abril 28, 2020
Es interesante destacar lo que Santiago dijo de Abraham, el padre los fieles:
Santiago 2:23: «Y se cumplió la Escritura que dice: “Abrahán creyó a Dios, y eso le fue contado por justicia”, por lo que fue llamado “amigo de Dios”»[1].
Observemos que Santiago destaca que Abraham fue llamado amigo de Dios. En cierta medida, el término «amigo» expresa intimidad y una sensación de cercanía, confianza y compartir.
Lo que es destacable es que Abraham fue llamado amigo de Dios. Dios, grande, omnipotente, omnipresente, todopoderoso y omnisciente fue el que hizo esa afirmación. No fue la apreciación que hizo Abraham de su relación con Dios, ni lo que pensaba de Dios. Fue una afirmación que Dios hizo acerca de Abraham.
Santiago citaba Isaías 41:8: «Tú, Israel, eres Mi siervo; tú, Jacob, a quien Yo escogí, desciendes de Mi amigo Abrahán»[2].
Los hijos de Israel eran siervos de Dios y descendientes de Abraham, quien era amigo de Dios. ¡Solo pensemos por un momento lo destacables que son esas palabras y la relación extraordinaria que describen! Pensemos en un ser físico, limitado, mortal, a quien el Dios todopoderoso, inmortal, omnisapiente, supremo, considera su amado amigo. También pensemos en que un hombre imperfecto, hecho de polvo del suelo, sería visto por el perfecto Creador Dios, quien tiene un espíritu eterno, como alguien con quien Él podría tener una amistad estrecha, duradera y especial.
Sin embargo, Dios empleó las palabras mi amigo con respecto a Abraham; y su relación con Dios fue verdadera y su amistad profunda. […] Nosotros también podemos tener con Dios una amistad como la que disfrutó Abraham. Sin embargo, primero necesitamos examinar lo que hace que las amistades sean lo que son, a fin de entender cómo podemos, al igual que Abraham, ser llamados amigos de Dios. Tomado de Christian Churches of God[3]
Los amigos desempeñan un papel importante en la vida de la mayoría de las personas. El deseo de tener amigos es natural, como también lo es sentirse triste si no se tienen amigos. Hay mucha gente hoy en día que disfruta teniendo un gran número de personas que son amigos en Facebook.
Tener amigos ha sido importante desde los albores del tiempo, y en la Biblia se habla de los amigos y de la amistad, comenzando en el Génesis. En Éxodo 33:11 dice que Dios hablaba con Moisés como quien habla con un compañero. Con frecuencia me he preguntado cómo serían esas conversaciones. También está el caso de Abraham. Fue llamado amigo de Dios en Isaías 41:8 porque tenía una relación muy estrecha con Él.
Jesús consideró amigos a Sus discípulos debido a las cosas que les decía. Dijo: «Los he llamado amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído de Mi Padre»[4]. Dan Ross
¿Qué significa llamar amigo a Jesús? O, lo que es más importante, ¿qué significa cuando Él nos llama Sus amigos? […]
Ser amigo de Jesús significa que permites ser definido por Él[5]. Jesús pregunta a Sus discípulos: «¿Ustedes, ¿quién dicen que soy?» Pedro es el que responde: «Tú eres el Mesías, el hijo el Dios viviente». Después de unos instantes, Jesús responde: «Eres Pedro», la Roca. Los verdaderos amigos se ayudan al definirse unos a otros. En la relación verdadera de dar y recibir, como el «hierro con hierro se aguza», la huella del amigo verdadero se vuelve imborrable en el alma del otro.
