Revisiones que hace Dios en nuestra vida

julio 5, 2022

Recopilación

[God’s Editing in Our Lives]

Cuando abrí el libro de mi corazón para Sus ojos, Dios volvió a escribir el texto de mi vida.  Salmo 18:24[1]

Había encarado y vencido a los demonios de la inseguridad y el temor al fracaso. Me había lanzado a las profundidades, tomando pluma y papel para escribir mi primer artículo inspirativo. Al terminar, lo leí varias veces. Quedé bastante contento con mi modesto esfuerzo y lo envié a una revista mensual con la esperanza de que me lo publicaran.

Tiempo después el redactor jefe de la revista se comunicó conmigo para decirme que deseaba publicar mi artículo. También me envió el texto corregido para que lo aprobara o le hiciera más correcciones. ¿Correcciones? Al ver mi trabajo corregido, me invadieron sentimientos encontrados. Me había convencido de que era un talentoso escritor en ciernes, pero ese concepto se desvaneció como un espejismo en una tormenta de arena.

Luego de superar el shock inicial, traté de sopesar la situación más objetivamente. En efecto, la versión revisada estaba mejor. La idea central que yo quería transmitir todavía estaba presente, las imágenes que yo había pintado estaban intactas, y el tono no había cambiado. Sin embargo, los pasajes superfluos habían sido eliminados para poner de relieve el meollo del artículo.

Mientras cavilaba acerca de eso, me fijé en una foto de un anillo de diamantes de una revista que tenía abierta sobre la mesa. Me puse a pensar que primero alguien extrajo el trozo de roca que contenía aquel diamante y luego las hábiles manos de un lapidario transformaron aquella gema en bruto en un objeto de gran belleza, de mucho valor y muy codiciado. Al igual que el diamante atrapado en la roca, el texto original de mi artículo no estaba listo para el público. Había en él un diamante, sí; pero fueron necesarias otras manos hábiles para extraerlo, cortarlo y pulirlo.

La vida también es así. Cada uno de nosotros es como un borrador que debe pasar por un proceso de mejoramiento. Dios ve en cada ser humano indicios de lo que puede llegar a ser, igual que el redactor detecta una idea promisoria entre los borradores que llegan a su escritorio. Entonces Dios se pone a trabajar para transformarnos paso a paso en un artículo prolijo que valga la pena leer. Nuestra sustancia sufre sucesivas modificaciones y ajustes a causa de las decisiones que tomamos, las pruebas de la vida eliminan lo superficial e innecesario, y la interacción cotidiana con nuestros semejantes nos va puliendo y perfeccionando.

Al igual que el borrador de mi artículo, en manos del Redactor Jefe mi vida se ha convertido en más de lo que era al comienzo. Y Él aún no ha concluido.  Scott Montrose

Revisa tu historia con Dios

Cada uno de nosotros tiene una historia única con Dios. Fue escrita antes de que nacieras, según lo que dice el Salmo 139. Me encanta la idea de que Dios no escribe la misma historia para todos. […]

Como soy escritora y bloguera, estoy bastante acostumbrada al proceso de redacción. Las ideas se unen y con el tiempo encuentran su camino hacia las páginas. Acostumbro a crear un borrador inicial, lo aparto por varios días y luego me pongo a pulir el texto. Después de que se ha repetido varias veces ese proceso, el texto se envía a los redactores para que lo examinen con sus ojos expertos.

Un buen redactor entiende el corazón del escritor. Tiene la excelente habilidad de tomar lo que ha creado el autor y hacer que destaque, pero pocas veces lo hace añadiéndole algo. Por lo general, su don es borrar lo que el escritor pensó que era muy necesario o mejorar el lenguaje. Al hacerlo, aumenta la claridad del mensaje.

No puedo decir que siempre he disfrutado esa parte del proceso. Sin embargo, con el tiempo he llegado a reconocer su valor, y a darme cuenta de lo mucho que refleja el modo de obrar de Dios con nosotros.

Todos tenemos una historia y un recorrido con Dios. […] Sin embargo, en muchos casos no estamos contentos con la manera en que se desarrolla la historia de nuestra vida. Es alentador entender que cada temporada es un capítulo, no el libro completo. Simplemente porque ahora la vida no es lo que deseamos que sea, no significa que debe seguir así para siempre.

¿Y si la mejora de nuestra historia con Dios no es que haga falta más, sino dejar que ocurra un proceso de revisión? ¿Qué antiguas percepciones y expectativas de nuestras circunstancias deben borrarse? ¿Qué lenguaje debe pulirse a fin de que refleje mejor nuestra creciente comprensión de la verdadera naturaleza de Dios?

¿Qué formas de ver nuestra vida y a nosotros mismos deben eliminarse de una vez por todas porque ya no reflejan quiénes somos y en lo que nos estamos convirtiendo en Cristo? ¿Qué manera de pensar acerca de Dios, de nosotros mismos y de otros debe eliminarse a fin de que el centro de nuestras  contemplaciones sea más acorde con los buenos pensamientos de Dios hacia nosotros? ¿Qué temores, escepticismo e incertidumbres innecesariamente hemos escrito con lápiz, y que Jesús ya borró?

En vez de pedir al Espíritu Santo lo que necesitamos más, tal vez sea el momento de preguntarle de qué debemos deshacernos. Es un redactor amable y bondadoso. Claro, tiene un bolígrafo rojo, pero está lleno de redención, no de crítica. Lo que en muchos casos pensamos que es esencial, Él lo considera limitante.

