septiembre 5, 2023
Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Colosenses 3:1-3
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¿Qué ha sido, y ahora es, uno de los sentimientos más fuertes en el corazón humano? ¿Acaso no es hallar un lugar mejor, un lugar más bonito que el que tenemos ahora? Eso es lo que los hombres buscan en todas partes; y pueden tenerlo si quieren; pero en vez de mirar hacia abajo, deben mirar hacia arriba para encontrarlo. Cuando los hombres tienen más conocimiento, compiten más y más entre ellos para embellecer sus hogares, pero la casa más brillante sobre la tierra es solo un granero vacío, comparada con las mansiones de los cielos.
¿Qué buscamos en el ocaso y término de la vida? ¿Acaso no es un lugar protegido, tranquilo, donde —si no podemos estar en constante reposo— por lo menos podemos tener un anticipo del descanso que vendrá? ¿Qué llevó a Colón, sin saber cuál sería su suerte, a cruzar por mares occidentales que hasta entonces eran desconocidos, si no hubiera tenido la esperanza de encontrar un país mejor?
Eso fue lo que sostuvo el corazón de los primeros colonos de Nueva Inglaterra, que salieron de su tierra natal debido a la persecución, a medida que enfrentaban una costa de hierro, inhóspita, y más allá un territorio sin explorar. Se alegraron y los sostuvo la esperanza de llegar a un país libre y fructífero, donde pudieran descansar y adorar a Dios en paz. De algún modo, es parecido a la esperanza que tiene el cristiano de llegar al Cielo, solo que no es un país sin descubrir, y los lugares de interés no se comparan con nada que conozcamos en la Tierra. […]
Los viajeros que han subido por los Alpes dicen que las casas de los pueblos lejanos pueden distinguirse bien, que a veces se puede contar el número de paneles de vidrio en las ventanas de una iglesia. En ese lugar las distancias parecen muy cortas. Da la impresión de que el viaje será muy corto, pero después de horas y horas de subir, parece que el destino no está más cerca. Se debe a la claridad de la atmósfera. Con perseverancia, sin embargo, por fin se llega a destino y el cansado viajero encuentra descanso.
A veces habitamos en las altitudes de la gracia; el cielo parece muy cerca, y los montes de Beula están a la vista. Otras veces, las nubes y nieblas causadas por el sufrimiento y el pecado no nos dejan ver. Estamos tan cerca del Cielo en un caso como en el otro. […]
Cuando un hombre sube en un globo aerostático, lleva arena como lastre; y cuando quiere subir un poco más, deja caer parte de la arena, y entonces puede elevarse un poco más […] y mientras más suelta, más alto llega. Así pues, mientras más arrojamos las cosas de este mundo, más cerca estamos de Dios. Suéltenlas. No pongamos el corazón ni el afecto en ellas; en cambio, hagamos lo que el Maestro nos dice: guardemos nuestros tesoros en el Cielo. Dwight L. Moody[1]
En Colosenses 3:2, poner «la mira en las cosas de arriba» significa pensar en esas cosas, mostrar favor hacia ellas, y desearlas afectuosamente. Por ejemplo, como tengo afecto hacia los integrantes de mi familia, mis pensamientos también están dirigidos hacia ellos.
¿Qué cosas ocupan tus pensamientos? Si reflexionas en la respuesta, sabrás dónde están tus afectos. [… ] Es bueno amar a nuestra familia y amigos, pero más allá de nuestros seres queridos, ¿qué ocupa nuestra mente la mayor parte del tiempo?
En la actualidad, las personas del mundo piensan en muchas cosas: dinero, productos electrónicos, comida, entretenimiento, programas de televisión, viajes, ropa […] deportes y otras cosas.
No podremos llevarnos al Cielo ninguna de esas cosas terrenales. Sin duda disfrutamos la vida que Dios nos ha concedido aquí en la Tierra, pero si no ponemos nuestro afecto en las cosas de arriba, nuestros actos y pensamientos solo estarán en lo que es temporal. Poner nuestro afecto en el aquí y ahora de lo que podemos obtener de la vida no nos servirá de NADA en nuestro futuro en el Cielo.
¿Cuáles son las cosas de arriba?
Cuando empezamos a poner nuestro afecto en las cosas de arriba, las dificultades del aquí y ahora ya no son tan terribles […] el aquí y ahora se convierte en algo temporal en nuestra mente. El sufrimiento, la tristeza, el dolor, las lágrimas […] son temporales.
Nuestros objetivos ya no son trabajar más para aquí en esta Tierra, sino para complacer a nuestro Padre celestial. Como hijo de Dios, tu afecto debería estar en las cosas de arriba […] en lo que es eterno. Rhonda White[2]
Algunos días puede parecer una lucha. Estamos cansados de las batallas, atrapados en duros problemas, o sentimos la presión de los momentos difíciles. Y aunque es verdad que nunca se puede escapar completamente del lío causado por este mundo porque vivimos en un lugar que ha perdido la pureza original, podemos elegir remontarnos. Y en medio de lo que enfrentamos, podemos seguir firmes, fuertes y fieles. No porque seamos fuertes por nosotros mismos, sino porque Él es fuerte, y al ser creyentes, el Espíritu de Dios vive poderosamente dentro de nosotros.
