enero 4, 2024
[Your Past Does Not Define Your Future]
Una noche después de la cena, me derrumbé; […] me encontraba agotada, sola y llorando. […] Me habían despedido de mi trabajo en una iglesia, donde meses antes me habían prometido un ascenso y un aumento de sueldo. Había pasado incontables noches examinando los documentos del divorcio porque no podía pagar un abogado. Al mirar mi situación económica y las cuentas que ahora tendría que pagar como madre soltera, no veía una salida de ese valle de total oscuridad. […]
Me encontraba en un valle. Pensaba que mi quebrantamiento me rebajaba. Sin embargo, en la Biblia hay historias de personas —algunas eran mujeres— quebrantadas, a quienes Dios rescata y recibe.
Una de esas historias es dura y bella; se muestra que Jesús desea elegir a quienes nos cuesta ver nuestro valor. Los escribas y los fariseos llevaron a una mujer sorprendida en adulterio a los patios del templo donde estaba Jesús. ¿Te puedes imaginar que te encuentren cometiendo algunos de tus mayores errores, que te arresten en ese momento y te lleven a un lugar público para ser asesinado?
Y como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo:
—Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en el suelo. Al oír esto, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta dejar a Jesús solo con la mujer, que aún seguía allí. Entonces Él se incorporó y le preguntó:
—Mujer, ¿dónde están? ¿Ya nadie te condena?
—Nadie, Señor.
Jesús dijo:
—Tampoco Yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar (Juan 8:7-11).
¿Ves lo que ocurrió? Jesús cambió el guión de la historia.
Jesús no solo creó responsabilidad por la deshonra pública, sino que también decidió mostrar amor a una mujer que, para su comunidad, estaba manchada y merecía la muerte. El quebranto de la mujer no descartó su acceso al Salvador del universo y Su amor por ella.
Cuando decides llevar a la luz tus heridas, puedes tener esperanza y curación. Al elegir a la mujer de la historia que se encuentra en el capítulo 8 de Juan, Jesús nos hace ver hoy que también nos elige a ti y a mí. Jesús te elige ahora mismo. La pregunta es: ¿serás lo bastante valiente como para luchar por tu mayor esperanza al combatir tu mayor dolor?
Todos tenemos heridas profundas que necesitamos que se curen. Necesitamos restablecimiento y libertad verdadera. Nuestras heridas de la infancia pueden transformarse en cicatrices que en la edad adulta están sanas y cerradas.
Puedes mirar todos tus errores pasados, el dolor, las partes de tu historia que quieres olvidar y declarar que no tienen la última palabra en tu vida. Es exactamente lo que hizo Jesús cuando murió por ti: declarar que esas cosas no tienen la última palabra, pero Dios sí. Amigo, Dios aún no ha terminado contigo.
Amado Dios, sabes por lo que he pasado. Te doy gracias porque nunca te has dado por vencido conmigo. Llévame a un lugar de curación que me permita contar mi historia y llevar las buenas noticias de que hay esperanza para todos nosotros. En el nombre de Jesús, Amén. Toni Collier1
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Nuestro futuro no está limitado por nuestro pasado. Independientemente de las decisiones que hayamos tomado y de nuestras circunstancias actuales, el futuro sigue siendo tan halagüeño como las promesas de Dios. Si no estás en la situación en que desearías estar, aún hay tiempo para cambiar eso. Mientras da vueltas el cielo, hay esperanza en el suelo.
Revivir el pasado y lamentarnos de algunas cosas que hicimos, o sumirnos en el remordimiento por no haber hecho otras que nos hubiera gustado hacer, es propio de nuestra naturaleza humana. Dios lo comprende. Así y todo, es un error dejar de ver todo lo bueno que también trajeron esas experiencias: la madurez, la profundidad y otras enseñanzas que contribuyeron a forjar nuestro carácter y a prepararnos para cosas mayores y mejores que han de venir.
Al volver la mirada hacia el pasado no nos olvidemos de «todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro y todo lo amable» que también ha habido en nuestra vida. (Véase Filipenses 4:8.) Demos gracias a Dios por las decisiones acertadas que tomamos en el pasado y por las que nos va a ayudar a tomar en un futuro. María Fontaine
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«Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante, prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Filipenses 3:13,14).
