noviembre 6, 2019
Siendo yo alguien que regularmente entabla conversaciones con personas que no creen en Dios, me he enfrentado con la siguiente objeción una y otra vez: «No creo que haya un Dios. Tú sí. Por lo tanto, el peso de la prueba recae sobre ti.»
Todos tenemos una cosmovisión. Si pasamos mucho tiempo contemplándola es otra historia. Pero, el punto es que preguntas como de dónde vino el universo, si hay un Dios, cuál es nuestro propósito en la vida, si lo correcto y lo incorrecto realmente existen, y qué sucede cuando morimos, cuando se responden, en realidad dan forma a la manera en que vemos el mundo y tratamos a otras personas.
(Lea el artículo [en inglés] aquí.)
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