Poder remontarse por encima del temor, las tentaciones y las dificultades de esta vida está envuelto en la verdad de quiénes somos en Cristo. Somos redimidos. Somos libres. Somos renovados día a día. Somos la obra de Dios en Cristo Jesús. Somos una nueva creación. […]
En Colosenses, Pablo nos recuerda que cuando tenemos a Cristo, tenemos todo lo que necesitamos. Jesús es todo lo que necesitamos. Él es la cabeza de todo. Es supremo. Es mayor que cualquier otro poder o autoridad. Debido a ello, como seguidores de Cristo, tenemos Su Espíritu dentro de nosotros que nos prepara y nos permite andar en libertad y luz.
En este versículo, el término griego para decir «poner» significa «buscar», «estar decidido». Nos dice que esa debe ser una manera en que elegimos vivir, no algo que solo ocurre una vez y que podemos olvidarlo. Es una manera de vivir que nos permite ser libres de las cosas de este mundo que quieren frenarnos y oprimirnos.
Así que «poner la mira en las cosas de arriba» es ver la vida desde la perspectiva de Dios. Y buscar lo que Él desea. […]
La principal forma de empezar a ver las cosas desde la perspectiva de Dios es presentarnos delante de Él a diario, o muchas veces durante el día, aprender a andar con Él y reconocer Su poder y presencia en nuestra vida. Dios nos ama más de lo que podríamos llegar a saber. Anhela ayudarnos y siempre está presente. Sus palabras de vida nos recuerdan que Él es nuestra torre fuerte. Promete acercarse a los que lo buscan y es fiel para sacarnos adelante en las dificultades de este mundo. […]
Dios nunca nos pide que resolvamos todo por nuestra cuenta ni que vivamos con nuestras propias fuerzas. Solo nos pide que confiemos en Él, que reconozcamos Su liderazgo y soberanía en nuestra vida, que pensemos en Él y le pongamos atención. Y promete llenar nuestra vida con el poder de Su Espíritu, ir delante de nosotros y hacer que nuestros pasos sean firmes. […]
Su verdad nos recuerda que Él está con nosotros. Siempre. Nuestro Dios «con nosotros» nunca nos dejará ni nos dará la espalda. Nos sostiene en la lucha más feroz y nos da paz en los momentos de incertidumbre. Debbie McDaniel[3]
En Su Palabra, el Señor nos dice que si miramos más hacia el futuro, si damos un paso atrás y contemplamos más el panorama general, si ponemos más los ojos en el Cielo, nos resultará más fácil sobrellevar las dificultades actuales. Es una cuestión de perspectiva. Si solo se fijan en lo que ocurre a su alrededor en este momento, la vida puede parecer bastante difícil. Eso le pasa a todo el mundo.
Pablo dijo algo que a todos nos convendría tener en cuenta: «Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera solo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales» (1 Corintios 15:19). Es decir, que tenemos que ver más allá de lo que enfrentamos hoy mismo y fijarnos en el objetivo a largo plazo, en los galardones, en la alegría eterna y el alivio de las batallas de la vida. Tenemos que fijarnos en el momento en que estaremos eternamente con el Señor, y eso nos dará las fuerzas para seguir adelante. Todo ello es parte de poner los ojos en el Cielo.
Tenemos tantas maravillas por delante, y si nos mantenemos concentrados en eso, los baches de cada día se harán más fáciles de sobrellevar. María Fontaine
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Poner los ojos en el Cielo significa apartarse un poco de las tareas cotidianas y las pequeñas cosas pendientes, y recordar el panorama general de por qué están en la tierra. Es recordar que están en la tierra por un tiempo muy breve y que pronto vendrán al lugar donde todas las batallas, dificultades y problemas dejarán de importar y no tendrán consigo sino lo eterno y duradero.
No pierdan de vista el objetivo celestial pensando solo en los afanes y pruebas de la tierra. Su existencia actual es pasajera; su vida no es más que neblina. Muy pronto, muchas de las cosas que les parecían tan difíciles desaparecerán, y en su lugar recibirán una corona de vida y recompensas eternas por no perder la fe.
En la próxima vida de veras se alegrarán de haber vivido para Mí. Resplandecerán como las estrellas si fueron entendidos y enseñaron a muchos la justicia (Daniel 12:3). Se alegrarán por la eternidad por todas las veces que dejaron de lado su voluntad para que se hiciera la Mía. Y un día considerarán lo terrenal como basura comparado con las riquezas eternas del Cielo (Filipenses 3:8). Jesús
Publicado en Áncora en septiembre de 2023.
[1] Moody,Dwight L., Heaven (publicado por primera vez en 1887).
[2] https://herchristianhome.com/what-is-really-means-to-set-your-affection-on-things-above.
[3] https://www.ibelieve.com/faith/how-to-set-your-mind-on-things-above-6-ways-to-let-go-of-earthly-things.html.
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