Dios es amor

marzo 14, 2023

Recopilación

[God Is Love]

La Biblia enseña que Dios nos ama. Sin embargo, también enseña que Dios es amor. 1 Juan 4:7-9 revela: «Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Él y lo conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Así manifestó Dios Su amor entre nosotros: en que envió a Su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él».

En el griego original utilizado para escribir el Nuevo Testamento, hay más que una palabra para amor. El término griego agapáô que a menudo se menciona como el amor agápê, es el que se emplea en 1 Juan 4. Se utiliza cuando se habla de un amor incondicional. Este amor de Dios no tiene límites.

Dios no solo entrega amor; Él es la fuente del amor. Como el Creador de todo (Génesis 1:1), Él es el que creó el amor. Debido a Su amor, somos capaces de amar. Como indica 1 Juan 4:19, «nosotros amamos porque Él nos amó primero». La máxima expresión de Dios como amor fue a través del Hijo, Jesucristo. Dios nos creó, nos sustenta, y se ha revelado a nosotros a través de Jesús. […]

1 Corintios 13 es uno de los pasajes más conocidos de la Biblia sobre el amor. En esos versículos encontramos una perspectiva del amor de Dios expresada en términos poéticos que muestra muchos de los aspectos del amor de Dios hacia nosotros. Se nos dice: «El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue» (1 Corintios 13:4-8).

Además, Juan 3:16 enseña: «Tanto amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo el que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna». Dios dejó claro que Su amor, por medio de Jesús —el Hijo de Dios—, da una oportunidad para que los que creen pasen la eternidad con Él. […]

La Biblia también dice claramente que no hemos hecho nada para merecer el amor perfecto de Dios. Romanos 5:8 dice: «Dios demuestra Su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros». Aun cuando Jesús sabía que íbamos a fallar e incluso antes de que naciéramos, Él entregó Su vida como la máxima expresión de Su amor.

Dios es amor; creó el amor, nos creó para amarlo, y nos ha ofrecido Su amor a cada uno. Nuestro desafío es aceptar Su gran amor (Efesios 2:8-9) para que experimentemos Su amor en el presente (Juan 10:10) y por la eternidad (Juan 3:16).  CompellingTruth.org[1]

¿Qué significa «Dios es amor» en 1 Juan 4:8?

En todas las épocas, la palabra «amor» ha adquirido muchos significados. Innumerables escritores, directores de cine y artistas se han esforzado por transmitir la idea del amor. Aunque casi nadie tiene la misma definición, hay una idea subyacente. El amor es un sentimiento y una acción. El amor es lo que una persona siente y hace por alguien más. Incluso en el cristianismo, el amor conlleva muchas cualidades. Todo el pasaje de 1 Corintios 13 está dedicado a la idea del amor. El capítulo termina con la idea de que el amor es más grande que la esperanza y, sorprendentemente, más grande que la fe. […]

Cuando en las Escrituras se evoca el amor, el término se emplea para describir la manera en que hablamos, actuamos, y nuestra actitud con respecto a los demás. Sin embargo, el amor en la Biblia no está de ninguna manera limitado a las relaciones humanas. De hecho, la Biblia nos informa que la razón por la que amamos a otras personas, la razón por la que entendemos el amor, es porque Dios nos amó primero. «Nosotros amamos porque Él nos amó primero» (1 Juan 4:19). […]

Desde el huerto del Edén, Dios ha actuado a favor de los seres humanos, manifestando Su amor y apoyo por Sus seguidores. Ha habido consecuencias, como el destierro del Edén (Génesis 3), pero Dios ha mantenido una relación con la gente desde la caída del ser humano. ¿Por qué?

La respuesta es evidente en el amor de Dios y en todos los relatos que siguen en la Biblia, donde Dios actúa a favor de la humanidad. Esos acontecimientos culminan en la segunda venida de Cristo. Como Dios ha sido una constante en la vida de la humanidad, también se supone que nosotros debemos manifestar amor unos por otros de manera constante. Juan afirma que no podemos amar a Dios y odiar a alguien más (1 Juan 4:20).

Si Dios ha decidido amarnos a pesar de nuestra naturaleza pecaminosa desde el principio del tiempo, ¿por qué elegiríamos no amar a alguien a pesar de un agravio en la actualidad? Eso es más fácil en teoría que en la práctica, pero Juan deja claro que «Dios es amor». Y lleva la cuestión más lejos al decir que permanecemos en amor cuando nos acercamos a Dios, y a medida que nos acercamos a Dios, el amor de Dios permanece en nosotros (1 Juan 4:16). Deberíamos esforzarnos por tratar a la gente de la misma manera en que Dios nos trata con amor.  Aaron Brown[2]

¿Cómo definimos el amor de Dios?

