noviembre 2, 2020
«Cuando dijiste: “Busquen Mi rostro”, mi corazón te respondió: “Tu rostro, Señor, buscaré”». Salmo 27:8[1]
Me gustaría que todos Mis hijos acudieran a Mí para que les indicase el camino y les brindase la guía que buscan; que me pidieran que les alumbre su camino. Es mucho más fácil hallar tu camino en la luz en vez de en la oscuridad, y poner tu mano en la Mía y permitir que te guíe en el camino en que debes dirigirte en lugar de buscar el camino por tu cuenta, o tropezar por haberte equivocado de camino y tener que retroceder.
Te prometo que si pides, recibirás, si buscas, encontrarás, y si tocas, se te abrirá la puerta[2]. Estas son Mis Palabras. «Clama a Mí y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces»[3]. Son Mis promesas. Si buscas Mi guía de todo corazón, Yo te responderé y te enseñaré el camino.
A medida que los días que se avecinan se tornen más y más oscuros, más necesitarás Mi luz para que te guíe en el camino. A medida que el mundo se vuelva cada vez más complicado, necesitarás Mi guía para que te ayude a atravesar el laberinto de esas complicaciones. A medida que me busques a Mí, Mi dirección y ayuda, Yo te guiaré con Mi sabiduría y te daré entendimiento.
«El Señor haga resplandecer Su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; el Señor alce sobre ti Su rostro, y te dé paz». Números 6:25,26[4]
Las victorias, los triunfos, las batallas, pruebas, problemas y obstáculos que enfrentas son parte de la vida. Toda persona que vive para Mí afronta problemas: tanto las dificultades de la vida terrenal, como las batallas de la guerra espiritual.
Mas Yo conozco todas las soluciones, y para cada problema siempre hay un remedio, o muchos. Cada batalla tiene su enseñanza y su victoria. Cada prueba tiene su testimonio. Si Mis hijos acuden a Mí, se apoyan en Mí y me invocan, Yo siempre responderé y proveeré.
Soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin y he prometido que haré cosas grandes e insondables si pones tu confianza en Mí[5]. ¡Puedo hacer muchísimo más de lo que me pides, y de lo que puedes imaginar![6]
Así pues, encomiéndame todas tus preocupaciones y deja que te ayude a llevar el peso y corre la carrera que tienes por delante. A diario pasa tiempo conmigo, tiempo para estar en Mi presencia, buscar Mi rostro, y permitir que Mi rostro brille sobre ti y te llene de Mi paz.
«Ustedes se salvarán solo si regresan a Mí y descansan en Mí. En la tranquilidad y en la confianza está su fortaleza». Isaías 30:15[7]
Cuando te encuentras en una situación difícil, tu mente tiende a trabajar a toda marcha. Ensayas mentalmente las posibles soluciones a una velocidad vertiginosa. ¡En tu cerebro hay mucho trajín! Examinas tus capacidades y las de las personas a quienes pedirías ayuda. Si no encuentras una solución inmediata para tu problema, empiezas a inquietarte.
Cuando eso suceda, regresa a Mí y descansa en quietud. Dedica tiempo a buscar Mi rostro y Mi voluntad, en lugar de actuar rápidamente sin tener una dirección clara.
Deseo que tengas confianza en Mí y en Mi modo de obrar, que con paciencia confíes en Mí incluso cuando no puedas ver el camino que tienes por delante. Mientras que el esfuerzo y la preocupación te quitan energías, confiar con calma te fortalecerá. Puedes confiar en que Yo no te abandonaré en tu momento de necesidad. Continúa comunicándome tu situación, con la disposición de esperar, sin presionar para obtener una solución inmediata. Los que esperan en el Señor obtendrán nuevas fuerzas.
Cada vez más, dirige tus pensamientos hacia Mí. Cuando tienes una tarea difícil, sueles buscar Mi rostro y Mi ayuda con frecuencia. Eso me agrada y mejora el trabajo que haces. En ello hay un ritmo muy agradable: acudes a Mí con intención de escuchar; luego actúas con la ayuda de Mi Espíritu. Eso se repite una y otra vez, mientras tú y yo colaboramos en la labor.
Para ponerme atención hace falta un esfuerzo continuo, pero hacer las cosas de esa manera colaborativa no te agota.
Te animo a vivir más y más de esta manera. Cuando la tarea que tienes delante es menos difícil, sueles estar menos atento a Mí. Incluso tal vez te olvidas de Mí por un rato, mientras tu mente se desvía hacia un punto neutral. Olvidas que vives en un mundo en guerra, con un enemigo que no descansa. Por esa razón, el apóstol Pablo advierte a los cristianos que estén atentos y oren en todo momento.
Cuanto más dirijas tus pensamientos hacia Mí, más vivo te sentirás. Este privilegio de orar no es una tarea. ¡Es una jubilosa cuerda de salvamento![8]
«Les he dicho estas cosas para que se llenen de Mi gozo; así es, desbordarán de gozo». Juan 15:11[9]
No temas cuando el yugo se te haga demasiado pesado y los problemas y desafíos que enfrentes parezcan demasiado grandes. Aunque puedan parecer demasiado grandes para tus fuerzas y tu prudencia, ¡recuerda que conmigo todo es posible!
Pide para que puedas recibir, para que tu gozo sea completo. Sustituiré tu pesar por dicha, si lo pides. He prometido dar sabiduría al que pide y darla sin escatimar y sin reproche[10]. Pide, pues, y confía en que no dejaré de proveer.
Soy el Buen Pastor que muestra bondad, paciencia, compasión y misericordia. Te he protegido y guardado todos estos años, aun cuando tropezabas y caías. He pasado por alto tus faltas, defectos y fracasos, y te he recogido y te he indicado el camino por delante. Quiero que hagas con los demás como he hecho Yo contigo.
¡Da y se te dará! Entrégate a ti mismo, contribuye tiempo, sangre, sudor y lágrimas. Confía en que todo lo que gastes por amor a los demás, Yo te lo devolveré[11]. Aun cuando te sientas agotado, incapaz, y cuando te parezca que no puedes dar más, confía en que recibirás Mi gracia en medida buena, apretada, remecida y rebosando[12].
Publicado por primera vez en 1997, a menos que se indique otra cosa en los párrafos correspondientes. Texto adaptado y publicado de nuevo en noviembre de 2020.
[1] NBLA.
[2] Mateo 7:7.
[3] Jeremías 33:3.
[4] NBLA.
[5] Jeremías 33:3.
[6] Efesios 3:20.
[7] NTV.
[8] Sarah Young, Jesus Today (Thomas Nelson, 2012).
[9] NTV.
[10] Santiago 1:5.
[11] Lucas 10:35.
[12] Lucas 6:38.
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