agosto 15, 2023
Hagan todo con amor. 1 Corintios 16:14
En una de las últimas instrucciones que dio Pablo a la iglesia de Corinto, los anima a hacer «todo con amor». Después de mucho asesoramiento con relación a cuestiones importantes en la iglesia, Pablo resume todo en una última frase. Solo ámense unos a otros, en todo lo que hagan.
A medida que leemos y estudiamos la primera carta a la iglesia de Corinto, se hace evidente que tenían muchas cuestiones y conflictos, y parecía que no eran conscientes de algunos de ellos. Y aunque para esos problemas Pablo da soluciones largas, minuciosas y aleccionadoras, él quería que ellos entendieran que si van a tener éxito al enfrentar esos asuntos, necesitan estar motivados por el amor y solo por el amor.
Para hacer las cosas a través del amor, necesitamos mirar a Dios, el Creador y maestro del amor. Dios es amor, y al ser motivados por amor como pueblo de Dios, también glorificamos y honramos a Dios. […]
Se animaba a los cristianos de Corinto no solo a buscar el propio bien y deseos egoístas en la vida; se les alentaba a buscar el bien de su prójimo. Pablo incluso llega hasta el punto de escribir: «Ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios» (1 Corintios 10:31). Incluso al comer y beber deberían honrar y amar a otros y, al hacerlo, glorificar a Dios.
Amar a otros significa dejar a un lado nuestros deseos egoístas y simplemente dejar de ser egocéntricos. Y si falta voluntad para hacerlo, debemos preguntarnos: ¿qué estamos dispuestos a hacer para Dios y por la salvación de los demás?
Así como Pablo anima a los cristianos en Corinto a ser imitadores de Cristo y ser motivados por el amor y solo por el amor, debemos animarnos unos a otros a hacer lo mismo. YWAM Turner Valley[1]
Amor. Es una palabra que puede significar muchísimas cosas. Podemos decir: Amo a Dios, amo a mi mamá y los espaguetis y las albóndigas me encantan, tanto que podría decirse que los amo; y decir en serio las tres cosas. La idea bíblica del amor también tiene múltiples aspectos, pero a diferencia de en nuestro idioma, en griego había diferentes palabras para expresar las distintas clases de amor y sus matices.
El amor incondicional de Dios por nosotros, que el Espíritu Santo que mora en nuestro interior nos permite devolver a Dios y a otros, se llama amor agápē. Esa es la clase de amor de la que habla Pablo al final de su primera carta a los corintios cuando dice: «Hagan todo con amor». (1 Corintios 16:14). En la extensa carta, Pablo ha dado a los creyentes muchas instrucciones de cómo vivir en el mundo como cristianos y cómo abordar muchos asuntos espinosos, y ahora lo resume antes de terminar la carta con su propia expresión de amor. «Mi amor sea con todos ustedes en Cristo Jesús. Amén» (1 Corintios 16:24). […]
Previamente, en esa carta a los corintios, Pablo ha dedicado todo un capítulo a mostrarles que hay «un camino más excelente» (1 Corintios 12:31) para amar. Pablo detalla lo que es el amor en el capítulo 13, que en muchos casos se lee en las bodas, pero tiene una aplicación en la vida cotidiana de los cristianos: «El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue» (1 Corintios 13:4–8). […]
1 Juan 4:19 nos recuerda que «nosotros amamos porque Él nos amó primero». Esa no es solo una bonita idea o un hecho histórico, sino una realidad en la que vivimos, momento a momento, y por la que hemos sido empoderados. Podemos «saber y creer que Dios nos ama» porque «Dios es amor, y el que vive en el amor, vive en Dios y Dios en él» (1 Juan 4:16). Es en la atmósfera del amor de Dios que nos llenamos y somos capaces de corresponder al amor de Dios y amar a otros, dando con generosidad lo que hemos recibido generosamente. El amor es el núcleo del evangelio, y nunca pierde relevancia en nuestra vida. J. I. Packer dijo: «Nunca nos alejamos del evangelio; avanzamos dentro del evangelio». […]
Debido al amor increíble de Dios, el que nos ha sido dado y que se nos sigue entregando con abundancia, podemos estar rebosantes de ese mismo amor. Ese amor puede afianzar todas las acciones de un creyente, mostrar al mundo cómo es Dios. Para nosotros, ese amor es un refugio que echa fuera el temor, nos permite hacer cosas difíciles, y llena la vida de significado relacional, ¡tanto ahora como para la eternidad! Jessica Udall[2]
El amor es el modo de actuar en el que se mueve y prospera nuestra vida cristiana. Pablo dio estas instrucciones a los romanos: «Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente» (Romanos 12:10). Pablo enseñó esto a los efesios: «Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor» (Efesios 4:2). Y además, «sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo» (Efesios 4:32). El amor es la manera de ser que los cristianos deben manifestarse unos a otros y a toda la humanidad.
