septiembre 27, 2022
«El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes». Deuteronomio 31:8 (NVI)
A menos que hayas pasado por una depresión, es difícil comprender lo terrible que es. Encontrar curación no es fácil, y lleva tiempo. Nadie tiene todas las respuestas. Sin embargo, es útil recordar estas cosas si eres un cristiano que pasa por una depresión o si conoces a alguien que está en esa situación.
No estás desconectado de Dios. El amigo supremo que encontramos en nuestro dolor es el mismo Jesús. Él lloró por nosotros. Y en la cruz, experimentó la separación de Dios en su plenitud. Nuestro Salvador sabe lo que significa sufrir la oscuridad. Sin embargo, cuando pasas por una crisis de salud mental y te sientes aislado, es muy fácil olvidar que Dios literalmente está dentro de ti. […]
Jesús prometió a Sus seguidores el don del Espíritu Santo —Dios dentro de ellos— como Su manera de darles paz y orientación todos los días de su vida. Si has puesto tu confianza en Jesús, ese mismo Espíritu vive dentro de ti. Literalmente, Dios no podría estar más cerca de ti, sea lo que sea que estés pasando. […]
La Biblia da muchos ejemplos de personas que pasaron por depresión, oscuridad y tuvieron frustración con Dios. El Señor no está enojado por tus palabras más sinceras. Dios quiere que tu relación con Él sea auténtica. […] Dios puede tolerar tus dudas, frustraciones, fracasos y momentos más oscuros porque Él es asombrosamente misericordioso. Te ama a través de todo ello porque, en términos sencillos, así es Él. […]
La buena noticia es que tu relación con Dios depende de Su fidelidad que no cambia y no de tus emociones cambiantes. «Dios ha dicho: “Nunca te fallaré. Jamás te abandonaré”»[1]. «Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios»[2]. […]
Si sufres una depresión u otra enfermedad mental, ten la certeza de esto: A Dios le importa mucho cuando sufres. Tienes dolor, quizá te preguntes dónde está Dios. Él está ahí mismo contigo, como siempre está, independientemente de que lo sientas o no. Incluso si estás tan deprimido que no puedes poner tus oraciones en palabras coherentes, Dios lo entiende. Dios oye los clamores de tu corazón y está contigo. Como dice el Salmo 34:18: «El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; Él rescata a los de espíritu destrozado»[3].
Si estás deprimido, cuéntaselo a alguien. Cuéntaselo a un médico, a un amigo, a un familiar o a un consejero. No sufras en soledad. Elizabeth Clayton Lee y Mary Keith[4]
La depresión puede ser muy debilitante. Si no se trata y se supera, puede afectar drásticamente tu bienestar espiritual, físico y emocional. La depresión puede ir en aumento con el tiempo a tal grado que parezca que todo lo que sucede se suma a los pensamientos depresivos y a la sensación de encontrarse como en una nube, lo que impide ver una realidad más positiva. Los desafíos, reveses, temores y preocupaciones empiezan a unirse, hasta que la vida empieza a verse sombría y empiezas a sentir que no hay esperanza.
Llevar al Señor nuestras batallas y problemas y pedirle que nos ayude y nos dirija siempre es un primer paso cuando enfrentamos dificultades en algún aspecto de nuestra vida. Muchas veces, con el ajetreo de la vida cotidiana, no dedicamos suficiente tiempo para hacer una pausa, orar, pensar, reflexionar y hacer examen de conciencia. Por eso, además de estar bajos de moral y con tristeza, cuando llega la depresión, es posible que la persona afectada no sepa por qué se siente así. Por eso, es importante acudir al Señor y buscar Su guía y ayuda en esos momentos de necesidad.
Cuando las personas se sienten deprimidas, tal vez no tengan ganas de hacer nada. Así que puede ser muy difícil que alguien que está sumido en la depresión pueda pensar con claridad, concentrarse, leer la Palabra y escuchar al Señor para que le dé Su guía y ayuda. Algunos tienden a olvidarse de la depresión una vez que sienten algún alivio. Sin embargo, ese es un buen momento para buscar al Señor, pedirle orientación, ánimo y ayuda para superar la depresión y hacer progresos. El Señor tiene soluciones para todo lo que enfrentamos en la vida, incluso en los momentos de la más enredada confusión.
Una de las cosas más difíciles y desconcertantes sobre la depresión es que a menudo la persona no sabe exactamente qué es lo que está mal o por qué siente un profundo desánimo. Los que pasan por eso saben que algo anda mal, pero no saben bien qué o por qué. En muchos casos, están desanimados, tristes, desilusionados, confundidos o frustrados y no pueden determinar qué pasa.
La depresión mina el bienestar emocional y mental, y puede ser más perjudicial que las enfermedades físicas, porque como dice la Biblia: «El espíritu del hombre puede soportar su enfermedad, pero el espíritu quebrantado, ¿quién lo puede sobrellevar?»[5] Por esa razón, las personas que enfrentan una depresión necesitan el apoyo y ánimo de otros.
