noviembre 15, 2021
«Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque Él se interesa por ustedes.» 1 Pedro 5:7[1]
Querido, ven a Mí y encuentra la paz y el descanso que necesitas. No te preocupes ni te pongas nervioso. Ten la seguridad de que en Mi presencia hallarás el descanso y la paz que anhelas. Siéntate unos momentos y háblame, y recibe de Mí, y volverás a sentir serenidad, tu vela estará en alto y seguirás tu rumbo.
Cuando ocurren cosas que no esperabas y te frustras, haz una pausa y acude a Mí. Recuerda que con paciencia posees tu alma[2].
Aprender a tener paciencia es una parte importante del crecimiento espiritual. Aunque es característico de la naturaleza humana enojarse cuando las cosas no salen como piensas que deben salir, si dedicas un momento a encomendarme la situación a Mí, podemos resolverla juntos. Verás que las cargas se alivianan cuando me las traes a Mí, porque te dirijo, te amo, te oriento y te aliviano la carga.
Lava tu mente de los pensamientos y las inquietudes del día y descansa en Mí. Deja que las inquietudes y preocupaciones se desvanezcan; haz una paua y acude a Mi presencia. Deja lo que estás haciendo, mira por la ventana y alza la vista al cielo. Recuerda que si creé el mundo con todo lo que hay en él, desde luego puedo cuidarte.
Mientras disfrutas afuera de Mi bella creación, respira hondo y recuerda que todo lo bello es una manifestación de Mi amor por ti. Cada flor es Mi sonrisa para ti, el hermoso canto de cada pajarillo es Mi canción de amor para tu corazón y cada puesta de sol que te emociona es un poco de Mí. Todas esas cosas son manifestaciones de Mi amor por ti.
Cada vez que veas algo bello de la creación, dirígeme una alabanza a Mí, el Creador de todo. Aunque no veas el amanecer, puedes verlo en tu mente. Puedes ir a un lugar tranquilo en tu corazón y mente, y nos podemos comunicar en quietud y confianza.
Cuando te recuestas para irte a dormir, recuerda que Yo estoy a tu lado. Si recuerdas que estoy contigo hallarás el descanso que necesitas. Si dejas de lado los contratiempos del día, te susurraré al corazón y le daré paz a tu espíritu.
«Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin.» Eclesiastés 3:11[3]
Pones los ojos en ti, en la vasija que he formado, y no encuentras belleza. Pero Yo hice todo hermoso en su momento, incluso a ti. Ninguna parte de ti es un error; ni el color, la tonalidad, la forma o el tamaño son errores. Cada parte de ti —incluso tu personalidad y tus talentos, y lo que te parece menos atractivo— está formada a la perfección como quiero que sea. ¡Eres Mi obra maestra!
Nada puede permanecer oculto a Mi amor porque Mi amor busca y alcanza lo más profundo de tu ser y lo ve todo. Y eso no altera Mi amor por ti. Tú ves tus faltas; Yo veo tu amor por Mí. Tú ves tus fallos; Yo veo cómo perseveras y confías en Mí a pesar de tus debilidades.
Se te ha creado para hacer Mi voluntad y cumplir con el llamamiento para tu vida. Fulguras con Mi luz. Me dejas brillar por medio de ti para que otros vean Mi amor brillar a través de ti.
Aférrate a Mí, nunca te abandonaré. Eres muy valioso para Mí, y me interesas y te colmo de cariño con la calidez de Mi amor. Recibe Mi amor y disfrutarás una alegría indescriptible.
Cuando sientas la tentación de desanimarte contigo mismo por tus faltas y carencias, recuerda que lo hago todo bien[4], y eres una hermosa creación, me puedo valer de ti, y puedes también ser el objeto de Mi amor. Y este amor no es que me compadezca de ti a causa de tus defectos e imperfecciones humanas, sino más bien, es el amor de un Maestro por una obra maestra de Su creación.
«Deja tus preocupaciones al Señor, y Él te mantendrá firme; nunca dejará que caiga el hombre que lo obedece.» Salmo 55:22[5]
No hay preocupación tan grande que no me puedas encomendar. No hay lágrima que Yo no pueda enjugar. No hay carga demasiado grande como para que la lleve Yo. Así pues, descarga tus preocupaciones en Mí, déjalas ahí, y recuerda que cuando me las encomiendas, Yo te cuido y me ocupo de tus inquietudes, porque te amo más de lo que podrías imaginar.
Mi perfecto amor echará fuera tu temor al futuro, las preocupaciones por el pasado y tus dificultades con el presente. Recuerda que siempre tengo en cuenta tus mejores intereses. Todo lo que te ha pasado o que te pasará, o que no te ha pasado, obrará para bien en algún momento de tu vida. No te he olvidado, dejado de lado o descuidado.
Cuando el panorama sea sombrío y no puedas más, vuelve tu rostro hacia Mí. Si te sumerges en Mi Palabra y entras en comunión conmigo, tu fe y esperanza se reavivarán y te daré una nueva perspectiva. Si te esfuerzas para hacer Mi voluntad, sentirás Mi gozo.
Deja que Mi sol brille sobre ti y caliente tu alma. Aunque te deprimas y cierres las cortinas, Mi sol se colará por las rendijas y te dará calor. Mi amor nunca te deja ni te abandona.
Cuando sientes que no puedes dar un paso más‚ haz una pausa y encomiéndamelo todo. Alza las manos y encomiéndame tus preocupaciones y cargas a Mí una por una. Deja que Mi amor te inunde. Confía en Mí. Cree que siempre estoy a tu lado y acepta Mi amor y descansa en él.
Sin importar lo que ocurra, recuerda que solo me interesa tu bienestar, y te daré todo lo que necesitas. Si esto incluye disciplina o formación, entonces lo hago por Mi gran amor por ti. Pero nunca te juzgo con rudeza, solo siento amor por ti y te cuido.
Mi amor no conoce fronteras, y ese es el amor que quiero que tengas. Un amor que ama a los despreciados y hace bien incluso a los que te desdeñan, porque gracias a ese testimonio de Mi amor otras personas se acercarán a Mí. Que nadie se cruce en tu camino sin que mejore un poco gracias a ello‚ o sin que le dirijas una palabra de aliento. Haz todo lo que hagas con amor[6]. Recibiste por gracia Mi amor, entrégalo por gracia a otros[7].
Publicado por primera vez en octubre de 2005. Adaptado y publicado de nuevo en noviembre de 2021.
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