Cristo dijo que Sus seguidores debían ser conocidos por su amor: «Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como Yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros» (Juan 13:34). Jesús establece la norma de cómo debemos amarnos unos a otros. Los esposos y esposas deben amarse el uno al otro como Cristo amó a la iglesia y se sacrificó por ella (Efesios 5:22–33). Cuando corregimos o reprendemos a alguien, debemos hacerlo con amor genuino por esa persona (1 Timoteo 5:1). Si debemos expresar una verdad difícil a un hermano o hermana en Cristo, nuestra motivación debe venir de una postura de amor (Efesios 4:15). Siempre debemos trabajar juntos como un cuerpo, unidos inseparablemente al propósito de edificarnos unos a otros en un espíritu de unidad y amor (Efesios 4:16).
Adquirimos amor al emular el ejemplo de Cristo en Su vida: «En esto conocemos el amor: en que Él puso Su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él? Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad» (1 Juan 3:16-18). «Hagan todo con amor» propone que amemos como Jesús amó.
Amado Dios, gracias porque eres un Dios amoroso, misericordioso. Gracias porque nos has ofrecido perdón y el regalo de una nueva vida en ti. Gracias porque Tu amor es perfecto, nunca falla, y nada puede separarnos de Tu amor.
Te pedimos que nuestra vida esté llena hasta rebosar con el poder de Tu amor, de modo que podamos dejar huella en este mundo y honrarte a ti. Te pedimos que nos ayudes recordándonos que las cosas más importantes no son las que hacemos externamente, no se basan en talentos ni en dones, sino que lo más importante que podemos hacer en esta vida es simplemente amarte y elegir amar a otros. […]
Señor, gracias porque Tu amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta; gracias porque Tu amor nunca falla. Debbie McDaniel[3]
Sobre todo, vístanse de amor, lo cual nos une a todos en perfecta armonía. Colosenses 3:14
Era tal el amor que Dios sentía por ti que se ofreció a hacer el sacrificio supremo, a abandonar a Su Padre y Su hogar y sufrir condena y toda suerte de maldades a manos de pecadores. Todo eso hizo por amor a ti. Aunque hubieras sido la única persona nacida en este mundo, lo habría hecho. ¡Lo habría hecho por ti! Lo hizo porque percibió que bajo toda esa suciedad y ese pecado había una hermosa creación Suya.
Por otra parte, nos dice que debemos amar a los demás con el mismo amor con que Él nos amó; que debemos pasar por alto sus faltas, sus defectos y sus pecados, y mirar en cambio la belleza que Él ha puesto dentro, que tratemos de mirar el corazón de nuestro prójimo y que amemos a los demás con el amor de Dios.
El mundo está lánguido y tiene sed del Espíritu de Dios. Necesita una gran infusión de Su amor. El mundo necesita sentir el toque sanador de Dios, Su sincera y tierna preocupación, Su compasión. Ha llegado el momento de no contentarnos con leer sobre Su amor, o con hablar de él, sino de vivirlo al amar a Dios y manifestar amor a cuantos podamos y en toda circunstancia.
Dedicar tiempo a amar a las personas no es perder el tiempo, por muchas cosas importantes que tengamos que hacer. Puede traer alegría, consuelo y seguridad a las personas y también a las que éstas influencian. Es posible que sus esfuerzos les parezcan insignificantes, pero no olviden que «con Dios lo poco es mucho», y Su Espíritu puede obrar hasta en los más pequeños actos de amor.
Al amar a los demás ponemos en práctica lo que predicamos, y nuestra predicación será más eficaz. Si podemos decir: «Hoy me tomé tiempo para amar», podemos sentir que hemos logrado algo que será para siempre y que complacerá al Señor. María Fontaine
Publicado en Áncora en agosto de 2023.
[1] https://ywamturnervalley.org/2016/01/05/let-all-that-you-do-be-done-in-love-1-corinthians-1614/
[2] https://www.crosswalk.com/faith/spiritual-life/how-to-let-all-you-do-be-done-in-love.html
[3] https://www.christianity.com/wiki/bible/let-all-you-do-be-done-in-love-1-corinthians-16-14.html
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