiana (Gálatas 5:22).
Rick Warren escribió lo siguiente sobre cómo abordar la vida con optimismo y en consonancia con Dios:
Tenemos tendencia a sentirnos como esperamos sentirnos. Vemos lo que esperamos ver. Oímos lo que esperamos oír. Actuamos de la manera que esperamos actuar. Nos preparamos para el fracaso o para el éxito, para la satisfacción o la frustración, dependiendo de nuestro nivel de fe. Vivir por fe significa que esperamos lo mejor.
Mateo 9:29 dice: «Que se haga con ustedes conforme a su fe». La fe es expectativa positiva. Esperas que Dios responda. Esperas que llegue la solución. Esperas que las cosas salgan bien. […] Las expectativas son fe.
Por mucha fe que tengamos, los cristianos no creemos que todo en la vida resultará bien. Simplemente esa no es una realidad en un mundo lleno de pecado. Sin embargo, podemos tener confianza en que Dios obra [en todo] para nuestro bien. Podemos confiarle nuestro futuro porque el Señor conoce mejor que nosotros lo que es mejor para nosotros, y nos ayudará a ser más como Él.
Vivir por fe no significa verlo todo de color de rosa. Significa confiar en que Dios siempre obra, de modo que puedes esperar que las cosas resulten como Él quiere. Eso puede darte gran confianza. Esa verdad puede edificar tu fe.
Para llegar a ser un optimista en consonancia con Dios, esperamos que Dios obre en nuestra vida y en el mundo. Esperamos que Él cumpla Sus promesas. Contamos con que Él quiere llevar a cabo Su voluntad a través de nosotros. Y esperamos que nos dé todo lo que hace falta para hacerlo. Rick Warren1
Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza. Filipenses 4:8
He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:11-13
Cuando tenemos la tentación de quejarnos de nuestros problemas, sean los que sean, es muy fácil descubrir que hay otros que tienen problemas mucho más graves que los nuestros. Y si dedicamos tiempo a ese pequeño ejercicio, al comparar, ¡lo más probable será que nos sentiremos mejor y estaremos más agradecidos por todas nuestras bendiciones! Incluso cuando se trata de nuestros mayores desafíos, podemos pensar en incontables personas que tienen problemas mucho peores que los nuestros. Independientemente de lo difíciles que sean las circunstancias que enfrentemos, siempre estamos mejor que millones de otras personas en el mundo. Ese recordatorio nos ayuda a ser conscientes y agradecidos de lo que Dios hace en nuestra vida; y también a agradecer lo que tenemos, como ejemplifica el siguiente relato.
Harold Abbott, que vive en Webb City, Missouri, dice: Antes me preocupaba mucho, hasta que cierto día de primavera caminaba por la calle West Dougherty cuando vi algo que hizo que todas mis preocupaciones desaparecieran. Sucedió en diez segundos, ¡pero en esos diez segundos aprendí más acerca de la vida que en los diez años anteriores!
Durante dos años tuve una tienda de comestibles. No solo perdí todos mis ahorros, sino que estaba muy endeudado. De hecho, el sábado anterior la tienda había sido cerrada y me dirigía al banco para solicitar un préstamo que me permitiera viajar a Kansas City a buscar un empleo.
Me sentía derrotado. Había perdido todas las ganas de luchar y también la fe. De pronto, vi que por la calle se acercaba un hombre que no tenía piernas. Estaba sentado en una plataforma de madera que se desplazaba sobre ruedas de patín. Para avanzar se ayudaba con un bloque de madera en cada mano. Cuando lo vi, acababa de cruzar la calle y se disponía a subir al borde de la acera. Al levantar su plataforma de madera, alzó la vista y nuestras miradas se encontraron. «Buenos días. Es un hermoso día, ¿verdad?», me saludó animado y con una gran sonrisa.
Al mirarlo, me di cuenta de lo rico que yo era. Tenía las dos piernas. Podía caminar. Me sentí avergonzado de haberme compadecido de mí mismo. Pensé: «Si él, a pesar de que no tiene piernas, puede estar alegre, animado y victorioso, yo, con piernas, desde luego que puedo». De inmediato comencé a sentirme más animado. Había decidido solicitar al banco un préstamo de cien dólares, ¡pero ahora me sentía con valor para pedir doscientos dólares! Mi intención había sido decir que quería ir a Kansas a tratar de conseguir un empleo, pero entonces les dije confiado que iba a Kansas a obtener un empleo. Me dieron el préstamo, y conseguí el empleo.
Ahora tengo en el espejo de mi baño estas palabras, que leo todas las mañanas al afeitarme: «Yo no tenía zapatos y me quejaba. Hasta que conocí a un hombre que no tenía pies». Dale Carnegie2
Estén siempre alegres. Nunca dejen de orar. Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:16-18
El corazón alegre es una buena medicina, pero el espíritu quebrantado consume las fuerzas. Proverbios 17:22
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A diario pide a Dios que te haga una persona verdaderamente agradecida; y lo serás, a medida que acudas con regularidad a la Palabra de Dios, la Biblia, y descubras cuánto te ama Dios. Incluso cuando lleguen tiempos difíciles (y llegarán) podemos dar gracias a Dios por darnos la esperanza y las fuerzas que necesitamos. No dejes que la gratitud se convierta en el ingrediente que falta en tu vida. En cambio, concéntrate en Cristo y en la esperanza que tenemos en Él, y la gratitud llenará tu alma. La Biblia dice: «Puesto que nosotros estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos» (Hebreos 12:28). Billy Graham Foundation
Publicado en Áncora en noviembre de 2024.
1 https://pastorrick.com/how-to-become-a-godly-optimist
2 Dale Carnegie, How to Stop Worrying and Start Living (publicado originalmente en 1948).
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