noviembre 8, 2017
El domingo pasado vi una entrevista. Preguntaron al invitado: «Actualmente, ¿cuál es la mayor necesidad que hay en el mundo?» Sin vacilar, respondió: «Empatía. El mundo necesita más empatía».
Yo habría respondido, sin pensarlo, que el mundo necesita más amor. Sin embargo, me gustó su respuesta. Fue mucho más específico decir que el mundo necesita más empatía.
La empatía es ponerse en el lugar de la otra persona. La empatía es aplicar el principio de presunción de inocencia. La empatía es darse cuenta de que todas las personas tienen su historia. La empatía nos ayuda a escuchar más y aconsejar menos. Nos ayuda a procurar entender y a abstenernos de emitir juicios.
Hace poco me uní a un grupo para llevar a cabo unos ejercicios. Estaba nerviosa cuando entré, pero sabía que debía intentar ser amigable con las personas que conociera en ese lugar. Me senté cerca de una señora, la miré y le sonreí. Sin embargo, ella solo respondió con una mueca y quedé desconcertada. No dejé de pensar en ella durante la clase, pues quería saber si no le gustó que me sentara allí, o si hice algo que le molestó sin darme cuenta.
Luego me vino a la memoria Judy, otra amiga. La primera vez que la vi en mi barrio, traté de ser amigable. Casi no respondió ni me habló. Luego de meses de intentar relacionarme con ella, por fin un día me habló y me explicó que sufría fuertes dolores de espalda y que al caminar tenía tanto dolor que casi no podía hablar. Se operó y se ha recuperado; ahora somos buenas amigas. Con lo que pasó con ella aprendí a no juzgar a la gente. En muchos casos, ni siquiera imaginamos las situaciones que enfrenta la gente. Judy me dejó una buena enseñanza acerca de la empatía.
En el mundo de hoy, en el que las personas son rápidas para comentar y juzgar situaciones y que todo eso se transmite rápidamente de una computadora a otra, necesitamos más empatía. Cuando es muy común condenar, intimidar y hablar mal de las personas que no dedicamos tiempo a entender, necesitamos más empatía. Cuando permitimos que el temor construya muros entre nosotros, necesitamos más empatía. Cuando queremos dejar que Jesús dirija más nuestra vida y nuestros pensamientos, necesitamos más empatía.
¿Podría ocurrir un milagro mayor que el de mirar por un instante a través de los ojos de otra persona? Henry David Thoreau
La empatía y las habilidades sociales son la inteligencia social, la parte de la inteligencia emocional que tiene que ver con la comunicación y relación con otras personas. Por esa razón son parecidas. Un requisito esencial para la empatía es sencillamente prestar atención a la persona que tiene dolor. Daniel Goleman
La empatía empieza al entender la vida desde la perspectiva de otra persona. Nadie tiene una experiencia objetiva de la realidad. Todo pasa por nuestro prisma individual. Sterling K. Brown
La empatía nace del antiguo mandamiento bíblico «Ama a tu prójimo como a ti mismo». George McGovern
Debemos ampliar la definición de quién es nuestro prójimo y extender los límites de nuestro interés y empatía. Wendy Kopp
Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran. Romanos 12:15[1]
Sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo. Efesios 4:32
Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas. Mateo 7:12
Este es Mi mandamiento: «ámense unos a otros de la misma manera en que Yo los he amado». Juan 15:12
Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Tengan compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas. Sean de buen corazón y mantengan una actitud humilde. 1 Pedro 3:8
Acuérdense de aquellos que están en prisión, como si ustedes mismos estuvieran allí. Acuérdense también de los que son maltratados, como si ustedes mismos sintieran en carne propia el dolor de ellos. Hebreos 13:3
Dado que Dios los eligió para que sean Su pueblo santo y amado por Él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros. Sobre todo, vístanse de amor, lo cual nos une a todos en perfecta armonía. Colosenses 3:12-14
Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. 2 Corintios 1:3-4
Él te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que demanda el Señor de ti, sino solo practicar la justicia, amar la misericordia y andar humildemente con tu Dios? Miqueas 6:8 (NBLH)
[1] Salvo que se indique otra cosa, todos los versículos de la Biblia que se citan se tomaron de la versión NTV.
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