febrero 10, 2021
No puedes ser un buen pescador a menos que aprendas a pensar como los peces. Si esperas atraparlos debes conocer sus hábitos, sus preferencias y la forma en que se alimentan. A algunos peces les gustan las aguas tranquilas y sosegadas. A otros les gustan los ríos caudalosos. Algunos se alimentan en las profundidades. Otros se esconden bajo las rocas. Si no conoces los patrones de comportamiento del pez que deseas capturar, estás perdiendo el tiempo.
Esto se aplica a llevar el evangelio a las personas. Jesús es el ejemplo perfecto de alguien que piensa como un pez.
(Leer el artículo [en inglés] aquí.)
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