Cuando Pablo dijo que él estaba «olvidando lo que queda atrás», se refería a no mirar a las relaciones del pasado, los recuerdos, los fracasos, las tentaciones, ni nada que pudiera distraerlo de concentrarse con gran determinación en el «supremo llamamiento de Dios en Cristo». Para animar a su público, Pablo describió a un atleta que corre en una carrera con determinación, inflexible, a fin de llegar a la meta y ganar el premio. […]
Para ganar una carrera, el corredor debe desechar toda distracción de la mente. No debe repetir los traspiés de antes ni pensar obsesivamente en los errores mientras corre. Con la frase «olvidar lo que queda atrás», Pablo dice: «¡No mires atrás! Deja de seguir pensando en el pasado. No permitas que algo que ya pasó interfiera en tu progreso actual o en tus futuros esfuerzos». […]
Cuando se trata de moverse hacia adelante, el cuerpo tiende automáticamente a dirigirse hacia el lugar en que miran nuestros ojos. El corredor que sigue mirando atrás para ver lo que hay detrás de él, perderá la carrera. […]
Aferrarse a emociones como el resentimiento y la falta de perdón puede hacer que vayamos más despacio e incluso que nos quedemos anclados en el pasado. Repasar conflictos y repetir episodios dolorosos solo abrirá viejas heridas. […] La culpa y la desesperación por pecados del pasado también pueden mantenernos encadenados al pasado. Sin embargo, Dios no nos guarda rencor por pecados del pasado, y tampoco nosotros deberíamos hacerlo (1 Juan 1:7–9). […]
La vida cristiana se vive con los ojos mirando hacia adelante, hacia Jesucristo. Él es la máxima prioridad que hace que nuestra vida valga la pena. GotQuestions.Org2
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No dejes que los errores del pasado nublen tu visión del futuro. Concéntrate en lo bueno que está por venir. La fe nos infunde valor para encarar el presente con confianza y el futuro con expectativas. Ora cada día encomendando a Dios tu vida, tus planes, tus esperanzas, tus sueños y tus temores. A cambio, reinará la paz en tu vida. Perlas de Sabiduría
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El mundo es un libro. Cada paso da vuelta a una nueva página. Alphonse de Lamartine
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Redactemos la página de cada día de tal manera que al término del año lo que hayamos escrito sea para nosotros causa de júbilo y no de remordimiento. Perlas de Sabiduría
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«No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que Él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.» Filipenses 4:6,7
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Puedo encajar todo lo que te conviene en Mi majestuoso plan. Incluso las cosas que desearías que fueran distintas. Bien sé que deseas con el alma ver Mi maravilloso diseño que todo lo abarca, pero aunque te lo enseñara, no lo entenderías.
Te pido encarecidamente que no te obsesiones con lo que podrías haber hecho distinto. Ello no es sino un ejercicio de irrealidad. El pasado no puede diferenciarse de lo que ya ha ocurrido. En vez de ello, deseo ayudarte a empezar de nuevo, justo en el lugar donde te encuentras.
Este es el momento indicado para empezar de nuevo. Es una intersección única del tiempo y el espacio en el que habitas. Y es la ubicación exacta del espacio y el tiempo en la que deseo que vivas. Algunas cosas —o muchas cosas— escapan a tu control, pero eres capaz de vivir con alegría el presente. A fin de cuentas, en este preciso instante te comunicas conmigo, tu Señor y Salvador. De la misma manera, puedes superar el siguiente momento y así continuamente.
Lo que te resulta más difícil de aceptar es la manera en que percibes el futuro, basándote en tus predicciones sobre las circunstancias presentes. Pero el futuro no es sino uno de los secretos que escapan a tu control. Déjalo en Mis manos; el futuro es cosa Mía. Niégate a sentir preocupación por el futuro, y descubrirás que tienes a tu disposición recursos suficientes para afrontar el presente. Recuerda que Yo soy parte de esos recursos y que no hay nada imposible para Mí. Jesús3
Publicado en Áncora en enero de 2024.
1 https://proverbs31.org/es/lee/devocionales/texto-completo/2023/01/25/los-crayones-rotos-todav%C3%ADa-pintan
3 Sarah Young, Jesús vive (Thomas Nelson, 2012).
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