diciembre 16, 2016
Hace más de 2000 años, en una noche que al mundo le ha placido llamar «Navidad», una doncella judía se dirigió a la misteriosa profundidad de la maternidad y regresó con un niño. El niño recibió un nombre…
Un nombre que brota en las páginas de la historia como las flores de miles de primaveras;
Un nombre que reverbera en los corredores del tiempo como la música de miles de coros entonando un solemne himno;
Un nombre que adorna los registros de siglos como el esplendor de miles de monumentos construidos con las piedras más puras y preciosas;
Un nombre que después de 2000 años de escrutinio brilla en la galaxia de las grandiosas almas de la tierra como la gloria de miles de soles;
Un nombre que es más grandioso, magnífico, glorioso y elocuente que todos los nombres del mundo juntos.
El 25 de diciembre se celebrará el cumpleaños de Jesucristo en todo el mundo. Será celebrado de diferentes maneras, en muchos idiomas, por gente de todas las razas. Durante unas pocas horas gran parte de la humanidad dejará de hablar de satélites, misiles y guerra. Durante unas pocas horas muchos hablarán de paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. La gente intercambiará regalos y hablará del Príncipe de Paz.
Isaías 9:6: «Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre Sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.»
A Sus pies pongan uno por uno
los deseos más hermosos,
sueños y cada añoranza,
cada instante de esperanza;
pongan todo, todo eso cada uno.
A sus pies póngalos y ya no teman
cada quebranto y cada temor.
Él siempre estará a Su lado,
Él jamás está cansado
y será mejor que lo más deseado.
Su nombre es Jesús.
Billy y Ruth Graham.
Las circunstancias de la primera Navidad fueron muy estresantes. Había una adolescente soltera embarazada. Un fiel y atemorizado novio. No había lugar en el mesón. Pero sí animales mal olientes y paja áspera. Y una estrella no identificada en el cielo.
Y Dios nos brindó el regalo de paz imperante a través de ese relato de la misma manera que anhela darnos el regalo de paz en nuestro corazón. ¿Cómo superaron José y María el caos de sus circunstancias y recibieron paz? Su confianza en Dios fue inquebrantable.
La paz perfecta no depende de las circunstancias. Viene de un corazón inquebrantable y confiado. Iniciemos la temporada navideña haciendo crecer intencionalmente nuestra fe inquebrantable enfocando nuestra confianza en Dios, que es fiel. La paz que sentiremos apuntará al Salvador que estamos celebrando.
Señor, me concentro en Ti. Eres confiable, fiel y Dador del regalo de paz. Te ruego que me colmes durante esta temporada navideña. Cuando otros vean Tu paz en mí, que te reconozcan como Salvador. En el nombre de Jesús, amén. Amy Carroll[1]
El siguiente video [en inglés] muestra a Lindsey Stirling en una bellísima interpretación del famoso «Aleluya». Comparte un mensaje para valorar nuestra vida, porque nuestro Salvador nos valora a cada uno, y para dar felicidad a todo el mundo.
Un hermoso video musical [en inglés] de la canción «Mary Did You Know» con escenas de la serie «La Biblia».
Publicado en Áncora en diciembre del 2016.
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