abril 25, 2019
Esto no es un concurso para ver cuánto se pueden cansar o agotar. La carrera es tan larga que todos se cansarán muchas veces y en muchas etapas. No vale la pena que traten de demostrarnos a Mí o a los demás su resistencia llevando sus propias cargas y agotándose. Habrá muchas ocasiones de luchar y esforzarse, pero también tiene que haber muchas oportunidades de reposar. Descansa, tesoro; despójate de tus cargas. Relájate y descansa en Mis brazos. Deja que Yo te lleve un rato. Has hecho mucho por Mí y sé que lo volverás a hacer, pero deja que ahora te sostenga en Mis brazos y te renueve las fuerzas.
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¡Qué alegría! Cuánta alegría hay en el Cielo por las almas salvadas que traen a Mi reino. Con tantas bellezas y complejidades que les he revelado sobre Mi dimensión, nunca olviden que nada infunde tanta alegría a cada rincón de Mi reino como un alma perdida que me encuentra y reserva para siempre su lugar en el Libro de la Vida. No hay mayor alegría. ¡Cómo resplandecerán los que me han enviado tantas almas! ¡Serán radiantes! ¡Resplandecerán como las estrellas por la eternidad!
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Si vieran las bellezas que los esperan, la perfección de Mi plan para su vida, el esplendor de su destino y el complejo orden de su vida, jamás se preocuparían tanto por las batallas de esta vida ni se pasarían tanto tiempo cargados de preocupaciones y afanes. Su vida está en Mis manos. Su vida me pertenece. No dejaré que los toque nada que no vaya a ser hermoso y bueno algún día, cuando lo vean desde Mi perspectiva. No tienen motivo para temer el futuro; está seguro en Mis manos.
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Preocupándote no conseguirás nada. Lo único útil será hacer algo, ya sea en oración o con tus actos. Por eso, cuando ya no puedas hacer nada más para resolver un problema o situación, no sigas pensando en ello ni desperdiciando energías. Déjame que haga lo que solo Yo puedo hacer. Unas veces puedes hacer algo y otras no. Y si no puedes, será otra oportunidad de demostrar Mi poder.
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A veces es fácil pensar que tus sacrificios son en vano. A veces hasta olvidas algunos de los sacrificios que has hecho y quizá pienses que Yo también los he olvidado. Pero un día, cuando llegues a Casa, al Cielo, te mostraré cada sacrificio que hiciste por Mí en la Tierra. Te enseñaré la exposición de todo lo que renunciaste por Mí, y junto a cada objeto verás y recibirás la recompensa total por él.
En estos momentos obtienes recompensas por lo que sacrificas. En la Tierra te bendigo, recompenso y pago de muchas maneras todo lo que me has entregado. Sin embargo, por mucho que te haya recompensado hasta ahora, ten la seguridad de que todavía no te he correspondido de lleno cada sacrificio. Solo cuando entres al Cielo recibirás el paquete completo de premios y compensaciones que he reservado para ti.
Un día, cuando finalice el viaje de tu vida, recibirás las recompensas y bendiciones plenas que te has ganado con cada uno de tus sacrificios.
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No es imposible encontrar la paz y el descanso completos de los que habla Mi Palabra. «Yo guardaré en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Mí persevera, porque en Mí ha confiado». ¿Cuál es esa paz completa? La paz completa se encuentra cuando los detalles no interrumpen la concentración en Mí, cuando los problemas, dilemas, contratiempos e interferencias ni siquiera tambalean tu conexión de fe y confianza en Mí.
Tienes completa paz cuando puedes encontrarte en medio de gran confusión, persecución, peligros, días ajetreados o circunstancias frenéticas, y aun así conservar la estabilidad y la calma por contar con la garantía de Mi protección, Mi perfecto control y el accionar de Mi mano en tu vida y tu situación. Tienes completa paz cuando nada puede interponerse entre tu fe y Yo. Tienes completa paz cuando tu mente está sujeta a Mi conducto y no puede moverse.
¿Cómo se obtiene esa completa paz? El versículo lo dice muy claro: «Porque en Mí ha confiado». Demuestra confianza en Mí echando tus ansiedades sobre Mí. A medida que lo hagas, te guardaré en completa paz.
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Mi amor, todo saldrá bien. Sé que hay asuntos que te inquietan. Tienes preocupaciones y temores sobre algunos aspectos de tu vida y tu futuro y te cuesta dejarlos de lleno en Mis manos. Te parece que tienes que aferrarte a algunas de esas inquietudes en cierta medida para que alguien se ocupe de ellas. Pero cuanto más te aferres tú a ellas, menos dominio tengo Yo sobre ellas.
Si realmente quieres que me ocupe de esas dificultades, tendrás que abandonarlas por completo. Simplemente entrégamelas ahora mismo. Encomiéndamelas. Dime que no te quieres seguir aferrando a ellas; que no quieres preocuparte de ellas. Que confiarás en que Yo las resuelva. Recuerda que cumpliré Mi propósito en ti.
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¿Alguna vez te has detenido a escuchar el silencio? ¿Alguna vez te has detenido con la única finalidad de callar? No para guardar silencio en oración, ni para escuchar, sino solo para quedarte en silencio. El silencio es una virtud, y hace falta práctica para perfeccionar el arte del silencio y la tranquilidad. Y es muy beneficioso. Esta quietud te imparte tranquilidad mental, porque la mente también debe guardar silencio para poder disfrutar de lleno de ese estado de tranquilidad y quietud.
Calla. Escucha el viento silencioso, la callada brisa. Calma la mente, déjala callada y en blanco. Disfruta de unos momentos de silencio cada tanto. Deja que Mi quietud te enseñe a guardar silencio y estar en quietud ante Mí.
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Es vital que dediques tiempo a pensar en Mí y meditar en Mí cada día, aunque solo sea por unos instantes. Esas pausas para reflexionar sobre Mi rostro, para pensar en Mis promesas, para recordarte lo profundo que es el amor que te tengo y comunicarte conmigo de corazón, fortalece y alienta a tu espíritu para las pequeñas batallas con las que te toparás en el día. Esa dulce comunión nos conecta y te ayuda a recordar Quién está realmente al mando y Quién tiene que hacerlo todo. Esfuérzate por tomarte ese tiempo cada día, aunque solo sean unos minutos.
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Un día atravesaré la delgada capa del cielo de tu mundo y empaparé la Tierra de Mi resplandor, magnificencia y majestad. Los ángeles proclamarán Mi segunda venida, como proclamaron la primera. El aire resonará con el sonido de la trompeta. Oirás las alabanzas de los santos y los ángeles mientras miran a través de las cortinas del Cielo observando el hermoso regreso de Mi Esposa. Oirás música, los sonidos más hermosos que hayas oído jamás.
En ese momento, cuando me veas atravesar las nubes con tal poder y magnificencia, nos miraremos fijamente y me oirás decirte al corazón palabras personales, solo para ti. Tu vida en la Tierra te parecerá muy breve cuando te eleves para abrazarme y entrar al Cielo. En ese momento, en ese abrir y cerrar de ojos, sabrás que todo valió la pena.
Con tan solo contemplar Mi rostro, se borrarán para siempre tus penas. Ese vistazo de Mi gloria y grandeza te inundará y extasiará por completo.
Artículo publicado por primera vez en octubre de 2006. Pasajes seleccionados y publicados de nuevo en abril de 2019.
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