mayo 29, 2018
Te diseñé con la necesidad de belleza. Refréscate hoy con la belleza de Mi creación. La Tierra es Mía, y todo lo que hay en ella —el mundo y todo lo que vive en él— fueron creados para Mi gloria. Alábame por la majestuosidad de las montañas, el suave gorgoteo de un arrollo, el gorjeo de un pájaro cantor y el rugido atronador del océano. Empápate del esplendor de Mi gloria reflejada en todo lo que te rodea. Mi todopoderosa mano mantiene en su lugar cada estrella y planeta de la galaxia. La luna señala las estaciones y el sol sabe exactamente cuándo salir y cuándo ponerse. Pinto cada impresionante amanecer y todos los gloriosos crepúsculos. Preparo el trueno y el rayo y empapo la tierra con chubascos. El mar y todo lo que está en él canta Mi alabanza. Toda criatura de la Tierra participa en una sinfonía de alabanza a Mí, el Señor y Rey. Ven y únete al coro de alabanza, a medida que va en aumento progresivamente por el mundo. ¡Levanta la voz! Entona el cántico de alabanza que compuse para que lo cantaras. El honor y la majestuosidad me rodean; la fuerza y la belleza son Mi santuario. Jesús[1]
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La naturalezaes una magnífica fuente de inspiración. La creación de Dios es una prueba constante y asombrosa de Su poder y diseño. Además de ser increíblemente bella en sus múltiples formas, la naturaleza también pone de relieve el poder de Dios y Su amor por la humanidad. La naturaleza es una fuente estupenda de la que extraer inspiración, pues el genio divino se pone en evidencia en la obra de Sus manos.
La majestad de la creación es un recordatorio constante de que Dios, quien lo creó todo, es soberano y más que capaz de sobrellevar todas las cargas, temores, preocupaciones y oraciones que le encomendamos. Cuando recordamos esa gran verdad podemos echar nuestras cargas sobre Él con mayor facilidad[2], lo que nos aligera el espíritu y nos da inspiración y esperanza para el futuro. Peter Amsterdam
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Gracias a Dios por las bellezas de Su creación, y por la quietud, en la cual se oye claramente Su voz.
Te damos gracias, Señor, por toda Tu maravillosa creación y estos preciosos amaneceres y atardeceres. Es bueno que el ocaso de una vida pueda ser tan bello como los atardeceres de la creación de Dios. Sería espléndido morir como el día, de manera tan hermosa, sublime y tranquila.
«Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras. No hay lenguaje, ni palabras, en los que no se oiga su voz»[3]. El salmista se refiere a la voz de la Creación de Dios, y del Sol, las estrellas y la Luna —Sus creaciones—, ¡alabado sea el Señor! «Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de Sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, en los que no se oiga su voz»[4]. ¡Alabado sea el Señor por Su creación! Toda ella nos habla del Señor. David Brandt Berg
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La adoración debiera ser parte del diálogo que mantenemos con Dios a lo largo del día. Cuando observamos la creación de Dios, miramos a una madre con su nene, las estrellas en la noche, cuando pensamos en el Señor, podemos rendirle honor, alabanza y gratitud por Sus maravillosas obras, por lo que ha hecho y lo que es. Cuando meditamos en Su Palabra, cuando pensamos en los bienes que nos ha conferido, la misericordia que nos ha demostrado, la gracia que nos ha otorgado, cuando oramos y lo buscamos, en todos esos momentos podemos adorarlo.
Cuanto más expresamos verbalmente quién es Dios y lo que ha hecho, más presente se hace Él en cada aspecto de nuestra vida cotidiana. Cuando reconocemos con frecuencia Su amor, compasión, misericordia, bondad y justicia, interiorizamos esas virtudes y mayor probabilidad tenemos de emularlas en nuestras interacciones con nuestros semejantes. Cuando lo alabamos por Su poder, Su presencia y Su omnisciencia, nos acordamos de que está siempre con nosotros, que nos conoce hasta en el último detalle, que nos creó y que comprende los pensamientos y las intenciones de nuestro corazón. Hacer memoria de ello puede reafirmar nuestra determinación para poner todo de nuestra parte con tal de vivir conforme a Su Palabra, tratar a otros con amor y portarnos con los demás como queremos que se porten con nosotros. Peter Amsterdam
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¿Últimamente has mirado bien a tu alrededor? […] No sé en tu caso, pero yo disfruto de vez en cuando solo al hacer una pausa en donde me encuentro y mirar bien los cerros a mi alrededor. La vista es muy hermosa en la zona donde vivo.
Mi esposo y yo hemos vivido en muchos lugares distintos. Siempre me emociono cuando estamos en un lugar donde puedo ver las montañas y las colinas. A menudo pienso en los dos primeros versículos del Salmo 121 y digo: «Alzaré mis ojos a los montes. ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene del Señor que hizo los cielos y la Tierra».
Ver los cerros que me rodean me hace recordar la grandeza de la creación de Dios. Pensar en que Dios solo habló y todo llegó a existir, va más allá de lo que yo podría imaginar o comprender, pero es un recordatorio de la grandeza de Dios. El salmista parece haber pensado lo mismo que yo cuando veo la belleza de la creación que me rodea: «Mi socorro viene del mismo Señor que fue capaz de crear todo esto». Eso me da paz. Me da consuelo. Me da esperanza y alegría.
La próxima vez que te sientas muy desanimado, observa bien lo que te rodea. Haz una pausa por un momento; mira hacia arriba y contempla la belleza. […] Agradece al Señor por ella, y también da gracias por los ojos con los que puedes contemplarla. Regocíjate, porque tu socorro viene del poderoso Creador que hizo todos los bellos paisajes que te rodean: las montañas, los cerros, los lagos, el cielo, los hermosos tulipanes que tienes en tu jardín; ¡Él lo hizo todo! ¡Regocíjate y da gracias a Dios por todo eso! Ann Shorb[5]
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Este es un hermoso video con la canción Creation Calls, de Brian Doerksen (el tiempo de duración es de 6:22), y también añadimos otros con subtítulos en español.
Publicado en Áncora en mayo de 2018. Leído por Gabriel García Valdivieso.
[1] Becky Harling, The 30-Day Praise Challenge (David C. Cook, 2013). Los pasajes de las Escrituras a las que se hace referencia, son: Salmo 24:1; 89:5, 11; 145:10; 148:2–5; 96:6.
[2] 1 Pedro 5:7.
[3] Salmo 19:3-4.
[4] Salmo 19:1-3.
[5] http://www.ccesonline.com/beautyofcreation.htm
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