Vivir el cristianismo de contracultura

febrero 26, 2019

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[Living Countercultural Christianity]

En una cultura que concede gran importancia al ocio, el lujo, los beneficios económicos, la superación personal y las posesiones materiales, será cada vez más contracultural para los creyentes trabajar con diligencia, vivir con sencillez, dar de manera sacrificada, ayudar constructivamente e invertir en lo eterno. […]

Si hablamos de contracultural, ¡esto sí que lo es! En un mundo en el que todo gira alrededor de ti mismo —protegerte, promocionarte, reconfortarte y cuidarte a ti mismo—, Jesús dice: «Crucifícate a ti mismo. Deja de lado eso de tratar de conservar la vida y vive más bien para la gloria de Dios, sin importar lo que eso signifique para ti en la cultura que te rodea».  David Platt

Cambiar la cultura

Jesús no vino a formar un ejército insurgente de manifestantes culturales. Sin embargo, dio vuelta a la cultura y a las normas culturales y actualmente sigue haciéndolo. Para la multitud reunida en el primer siglo la sabiduría del rabí de Nazaret fue diferente de la de la mayoría. Jesús enseñaba con autoridad, pero también dejaba desconcertados a sus futuros alumnos con frases en las que expresaba que el primero sería el último, que las prostitutas y los recaudadores de impuestos entrarían al reino antes que los expertos en materia de religión.

Para las multitudes del siglo actual ese maestro sigue anunciando un mensaje radical. Amar a tu prójimo es un mandamiento que va a contrapelo de la mayoría de las normas culturales, y amar a tu enemigo todavía más. Todo el Sermón de la Montaña fue y sigue siendo el sermón más contracultural que se haya pronunciado.  Jill Carattini

Actualidad y convicción

No me malinterpreten, yo también quiero que la iglesia esté a la altura de los tiempos; en todo caso, no quiero que refleje la cultura con el fin de lograr ese objetivo. Hay dos maneras de estar a tono con el mundo moderno. Una es aceptar las prioridades del mundo que nos rodea hasta que nuestro mensaje comience a sonar como cualquier otro mensaje que la cultura disfruta. La otra es adoptar una postura contracultural y luego defender que la cosmovisión cristiana es superior.

Estas son las opciones que tenemos los dirigentes de la iglesia: hacer un esfuerzo constante para que se parezca más a la cultura; o bien, hacer un esfuerzo constante para encauzar la cultura hacia algo mejor. Que la iglesia se concentre en lo que desean los asistentes, o pronunciarnos repetidamente a favor de la vida cristiana de entrega, de abnegación. Por esa razón los dirigentes de la iglesia que están a tono con los tiempos deben aprender a presentar buenos argumentos.

No hay duda de que podemos utilizar el lenguaje, las imágenes y la música con los que se identifica la cultura; sin embargo, no podemos transigir y moderar nuestro mensaje. No podemos dejarnos vencer por el hedonismo egoísta. [...] Podemos tratar de ser actuales agasajando nuestra naturaleza egoísta, o podemos de verdad llegar a ser actuales defendiendo lo que creemos, a pesar de que sea abnegadamente contracultural.  J. Warner Wallace

Manifestaciones públicas de la fe

La historia de Daniel se caracteriza por una fe extraordinaria, una fe en Dios que se vivió a la luz pública mientras se desempeñaba en un alto cargo. Se describen hechos decisivos en la vida de cuatro amigos —Daniel, Ananías, Misael y Azarías— nacidos en el pequeño estado de Judá hace dos mil quinientos años. […] Lo que hace que sea extraordinario el relato de la fe que conocieron en su tierra natal es que su devoción a Dios no solo se vivió en privado; mantuvieron públicamente un testimonio destacado en una sociedad pluralista cada vez más antagónica a la fe que ellos profesaban. Por ese motivo, actualmente los sucesos que vivieron contienen un potente mensaje para nosotros.

Las fuertes corrientes del pluralismo y laicismo en la sociedad occidental contemporánea —reforzadas por una paralizante corrección política—, empujan cada vez más a la marginalidad la expresión de la fe en Dios, confinándola si es posible al ámbito privado. Es cada vez menos aceptado que se mencione a Dios en público, y mucho menos aún confesar que se cree en algo exclusivo y absoluto, como por ejemplo el carácter único de Jesucristo como el Hijo de Dios y Salvador. La sociedad tolera la práctica del cristianismo cuando se lleva a cabo en privado y también en la celebración de oficios religiosos dentro de la iglesia, pero desaprueba cada vez más que se dé testimonio público. Para el relativista y el que defiende ideas seculares, dar testimonio públicamente de que se tiene fe en Dios huele demasiado a proselitismo y a extremismo fundamentalista. Por lo tanto, cada vez más, lo consideran una amenaza a la estabilidad social y a la libertad humana.

Los sucesos de Daniel y sus amigos son un llamado a nuestra generación para que sea valiente; para que no nos acobardemos ni permitamos que la expresión de nuestra fe se diluya, salga del espacio público y por lo tanto termine débil y sin carácter. Su historia también nos dice que no es probable que ese objetivo se logre sin que tenga un costo.  John Lennox

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Debemos darnos cuenta de que nuestro objetivo no es que sea más fácil seguir a Jesús. El mensaje del evangelio es forzosamente de contracultura y ofensivo para el corazón humano.  Ed Stetzer

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Qué distinta se vería nuestra cultura si los cristianos estuviéramos preparados para vivir como seguidores de Jesucristo con verdadera determinación. Si a diario manifestáramos nuestra disposición a defender a Cristo sin importar las consecuencias que podría acarrear. […] La transformación cultural debe empezar con una transformación personal; y eso solo ocurrirá cuando la gente vea la verdadera expresión del evangelio puesto en práctica. Lo que necesita nuestro país, nuestra cultura, nuestro mundo, son cristianos que estén dispuestos a manifestar el carácter de sus convicciones cueste lo que cueste.  Andy Bannister

Defender la verdad

Según lo que enseña la historia universal, los profetas han sufrido oposición y persecución. Pero salvaron montones de almas y espabilaron a mucha gente. Preservaron la verdad, el evangelio y la salvación. Y por eso estás aquí esta noche: ¡porque alguien luchó y defendió la verdad! Desde los profetas de la antigüedad hasta Martín Lutero, Savonarola, John Knox y Tyndale, que dieron su vida para que tú pudieras conocer la verdad. Gracias a ellos hoy estás aquí escuchando la verdad de Dios, y este libro se ha salvado. Además, ¡como nosotros estamos dispuestos a dar la vida por la verdad de Dios, alguien la escuchará, la creerá, la recibirá y seguirá adelante cuando nosotros ya estemos muertos!

Por cada gota de sangre que derramamos ¡Dios levanta diez gotas más para seguir predicando! ¡Alabado sea Dios! Porque, como dijo una vez un gran mártir, la sangre de los mártires es la simiente de la iglesia. Lo que convirtió a Roma al cristianismo no fue solo lo que decían los cristianos, ¡sino la manera en que vivían y su forma de morir! Entonces las personas se convencían de que los cristianos sí creían. No se podría luchar contra un sistema más fuerte que el que había en aquel entonces, y en ese caso el sistema al final fue vencido.

Oremos y pidamos a Dios que nos ayude a tener el valor necesario para predicar un mensaje que tal vez no reciba la aprobación general, que quizá sea difícil de predicar, un mensaje que es posible que muchos no recibirán.  David Brandt Berg

Publicado en Áncora en febrero de 2019. Leído por Gabriel García Valdivieso.

 

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