Tu historia con Dios es demasiado valiosa para que contenga algo que no sean… las palabras que ha escrito acerca de quién eres realmente y quién es Él en realidad.  Allison Bown[2]

La historia de tu vida

La realidad más íntegra es que la mayoría de nuestras historias no terminarán en los libros de Historia. Después de nuestra muerte, la mayoría de nuestras historias personales morirán con nosotros, quedarán en el olvido con la excepción de tal vez algunas fotos o recuerdos muy apreciados por nuestros seres queridos más cercanos. Las probabilidades de que los logros de tu vida se conserven en una biografía son pocas o ninguna.

¿Desalentador? No debería serlo. Más bien, si eres un hijo de Dios, has sido invitado a una historia mucho mayor —la gran historia redentora—, que ahora es tu biografía.

Mejor que algo impresionante que podrías lograr en esta vida, la historia de tu vida es una biografía de sabiduría y gracia escrita por Otro. Todo giro del argumento es para que ocurra lo mejor. Son acertados todos los giros que Él escribe en tu historia. Cada nuevo personaje o suceso inesperado es un instrumento de Su gracia. Cada nuevo capítulo avanza hacia Su propósito.

Oseas 14:9 anuncia: «Quien sea sabio entenderá estas cosas. Quien tenga capacidad para entender aprenderá esto: Los caminos del Señor son correctos.» Nos quedamos cortos al decir que los caminos de Dios son mejores. ¿Cómo no podrían serlo? ¡Su sabiduría y gracia son infinitas!

Por gracia y solo por gracia has sido bien recibido en la mejor historia que pueda haber. Lo mejor de todo es que esta historia, que es tu biografía, tiene un final que nunca termina. […] La historia que necesitas conocer, entender y a la que debes dedicar tu corazón es tan esperanzadora, alentadora y transformadora porque te ofrece dos cosas estupendas que ninguna otra historia puede ofrecerte.

En primer lugar, te ofrece un lugar en la historia, un lugar que fue planeado para ti mucho antes de que la historia se escribiera. Sin embargo, también te ofrece algo que es difícil que capte el cerebro humano y que conciba la imaginación humana. Te ofrece vida que no termina nunca.

Todos estamos tan acostumbrados a la muerte que con tristeza pensamos que es una parte normal de la vida. Las cosas mueren, la gente muere, fin de la historia. Sin embargo, ese no es el fin de esta historia. La asombrosa historia de la redención que ofrece Dios —que se escribió para ti en las páginas de la Biblia— es radicalmente distinta, porque en esta historia, la muerte llega a su término. […]

El precio de tu admisión en esta historia fue el sufrimiento y la muerte de Jesucristo. Sin embargo, Jesús conquistó la muerte de modo que por gracia pudiera establecer Su historia en tu vida. Hoy Jesús reina por ti y seguirá haciéndolo hasta que haya sido derrotado el último enemigo de tu alma y de Su reino.

Luego, Él te llamará para que estés en el capítulo final, un capítulo que nunca termina, donde la paz y la justicia reinarán eternamente. Esta es la historia de tu fe y de tu vida. La historia de este plan redentor y eterno es ahora tu biografía.  Paul Tripp[3]

El autor de nuestra vida

Llevo varios años escribiendo (esta próxima primavera serán siete). Durante esos años he luchado con personajes, argumentos, recorridos y puntos culminantes. A mi personaje principal le he puesto obstáculos de modo que ella pueda crecer, volverse más fuerte y esté más preparada para enfrentar las siguientes pruebas que tengo para ella. Luego, un día caí en la cuenta. Eso que hago como escritor, Dios lo hace con nosotros en la vida real.

Como es el Autor, Dios tiene todo el control de nuestra vida. Conoce el principio y cómo terminará. Sabe lo que debe colocarse en nuestra vida para desatar el nudo del pecado en nuestro interior, para hacernos más como Su Hijo. Coloca otras personas (personajes) a nuestro lado. Algunas de esas personas nos ayudan en nuestro recorrido; otras, tratan de ponernos obstáculos. Pero Dios nos da la forma de permanecer en el camino correcto.

Asimismo, Dios sabe lo que nos espera. Incluso pone pruebas en nuestra vida para hacernos más fuertes y que estemos preparados para enfrentar el siguiente capítulo. Pero en toda la historia, el Autor (nuestro Dios) está con nosotros. No solo ve que se desarrolla nuestra historia; la dirige, hace que avance. Es íntimamente parte de ella.

Nada de lo que nos pasa toma por sorpresa a Dios. […] Él escribe toda la historia. Ve cómo mi vida se cruza con la vida de otros y cómo esos encuentros nos cambiarán, tanto a ellos como a mí. Cada hilo en la historia que Dios entreteje conduce al final.

Todos somos una parte importante en la historia de la Vida. La historia quedaría incompleta si tan solo uno de nosotros está ausente. Así pues, cuando lleguen momentos de oscuridad, ten presente: Dios ve cómo todo se arreglará al final. Él tiene un plan y todos somos parte de ese plan. Y cuando Dios escriba Fin, la historia será una obra maestra que nos dejará maravillados y glorificará a Dios.  Morgan L. Busse[4]

Publicado en Áncora en julio de 2022.


[1] Traducción de la versión The Message.

[2] https://brilliantperspectives.com/editing-story-god.

[3] https://www.desiringgod.org/articles/you-are-not-the-author-of-your-story.

[4] https://morganlbusse.com/2011/01/07/god-the-author-of-our-lives.

 

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