La Biblia nos dice que «Dios es amor» (1 Juan 4:8). Sin embargo, ¿cómo podemos siquiera empezar a comprender esa verdad? Muchos pasajes de la Biblia nos dan la definición que tiene Dios de lo que es el amor. El versículo más conocido es Juan 3:16: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga vida eterna». Así pues, una manera en que Dios define el amor es al dar. Sin embargo, lo que Dios entregó (o deberíamos decir «quien» Dios entregó) no fue solo un regalo con su envoltura; Dios sacrificó a Su único Hijo de modo que nosotros, que ponemos nuestra fe en Su hijo, no pasáramos la eternidad separados de Él. Ese es un amor asombroso, porque somos los que optaron por rechazar a Dios. Sin embargo, es Dios quien repara la separación por medio de Su sacrificio personal e intenso, y todo lo que tenemos que hacer es aceptar Su regalo.

Otro magnífico versículo sobre el amor de Dios se encuentra en Romanos 5:8: «Mas Dios muestra Su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros». En ese versículo y en Juan 3:16, no encontramos condiciones al amor de Dios por nosotros. Dios no dice: «Siempre que mejores tu conducta, te amaré». Tampoco dice: «Sacrificaré a Mi Hijo si prometes amarme». De hecho, en Romanos 5:8, encontramos lo opuesto. Dios quiere que sepamos que Su amor es incondicional, así que envió a Su Hijo Jesucristo a morir por nosotros aunque todavía éramos pecadores difíciles de amar. No teníamos que estar limpios; y antes de experimentar Su amor no teníamos que hacer promesas a Dios. Su amor por nosotros siempre ha existido, y debido a eso, Él lo dio todo y se sacrificó mucho antes de que fuéramos conscientes de que necesitábamos Su amor. […]

Su amor es muy diferente del amor humano. El amor de Dios es incondicional, y no se basa en los sentimientos o emociones. No nos ama porque somos encantadores ni porque hacemos que Él se sienta bien; nos ama porque Él es amor. Nos creó para tener una relación amorosa con Él, y sacrificó a Su propio Hijo (que también voluntariamente murió por nosotros) para restaurar esa relación.

Cuando las Escrituras dicen: «Dios es amor», no nos dicen que Dios es una sensación imprecisa, cálida, vaga, de amor. Los que redactaron las Escrituras no decían que en nuestro amor humano limitado encontraríamos a Dios. En absoluto; de hecho, cuando leemos en la Biblia que Dios es amor, significa que Dios define el amor. […] Dios es la definición de amor. […]

Para entender lo que es el auténtico amor y ser capaces de amar de verdad a otros, debemos conocer a Dios; y podemos hacerlo por medio de una relación personal con Él.  AllAboutGod.com[3]

El amor de Dios se hace manifiesto por medio de la salvación

El aspecto en que se hace más evidente el amor de Dios por la humanidad es en Su respuesta a nuestra necesidad de salvación. Todo ser humano es pecador y para poder reconciliarse con Dios precisa de redención. Gracias al amor que Dios abriga por cada ser humano, estableció el plan de salvación por medio del cual Dios-Hijo vino a la Tierra, llevó una vida libre de pecado y en un acto de expiación, cargó Él mismo con nuestros pecados.

Eso significa que ahora los seres humanos pueden reconciliarse con Dios, independientemente de quiénes sean y de los pecados que hayan cometido. Jesús ofrendó Su vida por todos, de ahí que la salvación está al alcance de todo el que la acepte.

Dios ama a toda la humanidad. La muerte de Jesús en la cruz nos enseña que el amor de Dios es abnegado, altruista. Su naturaleza es una de entrega de Sí mismo con el fin de bendecir y favorecer a los demás.

El amor de Dios se manifiesta en Su paciencia con la humanidad, en Su lentitud para airarse, en Su anhelo de que las personas reciban Su don de salvación y en el tiempo que les concede para hacerlo. Dios pospone el merecido castigo a causa del profundo amor que atesora por quienes creó a Su imagen.

Dios no quiere que nadie perezca y se muestra paciente para dar a la gente tiempo de aceptar Su amor redentor por medio de Cristo. No obliga a nadie a aceptar Su regalo, pues nos dotó de libre albedrío. Así y todo, aguarda con paciencia deseoso de que todos lo acepten.

Sus hijos tenemos la misión de dar a conocer las buenas nuevas de Su amor a cuantas personas podamos, invitarlas a ser Sus hijos y coherederos de Sus bendiciones junto con nosotros.  Peter Amsterdam

Publicado en Áncora en marzo de 2023.


[1] https://www.compellingtruth.org/God-is-love.html.

[2] https://www.crosswalk.com/faith/bible-study/what-does-it-mean-that-god-is-love.html.

[3] https://www.allaboutgod.com/god-is-love-2.htm.

 

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