octubre 30, 2017
Cuando Jesús retorne durante Su Segunda Venida no lo hará en secreto; el mundo entero lo sabrá. Vendrá con bombo y platillo, con mucha luz. Será como un relámpago que alumbra desde el oriente hasta el occidente, como una centella continua. Se iluminará todo el firmamento. 1ª a los Tesalonicenses 4 dice que el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y sonará la trompeta de Dios.
Yo no veo cómo se puede iluminar todo el firmamento y el mismo Jesús descender del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, ¡sin que todo el mundo se entere! Es más, Juan nos dice en Apocalipsis 1:7: «He aquí que viene con las nubes y todo ojo le verá, y los que le traspasaron y todos los linajes de la tierra harán lamentación por Él». No da la menor impresión de ser un rapto a hurtadillas, una venida secreta.
En todos los pasajes de la Biblia que uno lee sobre la venida del Señor se produce una gran conmoción, estrellas que caen de los cielos, el sol y la luna que se oscurecerán, ruidos estruendosos, terremotos, voz de arcángel, la voz de mando del Señor, la trompeta de Dios. Se abren las tumbas y los santos resucitan de entre los muertos. No son meramente espíritus sino cuerpos de verdad, los nuevos cuerpos de los resucitados. Y los santos que estemos vivos y hayamos quedado seremos arrebatados juntamente con ellos en el aire, a la vista del mundo entero.
¿Para qué iba a querer Dios mantener eso en secreto? Jesús no va a venir celadamente de modo que nadie sepa que vino y se fue; eso no es lo que dice la Biblia. Vendrá con un impresionante juego de luces y con fanfarria de trompetas. ¡Será el espectáculo más fabuloso jamás visto en el mundo!
Será el espectáculo de luces más extraordinario que hayas visto. Todo el mundo lo verá venir en las nubes. Habrá un resplandor, trompetas, voces, truenos, temblores, ruidos, los muertos que se levantan de sus tumbas, los santos vivos que se elevan del suelo y traspasan techos, edificios y autos hasta llegar a las nubes y encontrarse con Jesús. No tiene visos de ser un rapto muy secreto, y no lo será.
¿Y qué me dices de la escritura que hay en el capítulo 5 de primera a los Tesalonicenses? «Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche»[1]. Dirán los partidarios del pretribulacionismo, los que creen que el Arrebatamiento o Rapto tendrá lugar antes de la Tribulación: «¿No ve? Ahí dice que Él vendrá como ladrón en la noche y nadie sabrá cuándo vino ni cuándo se fue. Todo se hará callada y sigilosamente».
Eso no es lo que Él sugiere cuando dice: «como ladrón en la noche». Quiere decir que el Señor vendrá por sorpresa. Será sorpresivo como el asalto insospechado de un ladrón. Causará conmoción. Pero eso no implica que no se la podrá observar. No quiere decir que no la presenciarán cuando suceda.
Ya que dice: «Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón»[2]. Es decir que a ustedes no los debe agarrar por sorpresa. «Vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas»[3]. Nosotros no estamos a oscuras en esta cuestión. Sabemos que Jesús viene y además tenemos claro cómo va a venir. Hasta sabremos cuándo vendrá.
En Mateo 24:29 Jesús dice: «Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra». ¿Para qué van a lamentar si no se han enterado de lo que está pasando? Si fue tan sumamente secreto que nadie se enteró, entonces ¿por qué lloran? Si es que un montón de cristianos se esfumaron y nadie sabe qué fue de ellos.
Él no dijo que sería antes de la Tribulación, sino después de la Tribulación. El sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor; las estrellas caerán del cielo, las potencias de los cielos serán conmovidas, la señal del Hijo del hombre en el cielo, todas las tribus de la tierra lamentarán. ¿Qué podría ser más catastrófico, espectacular, fenomenal y más patente que la venida del Señor así como está descrita? Encima, dice específicamente después de la Tribulación.
«Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria»[4]. El mundo entero verá venir a Jesús. ¡Todos los habitantes de la tierra! Toda la gente, de todas las latitudes, presenciará ese acontecimiento. Todo ese asunto del Rapto secreto y el pretribulacionismo contradice las Sagradas Escrituras. Ocurrirá tal como lo anunció Jesús y tal como lo anunció Pablo, «después de la Tribulación», con poder y gran gloria.
«Y juntarán a Sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro»[5]. Él rastreará el mundo reuniendo a Sus elegidos desde los cuatro vientos. Juntará a todos los salvos.
Algunos cristianos predican un arrebatamiento parcial, de un grupo selecto de elegidos, la flor y nata de los salvos que serán arrebatados con anticipación. La palabra escogidos deriva de la misma raíz griega eklektos, la misma palabra de donde se origina ekklesia, que significa los llamados o los separados, o la iglesia, los salvos, los cristianos. De manera que este vocablo significa simplemente los salvos, Su iglesia, Sus hijos. Por eso, cuando Él empiece a reunir a Sus hijos, lógicamente que los recogerá a todos; no va a dejar a algunos abandonados.
Jesús no va a dejar atrás a ninguna persona que lo ame. Todos los que estén salvados, así estén muertos o vivos, se levantarán para reunirse con el Señor en el aire, en las nubes, al momento de Su venida. 1ª a los Tesalonicenses 4:16,17 dice: «Él Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire».
Es lo que dice la Biblia. Es la verdad contenida en las palabras de Jesús, las palabras de Pablo, las palabras de Juan, las palabras del Divino Espíritu Santo escritas en Su libro sagrado.
¿Estarás listo? ¿O te sorprenderá haciendo algo que no es la voluntad de Dios, por más que seas salvo y cristiano? ¡Quiero estar listo para encontrarme con Él cuando venga! Listo para alabar al Señor y recibirlo con alegría, feliz de que me eleve hacia Sus lugares celestiales.
Cuando venga Jesús, la tierra temblará y los corazones se estremecerán: más vale que estés listo.
Cuando venga Jesús, eternamente veremos Su rostro: prepárate.
¿Has llenado tu alma del fuego de Su Espíritu Santo?
¿Estás salvo y listo para encontrarte con el Señor de los ejércitos?
Cuando venga Jesús, eternamente veremos Su rostro: ¡prepárate!
Artículo publicado por primera vez en abril de 1981. Texto adaptado y publicado de nuevo en octubre de 2017.
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