abril 17, 2017
Dios está obrando entre ustedes. Él despierta en ustedes el deseo de hacer lo que a Él le agrada y les da el poder para hacerlo. Filipenses 2:13[1]
Todo el mundo es una obra en construcción. Algunas de las carreteras más modernas, que al final te facilitan el viaje, mientras están en construcción ocasionan algunos de los atascos, inconvenientes, desvíos y contrariedades más exasperantes, en muchos casos durante años. Pero una vez que se terminan uno se da cuenta de que valió la pena. Lo que durante algún tiempo casi acaba por desquiciarlo, se convirtió en una vía por la que se llega de forma más rápida y eficiente que antes. Por eso, ten paciencia con mis obras humanas en construcción.
Si sientes la tentación de enfadarte por los defectos de los demás que te molestan y exasperan, piensa en el desastre que parecerías si los demás fueran perfectos. Los errores y fracasos de los demás no son lo peor de la vida. Lo que es verdaderamente lamentable es ser tan miope que solo se vean esos errores, cuando he puesto ante ti oportunidades de crecer y aprender por medio de la paciencia, el perdón, la fe y el amor.
Sin los ásperos e irritantes granos de arena no habría perlas de gran precio. La próxima vez que te irriten las molestas faltas y errores de los demás, alégrate por las perlas en que a la larga se convertirán en tu vida si las cubres con verdad, amor, perdón y fe.
Lo que importa no es haber fracasado, sino lo que se haga con el fracaso. Nadie hizo jamás un descubrimiento, obtuvo una victoria ni hizo un avance importante sin experimentar primero algunos fracasos y no dejarse vencer por ellos.
El fracaso no equivale a la derrota; son dos cosas distintas. El fracaso forma parte de la vida diaria; todo el mundo fracasa alguna vez. Una derrota, en cambio, se produce cuando no se vuelve a la carga, y se permite que el fracaso convierta lo que podría haber sido una vida provechosa en una malgastada en autocompasión y temor al qué dirán.
El fracaso en muchos casos es la forma en que te ayudo a precisar mejor Mi voluntad más alta y sublime. Al desbaratarse tus propios programas, estoy ahí con un nuevo plan para acometer algo mucho mejor.
Puedes fracasar muchas veces, en diferentes aspectos, y de hecho te sucederá. Pero no fracasarás en tanto que vuelvas a levantarte y sigas intentando. Algo bueno del fracaso es que hace que aprecies más la victoria.
En muchos casos, en las sendas que conducen al progreso y los grandes logros hay muchas pequeñas caídas, errores, pruebas y tribulaciones. Sin embargo, quienes perseveran contra viento y marea y no desisten verán el fruto de sus esfuerzos. Y aunque a veces te parezca que principalmente cometes errores y fallas, siempre son pasos hacia la victoria, si sigues adelante con fe.
Ten en cuenta a muchos inventores de otros tiempos y de la actualidad; en muchos casos tuvieron que bregar durante años con fracasos y desventuras. Pero como persistieron y no se dieron por vencidos, aun cuando se ponía difícil, hicieron su descubrimiento o diseñaron su invento y transformaron el mundo.
Soy consciente de que a veces lo que te pido parece difícil. A tu alrededor todo está oscuro y apenas si ves donde pisar para dar el próximo paso. Pero no temas ni desesperes, Mi amor. Aunque te rodeen las tinieblas, extiende la mano y toma la Mía, y deja que te guíe y camine a tu lado mientras atraviesas esta época. Pronto habremos salido del túnel y volverás a estar en la luz de un mundo nuevo. Aunque tú no veas, Yo veo muy bien y te conduciré poco a poco de forma segura por la vía que tienes delante si confías en Mí y me dejas dirigirte.
¿Estás pasando por momentos difíciles? Ten la certeza de que me valdré de cada obstáculo y «contratiempo» como peldaño para alcanzar algo bueno, y si no desistes alcanzarás una unidad más estrecha conmigo.
Las piedras preciosas resplandecen más vivamente cuando se las coloca contra un fondo negro. En medio de dificultades y problemas las perlas de sabiduría, fidelidad y fe inquebrantable, y la capacidad para conservar el optimismo en tiempos difíciles, relucen más y se convierten en un testimonio para muchos.
A veces los beneficios de una dificultad o sufrimiento no se ven enseguida. Pasa algún tiempo hasta que se hacen patentes, porque son como una semilla sembrada en el suelo. Hay que esperar para verla germinar y que brote el fruto de la tierra. Un árbol tarda más en salir que una brizna de hierba, pero vale la pena esperar.
¿Te desanimas y deprimes? Déjame poner una canción en tu corazón, vivacidad en tus pasos y alegría en cuanto hagas. Mi alegría es tu recompensa.
Cuando empieces a desanimarte y abatirte, levanta la mirada hacia Mí. Siempre estoy presente para animarte y levantarte. Solo tienes que pedírmelo, y daré a tu alma renovados bríos y alegría. Cuando quieras charlar y hablar conmigo, estaré ahí. Soy tu ayuda en momentos de angustia[2].
«Como tus días serán tus fuerzas»[3]. Es una promesa. Cuando la vida es ajetreada y agobia el fragor de la batalla, no dejes de aferrarte a Mis promesas aunque aferrarte sea todo lo que puedas hacer.
A veces tienes que desglosar el día en horas o momentos, y limitarte a vivir hora a hora o momento a momento. Deja de pensar en el resto del día. Pon todo tu empeño momento a momento, y pronto verás que el día se terminó y tuviste las fuerzas para sobrellevarlo.
Seguiré guiándote y orientándote paso a paso, momento a momento. Todo obstáculo lo podrás sortear con Mi ayuda y Mis soluciones. Como dije: «Clama a Mí, y Yo te responderé, y te mostraré cosas grandes y ocultas que tú no conoces»[4].
Publicado por primera vez en noviembre de 2006. Texto adaptado y publicado de nuevo en abril de 2017.
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