Buscar a los perdidos y salvarlos

noviembre 28, 2022

Palabras de Jesús

[Seeking and Saving the Lost]

¿Estás dispuesto a acercarte a los que son azotados por las tormentas de la confusión, los que están atrapados en las trampas y los espinos, los que no encuentran alegría, fuerzas ni felicidad en su vida diaria? ¿Serás una vasija que lleve Mi verdad y amor a los que están perdidos en el mundo? ¡Cuánto los amo y anhelo enjugar sus lágrimas y su pesar, y disipar su confusión!

¿Atenderás a Mi llamado de ir a buscar y salvar a los perdidos? ¿Mi Espíritu puede obrar en ti y a través de ti para amar a los cansados, a los que llevan pesadas cargas y traerlos a Mí? Necesito valerme de tu boca para pronunciar una palabra oportuna, necesito tu sonrisa que derrame un poco de sol entre los nubarrones oscuros en un día lluvioso. Necesito tus pies para acompañar a los demás.

Hay tantas personas que parecen no tener vida, cuya vela está a punto de apagarse. Los veo y te pido que te  acerques a ellos con Mis palabras de verdad y salvación, y con Mi amor incondicional.

¿A qué extremos llegará Mi amor? Hasta la cruz y más allá, hasta los confines de la Tierra, hasta lo más hondo del mar. Mi amor se desvive por amar y ganar a un alma perdida que se encuentra en el mar de la confusión, donde es sacudida. Mi amor es el bote salvavidas, su salvación. Soy el único camino a la verdad, la vida y la salvación eterna.

El jardinero prudente

Mientras hay vida hay esperanza, y en cuanto a los que todavía no se deciden, cuyo destino eterno está pendiente de un hilo, sigue llevándoles Mi verdad y amor.

A medida que los traigas a Mí por medio de la oración, ten fe y confianza en que Yo obraré en su corazón. Sé como el jardinero prudente que trabaja con paciencia y amor, que sabe que el fruto de una nueva vida se logra con el tiempo. Sabe que aunque la plantita haya sido azotada por la tormenta, aunque parezca que se marchitó y murió, todavía hay vida en las raíces.

El jardinero prudente riega y abona la tierra que rodea la planta, aun en las épocas en que no le parece que esté muy bien. Día tras día labora con paciencia, regando, cuidando y orando por la plantita, hasta que finalmente llega el día en que retoña. A las primeras señales de brotes, el jardinero se regocija porque la planta ha cobrado vida.

Mientras hay vida, hay esperanza. Ama con Mi amor incondicional. Tráelos a Mí por medio de la oración. Una vez que has labrado la tierra y regado la planta y que le has prodigado suficientes cuidados, no queda sino orar y esperar. Ora fervientemente que resurja la vida. Ruega al Señor de la mies, para que Yo dé fruto en su vida[1]. Ora pidiendo que Mi Espíritu obre en su corazón para que se produzca el milagro de una nueva vida.

Mi misión

Esta es la misión que te encomiendo: que salgas a comunicar Mi amor. Da, y se te dará; se echará en tu regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante[2]. Porque con la misma medida con que mides, te medirán a ti.

Mi amor lo abarca todo. Mi amor se encuentra en una sonrisa radiante, un acto de bondad, una oración en silencio. Mi amor es fe para creer que si sigues dando, Yo obraré en el corazón de las personas. Mi amor sigue amando, aunque tú no veas resultados de inmediato.

Mi amor puede cubrir multitud de faltas y romper las barreras. Cubre a los demás con el cálido sol de Mi amor incondicional y confía en que Yo obraré en ellos el milagro de una nueva vida.

Confía en que Mi amor por ti es perfecto. Eres humano, por tanto tu amor no puede ser perfecto. No tienes un amor constante, perdurable, imperecedero e infalible por los que te rodean ni por Mí. Sin embargo, Mi Espíritu obra en ti de modo que tu amor vaya en aumento.

Mi fuerza  para la tarea

Entiendo la tentación y la carga que enfrentas cuando te parece que no puedes detenerte, que no debes parar, ¡porque hay mucho que hacer! Conozco y veo que te agobian las necesidades y la presión de la gente. Comprendo el sentimiento de impotencia que te abruma. Veo las cavilaciones de tu mente y de tu corazón cuando te preguntas cómo harás para llevar a cabo todo lo que hay que hacer a fin de satisfacer las necesidades de ese momento.

Comprendo, pues Yo encaré lo mismo cuando anduve en la Tierra. Sentía la responsabilidad y la presión de la gente y la tarea que tenía por delante se me hacía imposible. Conozco la tentación de tomar las riendas. La necesidad que me rodeaba era grande y abrumadora. Para llevar a cabo Mi obra, tenía que apartarme en comunión apacible con Mi Padre.

Ese es el secreto, y en ello radica la victoria, pues por ti mismo no puedes atender a la necesidad. No se puede hacer con tus propias fuerzas. Sin embargo, si te detienes y pasas tiempo conmigo, recibirás las soluciones y las fuerzas necesarias para aliviar las cargas y levantar los pesos abrumadores.

Déjame valerme de ti para amar a los demás

Deja que me sirva de tus ojos para ver las necesidades de los demás; de tus oídos para escuchar el clamor de los perdidos; de tu lengua para transmitir Mis Palabras de amor y aliento a los que están alicaídos. Si me lo permites, haré que se te parta el corazón al ver la cantidad de gente que todavía no sabe de Mi amor. Deja que me valga de tus manos para secar las lágrimas de los que lloran, para reconfortar con unas palmaditas en el hombro a los que están desanimados, para prestar ayuda a los que desfallecen a mitad de camino.

Deja que Mi Palabra te llene hasta rebosar, de modo que irradies calidez, alegría, amor y optimismo. Si llenas con ella tu corazón, tu mente y tu espíritu, te rodeará un aura de amor de la que otros querrán participar.

Da y se te dará. Si vas y anuncias Mi Evangelio, Mi Palabra, Mi amor, Yo derramaré Mi amor sobre ti.

La cadena eterna de amor

Vine a la Tierra por amor a ti. Renuncié al esplendor del Cielo para poner a tu alcance el preciado tesoro de la salvación y la vida eterna.

Mi regalo de salvación es para todo el que lo acepte. Anhelo que todos los moradores de la Tierra me conozcan y perciban el amor que albergo por ellos. Mi mensaje siempre ha sido y será transmitido mediante las palabras y los actos de quienes han decidido ser Mis amigos y seguidores.

A lo largo de los siglos, multitudes de seguidores Míos se han entregado a la labor de perpetuar esta cadena de amor. Algunos dieron poco; otros, mucho; y otros se entregaron de lleno. Sin embargo, todos participaron, todos fueron necesarios, y Mi gran cadena mundial de amor habría quedado incompleta si alguna de esas personas no hubiera hecho su parte.

Quiero que Mi gran cadena de amor se extienda y que envuelva al mundo entero, que todos tengan oportunidad de formar parte de ella, que Mi amor se haga presente en la vida de cada persona. ¿Cumplirás tú con la parte que te corresponde? ¿Comunicarás Mi amor a los demás?

Publicado en Áncora en noviembre de 2022.


[1] Lucas 10:2.

[2] Lucas 6:38.

 

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