Hay muchas cosas que pueden provocar la depresión o contribuir a ella, como pérdidas o tragedias personales, grandes reveses como la pérdida de un empleo, enfermedades, dolencias, dolores crónicos, problemas conyugales, estrés o ansiedad, menopausia, cambios en los hábitos de sueño, insomnio o dormir mal por las noches. Los que sufren depresión en muchos casos se permiten pensar que ellos son el origen del problema. Tal vez empiecen a pensar que ellos son el problema, que su situación no tiene remedio o que su vida no sirve para nada. Si no se controla, la depresión puede minar la felicidad de la persona y menoscabar su fe.
Sea cual sea la causa, los ataques de depresión no deben tomarse a la ligera. Es importante tomar las medidas necesarias para tratarla, superarla y dar ayuda y apoyo a quienes pasan por eso y son parte de nuestra vida. Si tú o alguien que conoces padecen una depresión, es importante pedir oración y buscar la ayuda de otras personas.
Independientemente de las dificultades que enfrentemos en el camino de la vida, tenemos la certeza de que la gracia sobrenatural de Dios y la paz que sobrepasa todo entendimiento son reales y las tenemos a nuestra disposición para refugiarnos en ellas[6]. La Biblia dice que hay un tiempo y lugar para todo[7], así que tenemos la certeza de que incluso si estamos humillados ahora y enfrentamos momentos difíciles, no será así para siempre. El Señor sabe cuáles son tus necesidades, y Él no dejará de proveer y cuidar de ti a medida que sigas aferrándote en medio de las tormentas y confíes en Él.
Acude a Él para que te dé consuelo y guía y ten fe en que hay esperanza en toda situación. No hay límites para Su amor y los milagros que puede llevar a cabo para dar vida plena a cada uno de Sus hijos. María Fontaine
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«Pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios». Efesios 3:17-19[8]
Amado Padre celestial: Te doy gracias porque Tú nunca cambias, incluso cuando cambia todo a mi alrededor y es impredecible[9]. Gracias porque eres estable, incluso cuando me siento muy inestable. ¡Se siente como si Satanás me hubiera azotado! Te ruego que me sostengas, que me protejas y que me ayudes a estar de pie. […]
Te ruego que me guíes a la fuente adecuada para encontrar ayuda. Te doy gracias por entender lo que me pasa[10], y gracias porque Tu Palabra me dice que incluso Tu Hijo pasó por momentos difíciles emocionalmente. Hubo momentos en que estuvo angustiado, afligido, que enfrentó soledad, que tuvo profundo pesar, y después de la muerte de Juan, se fue a un lugar apartado[11]. Clamó en oración[12], y a veces estuvo sumamente triste[13]. […]
Te agradezco por la gracia que has proporcionado[14]. Te ruego que aproveches este tiempo difícil para hacer que mi relación contigo sea más profunda. […] Gracias porque te vales de este tiempo en mi vida y por todo lo que haces por medio de esta depresión. Gracias porque has permitido que mi debilidad se manifestara en una depresión, de modo que Tú puedas formar más Tu imagen en mi vida.
Gracias porque esta debilidad no me define. Soy tu hija, me define lo que has logrado en la cruz. Debido a la muerte de Cristo en la cruz, puedo despertar cada mañana y vivir la vida sabiendo que independientemente de lo que haga, piense, diga o sienta, la cruz lo cubre. Debido a que ofreciste a Tu propio Hijo amado, puedo tener paz contigo y enfrentar cada día con nueva esperanza y gracia. Ayúdame a centrarme en lo que es verdadero y no en cómo me siento. Al sentarme delante de la cruz, ayúdame a tener una nueva percepción de lo que en realidad significa para mí diariamente.
Ayúdame a aceptar mi debilidad como un regalo. Recuérdame que mi debilidad te permite obrar a través de mí incluso cuando soy tan débil y me parece que no puedo hacer nada[15]. Oro que durante este tiempo agrandes mi corazón para que te ame, te obedezca y ame a otros con mayor profundidad. Amén. Gina Smith[16]
Publicado en Áncora en septiembre de 2022.
[1] Hebreos 13:5 (NTV).
[2] Romanos 8:38 (NTV).
[3] NTV.
[4] https://www.cru.org/us/en/blog/life-and-relationships/emotions/to-the-depressed-christian.html.
[5] Proverbios 18:14 (NBLA).
[6] Filipenses 4:7.
[7] Eclesiastés 3:1.
[8] NVI.
[9] Hebreos 13:8.
[10] Hebreos 4:15.
[11] Mateo 14:13.
[12] Hebreos 5:7-9.
[13] Isaías 53:3.
[14] Hebreos 4:16.
[15] 2 Corintios 12:9.
[16] https://www.crosswalk.com/faith/prayer/a-prayer-for-when-you-battle-depression.html.
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