diciembre 20, 2022
En medio del ajetreo y ruido de la temporada de festejo, dediquemos un momento a reflexionar sobre el significado de la Navidad.
Imagina a un Israel con un vivo deseo, que espera al Mesías prometido. ¿Cómo sería esperar por muchas generaciones el cumplimiento de una promesa? Pensemos en eso por unos momentos. […]
Los cristianos de la actualidad no tuvimos que esperar el cumplimiento de la promesa, ni experimentar el anhelo de Israel por generaciones. Sin embargo, podemos apreciar de nuevo la alegría de saber que nuestro Mesías ha venido, que Dios nos guía y cumple hoy Sus promesas a nosotros. Podemos sentir una alegría profunda, ¡sabiendo que Dios mismo está con nosotros! Como se predijo, nació de una virgen para nuestra salvación.
Que esta temporada navideña te encuentre reflexionando con alegría en la venida de nuestro Salvador, Jesucristo, ¡Emanuel, Dios con nosotros! Emmanuel Bible College[1]
Cada año, al leer el relato de la Navidad, quedo impresionado con el papel que desempeñaron los ángeles. […] Pienso en las circunstancias en las que vivían los judíos de esa época. Antes de eso, Dios había dado revelaciones. En ese momento, sin embargo, por más de cuatrocientos años, la voz profética había estado en silencio. Malaquías, que vivió cinco siglos antes de Cristo, fue el último de los profetas. Desde la época de Malaquías nadie se había levantado para declarar la palabra más segura del Señor.
¿Dios había olvidado a Su pueblo? ¿Había olvidado Sus promesas? De repente, aparecieron los ángeles. Primero a Zacarías, luego a María, a José y a los pastores. Y corrió la voz: ¡Dios no lo había olvidado! ¡Había llegado el momento del cumplimiento! […]
Verás, si la Navidad significa algo, por lo menos significa esto: Dios no se había olvidado de Su pueblo. Ese es el primer mensaje que te dejo. ¿A veces te parece que Dios se ha olvidado de ti? Tal vez oraste por algo y no has recibido una respuesta; por lo menos no la respuesta que esperabas. Esa puede ser una experiencia muy difícil. Sin embargo, eso no significa que Dios lo ha olvidado. Es simplemente que Sus planes no siguen nuestros programas. ¡Ten paciencia! ¡Confía en Él! ¡Dios no se ha olvidado de ti! […]
Tal vez anhelas el regreso del Señor. Parece que la situación es como al principio, y quieres algo mejor. Eso es bueno. Ese ha sido el clamor del pueblo de Dios desde el principio: «Señor, ¿cuánto tiempo?» Dios no lo ha olvidado. Pedro nos dice que Dios se tarda solo el tiempo suficiente para llamar al arrepentimiento a todo el que Él determinó anteriormente que debería creer («Él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan». 2 Pedro 3:9). ¡Jesús ya viene! Dios, que no nos olvidó en la primera venida de Cristo, no nos olvidará en Su segunda venida.
El segundo mensaje que trajeron los ángeles sobre el nacimiento de Cristo es el que fue entregado a José […] Como el mensaje a María, tiene un énfasis importante. En este caso, es la proclamación de alegría. El ángel dijo a los pastores: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría» […] (Lucas 2:10).
La alegría es algo maravilloso. Es una parte adecuada de la Navidad. […] La alegría es de Dios. Se basa en lo que Dios ha hecho, y Dios la da al cristiano y es mantenida por Dios. […] Si conoces esta alegría, entonces, como hicieron los ángeles, puedes continuar y dar gloria a Dios; y puedes tener esa paz de corazón y de alma que sobrepasa el entendimiento. Dr. James Boice[2]
En la temporada navideña escuchamos más sobre la alegría que quizá en cualquier otra época del año. G. K. Chesterton dijo: «La alegría, que fue la pequeña publicidad de los paganos, es el enorme secreto de los cristianos». Pero, ¿cuál es nuestra alegría secreta? Las Navidades pueden volverse tan ajetreadas que la alegría de las fiestas parece difícil de alcanzar. […]
El Salmo 16:11 dice: «En Tu presencia hay plenitud de gozo». […] Esa verdad es sencilla. La alegría se encuentra al pasar tiempo en la presencia de Dios, deleitándose en Él. […] El salmista nos dice que entremos por Sus puertas con acción de gracias y por Sus atrios con alabanzas (Salmo 100:4). Sin embargo, al estar cansados, agotados, al correr de un evento al otro, el agradecimiento puede quedar relegado al olvido.
