julio 2, 2024
[The Power of Your Words]
¿Las palabras positivas de ánimo influyen notablemente? Creo que sí. De hecho, no creo que ahora mismo estaría escribiendo este artículo sin ellas. Me explico. ¿Recuerdan que se sentían incómodos en los primeros años de adolescencia en el colegio? Pues yo era la definición de eso. En serio, me conocían por mi incomodidad, nerviosismo y timidez (tampoco ayudaba que yo tuviera el cabello rizado y que llevara anteojos y un aparato corrector en los dientes).
Un día, en mi clase de lengua, mi profesora favorita nos pidió que escribiéramos poemas para leerlos en voz alta en clase. Naturalmente, sentí terror. Sin embargo, nunca olvidaré las palabras positivas de mi profesora después de que leí mi poema. Ella hizo una pausa y dijo: «Tienes un don». […]
Las palabras tienen poder para conformar nuestro mundo porque cuentan los relatos que nos decimos a nosotros mismos. Y esos relatos influyen en la manera en que actuamos y en las personas en las que nos convertimos. ¿Y aquellas palabras? Para mí fueron transformadoras. ¿Por qué? […] Las palabras de mi profesora me animaron a escribir, algo que me encanta.
Ahora piensa en tu vida. ¿Recuerdas cuando alguien te animó con palabras positivas en el momento adecuado? ¿Qué impacto tuvo en tu vida? Ahora, piensa en el impacto de tus palabras [dirigidas a otros]. […]
Nuestras palabras tienen el poder de llevar muerte o vida en cualquier situación. Con una frase, podemos destruir la confianza de alguien, o recordarle cuál es su identidad en Cristo. Podemos animar a esa persona con palabras que dan vida y que moldearán su historia de una manera positiva, o podemos desanimarla al decirle palabras hirientes que le causen daño. […]
El pastor Craig Groeschel lo dice de esta manera: «Cada vez que pienses en algo bueno de alguien, ¡dilo! Nunca robes a alguien de las bendiciones al no expresar algo que es un tesoro».
Eso no significa que hagas cumplidos que no son sinceros. Pero sí significa que busquemos maneras de animar de verdad a los que nos rodean. […]
Las palabras positivas para infundir ánimo importan más de lo que pensamos. Y dirigir palabras positivas a otros en realidad contribuye a que también empieces a pensar de ti mismo de forma más positiva. Cuando buscas lo bueno en el mundo y en otros, empiezas a encontrarlo. Eso ayuda a que empieces a mantener una actitud positiva y a que esa actitud sea más como la de Cristo.
Si pudieras bendecir todo el día de una persona con una pequeña acción, ¿lo harías? Tienes ese poder a diario, simplemente con las palabras que dices. Así pues, busca maneras de elogiar con sinceridad y animar a los que te rodean. Alli Wiseman1
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Cuando me susurras alabanzas, se acorta la distancia entre tú y Yo. Y cuando expresas tu admiración y aprecio a quienes te rodean, te acercas más a ellos. La otra persona nota que la quieres, la necesitas y la tienes en cuenta.
Cuando adviertes algo bueno en alguien, es probable que ese pensamiento te lo haya inspirado Yo con el fin de que lo expreses. Haz un cumplido o expresa aprecio por el buen trabajo que ha hecho esa persona. Aunque lo hayas dicho muchas veces antes, vuélvelo a decir. No te preocupes de que se vaya a cansar de oír tus palabras positivas. Eso rara vez sucede.
Las cosas que reconoces o por las que manifiestas aprecio no tienen por qué ser muy llamativas o importantes. Es más, viene bien prestar atención a las pequeñeces, pues son las que suelen pasar inadvertidas. Si te parece que no eres un buen observador como para saber qué decir, consúltame. Luego, cuando Yo te indique algo positivo, dilo.
Todas las personas en la Tierra necesitan sentirse apreciadas. Cuando prodigas aprecio, te conviertes en un conducto a través del cual Mi amor fluye hacia el beneficiado. Pídeme el don del aprecio y luego pasa a la acción, cultivando el hábito de expresar aprecio a las personas cada vez que se te presente la oportunidad.
Otro magnífico aspecto de los elogios con palabras sinceras y amables es que cuanto más los prodigas, también te sientes más feliz, pues te ayudarán a reconocer todo lo bueno que hay a tu alrededor. Las palabras de aprecio, gratitud, ánimo y reconocimiento desatan un ciclo positivo que te maravillará. Jesús
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Las palabras tienen un auténtico poder. Dios creó el mundo con el poder de Sus palabras (Hebreos 11:3). Los humanos somos hechos a imagen y semejanza de Dios, y nuestras palabras también tienen poder. […] Nuestras palabras hacen más que transmitir información; tienen un impacto sobre las personas. […] Las palabras pueden exacerbar heridas y causarlas directamente. Alternativamente, las palabras pueden edificar y dar vida (Proverbios 18:21; Efesios 4:29; Romanos 10:14,15).
De todas las criaturas que hay en este planeta, solo los humanos tenemos la capacidad de comunicarnos por medio de las palabras. Dios nos ha dado la facultad de utilizar las palabras, y es un regalo único y potente.
Nuestras palabras tienen el poder de destruir y el poder de edificar (Proverbios 12:6). […] ¿Empleamos las palabras para edificar a las personas o para destruirlas? ¿Las palabras están llenas de odio o de amor, de amargura o de bendición, de quejas o de elogios, de codicia o de amor, de victoria o de derrota?
Las palabras son tan importantes que tendremos que rendir cuentas de lo que hayamos dicho cuando estemos delante del Señor Jesucristo. Jesús dijo: «Les digo lo siguiente: el día del juicio, tendrán que dar cuenta de toda palabra inútil que hayan dicho. Las palabras que digas te absolverán o te condenarán» (Mateo 12:36,37). GotQuestions.Org2
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Un anciano difundió rumores de que su vecino era un ladrón. Como consecuencia de ello, el joven fue arrestado. Días después se comprobó que el joven era inocente. Después de que fue puesto en libertad, el joven se sintió humillado al caminar de regreso a su casa. Demandó al anciano por acusarlo injustamente.
En el tribunal, el anciano dijo al juez: «Eran solo palabras, no hicieron daño a nadie».
Antes de dictar sentencia, el juez dijo al anciano: «Escriba en un papel todo lo que dijo del joven. Recorte todas las palabras, y al ir de camino a su casa, tire todos los trozos de papel. Regrese mañana para escuchar la sentencia».
Al día siguiente, el juez dijo al anciano: «Antes de recibir la sentencia, usted tendrá que ir a recoger todos los trozos de papel que tiró ayer».
El anciano contestó: «¡No puedo hacerlo! El viento los esparció y no sé dónde podría encontrarlos».
El juez le dijo: «Del mismo modo, comentarios sencillos pueden destruir el honor de un hombre a tal grado que no se pueda arreglar».
El anciano se dio cuenta de su error y pidió perdón.
Las palabras tienen poder. Tienen la capacidad de inspirar, motivar y convencer; o desanimar, rechazar y disuadir. Con tus palabras tienes el poder de sembrar semillas de éxito o fracaso en la mente de otra persona, y en el proceso revelas quién eres, cómo piensas, y en qué crees. Ya sea al llevar inspiración a un país, lanzar un producto, formar un equipo o enmendar una relación, las palabras correctas expresadas en el momento indicado pueden cambiar la historia. Shivangi S.3
Publicado en Áncora en julio de 2024.
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