Un corazón dadivoso

julio 17, 2018

Recopilación

[The Heart of a Giver]

Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.  Lucas 6:38[1]

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En la Biblia, la administración de bienes es para ayudar a los menos afortunados. La Biblia dice: «La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es esta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo»[2].

Dar no termina con aportar el diezmo. Dios pide que la generosidad se extienda también a los que más necesitan: las viudas, los huérfanos y los pobres. Los cristianos debemos tender la mano a los necesitados, compartir las bendiciones que Dios nos ha dado. Incluso después de entender que el dinero no satisface, es posible que a un cristiano le cueste deshacerse de algo más de dinero para darlo a los necesitados. Sin embargo, la Biblia promete: «El que es generoso será bendecido, pues comparte su comida con los pobres»[3]. La persona generosa —el que tiene un corazón dadivoso— al dar encuentra bendiciones.  Tomado de www.allaboutgod.com[4]

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Comprender la naturaleza generosa de Dios como propietario de todas las cosas moldea nuestra actitud hacia la dadivosidad. Ser hijos de un Padre tan generoso nos debiera motivar a seguir Su ejemplo. Saber que somos administradores de los bienes de Dios y que Él quiere que seamos generosos con lo que ha puesto bajo nuestra custodia debería contribuir a que cultivemos una actitud de alegre generosidad, tanto con los diezmos y ofrendas que damos al Señor, como con los aportes que hacemos para ayudar a los demás.

Cuando aportamos económicamente para el Señor y los demás, honramos a Dios. Honra al Señor con tus riquezas, con las primicias de todas tus cosechas[5].

Cuando el apóstol Pablo escribió acerca de las ofrendas que los filipenses habían dado a la obra del Señor, consideró que aquella generosidad era una forma de culto. Afirmó que aquellos obsequios eran olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios[6]. Comparó las ofrendas entregadas por los creyentes de Filipos con los sacrificios que se quemaban en el templo en adoración a Dios[7]. La epístola a los Hebreos habla de compartir lo que uno tiene como sacrificio agradable a Dios. No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios[8].

Dar es un acto de adoración a Dios.  Peter Amsterdam

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Jesús prometió que les daría cien veces más a los que lo dieran todo. Cien veces más «ahora en esta vida, y en el siglo venidero la vida eterna»[9]. Es posible que no se cuente todo en pesos y centavos, quizá se manifieste en el fruto que dé tu servicio, o en protección, o en que te verás libre de accidentes o enfermedades. Dios puede ahorrarte dinero de mil y una maneras, y no puedes contar Sus bendiciones en términos puramente monetarios.

Acuérdate, pues, de la blanca de la viuda[10], puedes echar incluso todo tu sustento sin resultar perjudicado, porque Dios te bendecirá por ello. Si el motivo por el que lo haces es el correcto y tus intenciones son buenas y puras, Dios te bendecirá, te honrará y te hará prosperar por lo que des. Siempre te lo devolverá todo con creces.

«Todo lo que gastes —dice—, yo te lo pagaré»[11]. Eso fue lo que dijo el Señor en la hermosa historia del buen samaritano, que encontró tirado en el camino a un hombre que había sido golpeado por unos ladrones. El buen samaritano lo recogió y lo llevó al mesón, y le dijo al mesonero: «Todo lo que gastes, yo te lo pagaré». El buen samaritano era como el Señor, y el mesonero como Su administrador, como tú o yo. Todo cuanto gastemos para rescatar a estas personas y salvar almas, Él nos lo pagará con creces.  David Brandt Berg

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Da lo que tienes. Es posible que para alguien sea más de lo que te puedes imaginar.  Henry Wadsworth Longfellow

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Blaise Pascal fue un influyente científico francés que vivió en el siglo XVII. Llevó a cabo importantes trabajos de matemáticas y de física experimental. Asimismo, Pascal fue un cristiano devoto. Fue autor de textos sobre la gracia y la vida de Cristo, además de otras obras cristianas.

Por medio de todo eso, Pascal entendió que la fe, aunque era muy personal, no podía ser puramente individualista.

El amor a Dios lo llevó a amar también a los pobres. Señaló: «Amo la pobreza, porque Él (Cristo) la amó. Me gusta la riqueza porque proporciona los medios para ayudar a los necesitados». Cada vez más, Pascal se privó voluntariamente de cosas, a fin de poder dar en mayor medida. Vendió su coche y caballos, sus muebles finos y objetos de plata y hasta su biblioteca a fin de dar a los pobres. Cuando recibió un anticipo de mil francos por la venta de su vehículo de transporte colectivo [un carruaje tirado por caballos que podía llevar varios pasajeros][12], envió el dinero a los pobres de Blois, que sufrían un crudo invierno. Luego, firmó para que su participación en la empresa se entregara a los hospitales de París y Clermont.

Cuando Pascal murió a los 39 años, el 19 de agosto de 1662, a su funeral asistieron familiares, amigos, colegas científicos, compañeros en el mundo, conversos y escritores. Y la parte de atrás de la iglesia se llenó de pobres; a todos ellos Pascal los había ayudado durante su vida.  Charles Hummel[13]

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Nos ganamos la vida con lo que recibimos; forjamos nuestra vida con lo que damos.  Anónimo

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Haz todo el bien que puedas,
por todos los medios que puedas,
de todas las formas que puedas,
en todos los lugares que puedas,
tantas veces como puedas,
por todo el tiempo que puedas.

Frase atribuida a John Wesley

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Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.  2 Corintios 9:7[14]

Publicado en Áncora en julio de 2018.


[1] NVI.

[2] Santiago 1:27 (NIV).

[3] Proverbios 22:9.

[4] http://www.allaboutgod.com/biblical-stewardship.htm.

[5] Proverbios 3:9 (BLPH).

[6] Filipenses 4:18.

[7] Whitney, Donald S., Spiritual Disciplines for the Christian Life (Colorado Springs: Navpress, 1991), 142.

[8] Hebreos 13:16 (NVI).

[9] Marcos 10:29-30.

[10] Lucas 21:1-4.

[11] Lucas 10:35.

[12] https://en.wikipedia.org/wiki/Horsebus.

[13] http://storiesforpreaching.com/pascal-and-the-poor.  Fuente: Hummel, Charles, The Galileo Connection (IVP, 1986).

[14] NVI.

 

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