agosto 3, 2020
Recuerda en todo momento que el futuro está en Mis manos. Siempre que sientas la tentación de preocuparte por el futuro o tengas miedo de lo que pueda depararte, recuerda que la mayoría de tus preocupaciones no son más que especulaciones tuyas. Tú no conoces el futuro. Yo sí, y siempre tendré tu futuro en Mis manos, sin importar lo que pase.
Hablas con el Maestro de maestros en lo que se refiere a convertir en un bien hasta las aparentes derrotas. Sin embargo, necesitaré que me des espacio para trabajar. ¿Confiarás en Mí? Estoy a tu disposición para auxiliarte. Recuerda que en tiempos difíciles nunca te dejaré solo ni te abandonaré. Mi Espíritu siempre está contigo para consolarte, protegerte y levantar tu alicaído corazón. Sé por lo que estás pasando y prometo que Mi presencia estará constantemente contigo para consolarte durante esta temporada.
Te daré la gracia para cada paso por el que te conduciré en este derrotero que escogí para ti. Te quedarás asombrado de la fe y confianza que te daré para sortear esta época y enfrentar la preocupación y el temor. Así pues, aférrate a las promesas que te hice y no pierdas tu confianza en Mí, que tiene una gran recompensa[1].
Sin importar qué problemas te sobrevengan, te sacaré a flote de estas aguas profundas. Te amo y sostengo para que no te cubran las aguas[2]. Cuanto peor se vea la situación, más fuerte te estrecharé. Cuando tengas el corazón apesadumbrado, tráemelo. No tienes por qué andar ni batallar por tu cuenta. En estos tiempos difíciles, déjame llevarte a un lugar donde estés a salvo. Si te reclinas en el amor y consuelo de Mis brazos y escuchas Mis palabras tranquilizadoras, te sacaré adelante.
Aunque no hay problema que Yo no pueda resolver, a veces no resuelvo los problemas enseguida, o no modifico situaciones porque me propongo darte algo mejor. Confía en que sé lo que hago. ¡Persevera hasta que te dé lo mejor y disfruta de la bendición!
Cuando prometí guardar a Mis hijos y librarlos, no dije que los sacaría de sus dificultades. Es cierto que a veces lo hago, pero la mayoría de las veces los saco adelante a través de esas dificultades. Si Mis hijos supieran que apenas enfrenten una contrariedad los libraría enseguida, ¿qué fortaleza espiritual y de carácter daría eso a su vida? Por eso, al sacarlos adelante a pesar de los momentos difíciles, problemas y penalidades puedo concederles Mis bendiciones, que se traducen en paz en toda situación, fe inconmovible y un amor por Mí que nada ni nadie les puede arrebatar.
Cuando pasas por épocas de incertidumbre, se necesita fe para creer que tengo un plan para tu vida y que vas por el bueno camino. Hace falta fe para creer que de verdad influyes en el corazón y la vida de los demás. Pero a medida que sigas Mi guía, descubrirás que en efecto cumples Mi voluntad y haces lo que te pedí.
Las experiencias que se te hacen tan difíciles al presente son las que más adelante agradecerás haber vivido, porque te habrán enseñado importantes principios de fe, paciencia y sabiduría. Aunque nunca es fácil, más adelante, cuando te hayas fortalecido espiritualmente, me alabarás y agradecerás que te hiciera pasar por todo eso.
La vida puede ser semejante a la navegación a vela. Soy el capitán y conozco los mares de la vida. Muchos se conforman con navegar dentro de la seguridad de las ensenadas y no se aventuran a ir a nuevas aguas; en cambio, otros ponen proa al horizonte y se aventuran mar adentro. Se necesita fe para lanzarse mar adentro, para creer que Mi Palabra es veraz y que te mantendré a salvo y fijaré bien tu rumbo. En muchos casos, esa fe se adquiere en travesías difíciles en las que se pone a prueba tu fe y por medio de la experiencia aprendes que Yo siempre te sacaré adelante en las tormentas de la vida.
Las costas de Mis bendiciones no son visibles para quienes se quedan en el puerto y nunca se atreven a zarpar por temor a las aguas turbulentas; hace falta fe para partir, confiar en que Yo te ayudaré a navegar por esas aguas. Te pido que te aventures a salir de la conformidad de este mundo, que dejes que Yo trace el rumbo de tu vida.
Cada prueba que enfrentes y por lo que pases en la vida, fortalece tu fe. Recuerda que no hay problema que sea eterno. Todo es pasajero. Aunque la vida puede estar llena de altibajos, Yo soy tu constante. Siempre está presente Mi amor por ti y puedo ayudarte a salir adelante en todo desafío.
Habiendo vivido en la Tierra, conozco todo lo que habrás de soportar y estaré contigo para ayudarte en toda dificultad. Te prometo que no dejaré que te pase nada que no redunde en bien de alguna forma. Me perteneces. Mi amor te sostendrá junto a Mí en todos los tiempos difíciles. Tu vida está en Mis manos.
Mantén la mirada fija en el Cielo. Llénate el corazón de Mis promesas. Aférrate a tu fe y tu corona, sabiendo que tu actual sufrimiento, por grande que sea, es apenas por un momento y no se puede comparar con las bendiciones y recompensas que te tengo deparadas.
Cuando sientas que no puedes seguir un día más, pídeme refuerzos espirituales y una medida adicional de fuerzas, gracia y resistencia. Si notas que no te queda un gramo más de fuerzas, ven a Mí y deja que te llene de nuevo, lo que te ayudará a dar otra vez, con Mi Espíritu que da a través de ti.
Que no se turbe tu corazón ni te dejes abrumar por los desafíos que encaras. Confía en que he permitido esto en tu vida para que progreses en buenas cualidades como el apremio y la humildad. Esos son los dones que te concedo, y te aportarán fuerzas y auxilio en los días que vendrán.
A veces cuando estás en medio de una época de pruebas, puede que te parezca que enfrentas una muralla impenetrable que te impide el paso y no veas fruto en tus esfuerzos. Pero si sigues avanzando, ¡a la larga esa muralla de resistencia se desvanecerá y saldrás más fuerte que nunca!
No veas las épocas de pruebas y tribulaciones como un rechazo de Mi parte sino como una temporada para dejar atrás los afanes de este mundo y correr a Mis brazos. A veces, tengo que dejarte atravesar el valle de sombras y desesperación donde acudirás a Mí en busca del consuelo y ánimo que necesitas.
Observa el paso de las estaciones en la naturaleza. Cuando llega el invierno, parece que la vida de las plantas se va muriendo y solo queda un viento frío y cielos grises. Sin embargo, todavía hay vida, solo que está oculta en el calor de la tierra hasta que pase el frío. Lo mismo puedes hacer cuando surjan pruebas y dificultades. Acércate a Mí, envuélvete en Mi amor y calidez hasta que pasen los momentos de problemas y penalidades. Seré como el abrigo que te brinda la tierra, que te envuelve, te protege y te guarda.
La verdadera fe nunca se da por vencida. Hallarás nuevas fuerzas si sigues luchando, si no dejas de orar y acudes a Mi Palabra en busca de soluciones. En tanto que no desistas y que confíes en que Mis fuerzas te sostendrán, te sobrepondrás a los obstáculos de la vida.
No te canses de hacer el bien, porque si sigues adelante a pesar de las circunstancias, segarás las recompensas y te alegrarás de no haber desistido[3].
Artículo publicado por primera vez en octubre de 2006. Texto adaptado y publicado de nuevo en agosto de 2020. Leído por Gabriel García Valdivieso.
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