Si eso suena familiar, dedica un tiempo a registrar todos los días cosas por las que estás agradecido. Ya sea que lo hagas solo o en familia, estarás lleno de gratitud y alegría que irá más allá de la temporada. Tus fracasos ya no parecerán importantes. […]
Cuando nos concentramos en nosotros mismos y en nuestra ineptitud, nos sentimos insignificantes y tímidos. ¡No hay alegría en eso! Nadie piensa que es un padre, cónyuge o hijo perfecto. Todos tenemos defectos. Por otro lado, cuando nos concentramos en ser agradecidos por todo lo que Dios ha hecho en nuestra vida y por Su bondad, ¡cambian nuestras perspectivas! Concentrarse en el Dador de toda buena dádiva es la llave que abre la puerta de la alegría. […]
En la Nueva Traducción Viviente, Nehemías 8:10 dice: «¡No se desalienten ni entristezcan, porque el gozo del Señor es su fuerza!» Nuestra fuerza espiritual está directamente unida a nuestra alegría. Ese versículo da a entender que la alegría se puede elegir. Cuando optamos por la gratitud, optamos por Su presencia. Cuando optamos por Su presencia, optamos por la alegría. Podemos concentrarnos en el estrés de la temporada o en la alegría que vino al mundo en un pesebre.
La alegría es algo más profundo que la felicidad, porque la felicidad se determina por las circunstancias externas. La alegría se determina por lo que pasa en el interior. […] Santiago 1 nos recuerda que tengamos por sumo gozo cuando enfrentemos pruebas y tribulaciones. Conocemos el final de la historia, así que independientemente de la prueba en la que te encuentres hoy, ¡ten la certeza de que ganaremos porque Jesús pagó un enorme precio por nuestra victoria! Ese es el lugar de alegría verdadera, profunda; el lugar donde descubrimos que todo redunda en bien.
Encuentra hoy tu alegría en la presencia de Dios. ¡Aclama con júbilo al Señor! ¡Declara con gusto la bondad de Dios en tu vida! Te fortalecerá, y tu gratitud de llevará a Su presencia, multiplicando tu alegría a medida que te concentras en Dios y en Su bondad. ¡Dichosa tierra! ¡Proclamad que vino ya el Señor! Kim Sullivan[3]
Amado Jesús:
Eres Dios y eres hombre, Rey de reyes y siervo de todos. Dejaste atrás Tu trono de inmortalidad para revestirte de humanidad. Te hiciste uno de nosotros para salvarnos. Me invade un gozo inexpresable cuando pienso que viniste callada y humildemente a nuestro mundo y lo alteraste para siempre. ¿Quién iba a imaginar la transformación que se obraría por medio de un recién nacido hijo de padres comunes y corrientes, envuelto en trapos y acostado en un pesebre?
En los buenos momentos y en los malos, aunque no tenga a nadie más, siempre puedo contar contigo. Siempre tendré Tu amor, amor que ha superado la prueba del tiempo, amor que me salvó y que ha salvado a muchos como yo. Gracias por acceder a experimentar tanto las alegrías como los sufrimientos de la vida terrenal. Gracias por soportar las lágrimas, el dolor, la frustración, el agotamiento, la soledad y la muerte a fin de poder decir sinceramente que nos comprendes. Nunca ha habido amor más perfecto que el Tuyo. Casey Parker
Publicado en Áncora en diciembre de 2022.
[1] https://www.emmanuelbiblecollege.ca/the-joy-of-christmas.
[2] https://www.oneplace.com/ministries/the-bible-study-hour/read/articles/the-joy-of-christmas-10251.html.
[3] https://familyfire.com/articles/finding-joy-at-christmas.
Copyright © 2024 The Family International