febrero 9, 2024
[Finding Joy in Christ]
Pablo en sus escritos no propone soluciones temporales para lidiar con la ansiedad. Más bien nos advierte que estamos depositando nuestra confianza donde no corresponde. La ansiedad revela nuestros temores y desesperación. Hay algo que nos aterra perder o que nos negamos a dejar atrás. No obstante, ese «algo» no resiste la carga que le imponemos. Incluso las cosas buenas en nuestra vida, como el amor, la familia, los conocimientos y el éxito no perduran en las buenas y en las malas, debido a que somos criaturas finitas y Dios es infinito. El conoce nuestras necesidades y sabe que lo necesitamos en todo momento.
Solo los que confían en Cristo pueden encarar toda amenaza y toda situación con esperanza y gozo. Ello se debe a que únicamente los que pertenecen al Señor saben que nada en el mundo los puede separar de Él. Como afirma Pablo en Romanos 8:35–39, ninguna cosa en absoluto nos puede apartar «del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor». Solo cuando nos reenfocamos en el Señor, lo atesoramos y permitimos que Su gracia sea el fundamento de nuestra vida podemos encontrar el gozo en Cristo. También encontraremos dulzura bíblica genuina permaneciendo en Jesús para poder combatir las preocupaciones por medio de la oración agradecida, concentrándonos en el carácter de Cristo y creciendo en la gracia de Dios.
(Lean el artículo [en inglés] aquí.)
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