Ser amigo de Jesús significa oírlo decir: «No tengan miedo»[6]. Los evangelios sinópticos nos dicen que los tres [Pedro, Santiago y Juan] estaban aterrorizados al ser testigos de la transfiguración. Fue el único momento en que alguno de Sus discípulos vio Su gloria revelada. Marcos nos dice que Pedro no sabía qué decir, que tenía mucho miedo. Mateo dice que cuando todo terminó, Jesús les dijo a los tres: «No tengan miedo». Con mayor frecuencia, cuando Jesús fue revelado en una nueva dimensión, Él tenía que consolarlos con esas palabras. En Lucas capítulo 5, cuando sus redes milagrosamente se llenaron la primera vez, Jesús responde: «No tengas miedo. De ahora en adelante, pescarás personas». Cuando se acercó a la barca, caminando sobre el agua, les gritó: «Soy yo. No tengan miedo»[7]. También dijo eso a las mujeres junto al sepulcro[8].
Con el tiempo, si caminamos suficiente tiempo con Jesús como nuestro amigo, Él se revelará a Sí mismo de maneras nuevas, más profundas y a veces hasta temibles. Susurra: «No tengan miedo. Soy yo». Si no debemos tener miedo de Dios, no debemos tener miedo de nada.
Cuando Jesús es tu amigo, estás seguro de que hay alguien en tu vida que entiende tu fragilidad, tus dificultades y sufrimientos[9]. Jesús nunca pidió a Pedro ni a los otros que hicieran algo que Él no había hecho ni que fueran a algún sitio donde Él no había estado. Antes de pedirles que se hicieran pescadores de hombres, Jesús les demuestra primero cómo se hace al pescarlos a ellos. Antes de enviarlos a comunicar Su palabra y a hacer Su obra, Jesús pasa un tiempo concentrándose en prepararlos. No les pide que lleven la cruz hasta que Él no les ha demostrado primero que Él estuvo dispuesto a ir delante de ellos al Gólgota. […]
Con el buen comportamiento no podemos granjearnos más de Su amor. Tampoco perdemos Su amor cuando fallamos. Él nos ama tal como somos y no como deberíamos ser. No cambiamos para que nos ame. Él nos ama, de modo que podemos cambiar. Es Su bondad la que nos lleva al arrepentimiento[10]. Michael Card[11]
Alguien ha definido la amistad como «conocer el corazón de otro y abrirse mutuamente el corazón». Abrimos el corazón con aquellos en los que confiamos, y confiamos en los que se preocupan por nosotros. Hacemos confidencias a nuestros amigos porque tenemos confianza en que utilizarán la información para ayudarnos, no para perjudicarnos. A su vez, ellos confían en nosotros por la misma razón.
A menudo nos referimos a Jesús como nuestro amigo, porque sabemos que Él quiere lo mejor para nosotros. Le hacemos confidencias porque confiamos en Él. Sin embargo, ¿has pensado en que Jesús confía en los Suyos?
Jesús empezó a llamar amigos a Sus discípulos en vez de siervos porque les había confiado todo lo que había oído de Su Padre[12]. Jesús confió en que Sus discípulos utilizarían la información para el bien del reino de Su Padre.
Aunque sabemos que Jesús es nuestro amigo, ¿podemos decir que somos Sus amigos? ¿Escuchamos a Jesús? ¿O solo queremos que Él nos escuche? ¿Queremos saber lo que hay en Su corazón? ¿O solo queremos decirle lo que hay en el nuestro? Para ser amigo de Jesús, necesitamos escuchar lo que Él quiere que sepamos y luego utilizar la información para ayudar a otros a tener una amistad con Él. Julie Ackerman Link [13]
Publicado en Áncora en abril de 2020. Leído por Miguel Newheart.
[1] RVC.
[2] RVC.
[3] http://ccg.org/weblibs/study-papers/p035.html.
[4] Juan 15:15 (NBLA).
[5] Mateo 16:13-23 (NTV).
[6] Mateo 17:7.
[7] Marcos 6:50 (NVI).
[8] Mateo 28:10.
[9] Hebreos 2:18.
[10] Romanos 2:4.
[11] https://www.crosswalk.com/faith/spiritual-life/what-does-it-mean-to-be-friends-with-jesus-1199521.html.
[12] Juan 15:15.
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