Echar nuestras cargas sobre Jesús

mayo 2, 2016

María Fontaine

[Taking Our Burdens to Jesus]

Todos hemos pasado en algún momento de nuestra vida por épocas muy difíciles. Cada uno de nosotros hemos pasado por ciertas pruebas y como resultado hemos tenido oportunidades de fortalecer de modo particular nuestra fe y relación con el Señor. Es posible que se encuentren aún en plena batalla, o cansados, y se pregunten qué objeto tendrán tantas pruebas y cuándo va a terminar todo ello.

Sea lo que sea por lo que estén pasando, el Señor quiere que sepan que los ama. Vela por ustedes y todo está en Sus manos. Todo lo que Él permita que les suceda de alguna manera será por su bien. Y aunque en este momento no lo entiendan, ya lo entenderán más adelante. ¿Lo creen?

Tal vez últimamente hayas sufrido un desengaño amoroso que te haya lastimado y destrozado, dejándote una sensación de inseguridad y soledad y de no ser agradable a los demás.El infaltable amor de Jesús te acompañará incluso en la noche más oscura y solitaria y Él puede ayudarte a recuperar la fe en el amor. No te dejará para siempre con el corazón partido; y aunque se te haya roto en mil pedazos, puede reunir hasta el último, recomponerlo y hacer de tu vida algo hermoso.

Jesús lo comprende todo. Aunque nadie más entienda lo que estás sufriendo. Él sí lo entiende. Aunque tome tiempo sanar tu dolor, tarde o temprano sanará, porque ha prometido que siempre nos consolará[1]. Jesús quiere consolarnos en cada prueba que experimentamos. Se compadece de nuestras debilidades y nos comprende[2]. Aliviará tus cargas. Calmará tu dolor. Responderá a tus oraciones. Pronto volverás a ver salir el sol, así que no abandones ni pierdas las esperanzas. Convérsalo con tu Mejor Amigo y deja que te transmita el consuelo que tanto te hace falta.

Tal vez ahorate sientas sobrecargado de trabajo; sientas que sencillamente no podrás aguantar el ritmo que llevas, con tanta presión.Si sientes agotamiento espiritual, físico, mental, o las tres cosas, recuerda lo que prometió Jesús: «Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar»[3].

Cuando el Señor les pide que hagan algo que les cuesta mucho y tal vez tengan la tentación de pensar que va a ser demasiado difícil o que no serán capaces de hacerlo, o consideran que no tienen la capacidad física, mental o psicológica, o los talentos y habilidades espirituales que hacen falta, deben creer que si quien les pide que hagan algo es el Señor, Él mismo lo hará posible. De modo que tendrán que lanzarse por fe, hacerlo y punto. Tendrán que aventurarse, arriesgarse y ver cómo se las arregla Dios para salirles al paso.

Puede parecerles que la carga se les vuelve demasiado pesada, lo cual es cierto. Por eso deben pedirle a Jesús que los fortalezca y guíe para saber qué hacer. Si la carga se hace demasiado pesada háblenlo con Jesús y pídanle la solución. Él les revelará qué deben hacer para encontrar el ritmo adecuado. Les dirá si les hace falta parar un rato a orar, o a leer Su Palabra, o tal vez a meditar o sencillamente descansar un rato del trabajo y disfrutar de la vida, de su familia y sus seres queridos.

Tal vez estén desanimados por los esfuerzos que hacen en su servicio al Señor y los pocos frutos que ven en comparación,o están desanimados porque les parece que no están haciendo suficientes progresos espirituales,que no están haciendo suficiente o cultivando su relación con el Señor. En momentos así, pueden tener la certeza de que el Señor está ayudándoles a aumentar su resistencia, y de que si perseveran pacientemente y hacen Su voluntad, les dará lo prometido[4].

Tal vez se encuentren temporalmente en una situación de la cual al parecer no saldrán en mucho tiempo, o simplemente no logran encontrar un lugar, un empleo, un hogar o vocación que les parezcan adecuados. Les ruego que no desesperen. Jesús les está preparando un lugar, no solo en el cielo, sino aquí en la tierra ahora mismo. Recuerden: Dios no comete errores, y si los ha puesto en un determinado lugar, puede ser el mejor lugar en este momento conforme a Su propósito.

Los grandes hombres y mujeres de Dios no trataban de servirle donde mejor les acomodaba; buscaban dónde ser más útiles a los demás. Averiguaban qué hacía falta y se sentían honrados de cubrir esa plaza. Eran visionarios que creían que era posible dejar huella en el mundo, y se propusieron hacerlo, cosa que muchos lograron porque no se dieron por vencidos.

Hace poco leí algo que describe bien el carácter del visionario.

Las personas son irracionales, ilógicas y egocéntricas. Ámalas de todos modos.

Si haces el bien, te acusarán de tener oscuros motivos egoístas; haz el bien de todos modos.

Si tienes éxito, te rodearás de amigos falsos y enemigos verdaderos. Alcanza el éxito de todos modos.

La sinceridad y la franqueza te hacen vulnerable. Sé sincero y franco de todos modos.

El bien que hagas hoy lo olvidarán mañana. Haz el bien de todos modos.

A las personas más grandes con las ideas más luminosas las pueden derribar personas de mente cerrada. Piensa en grande de todos modos.

Muchos favorecen a los desvalidos pero solo siguen a los triunfadores. Lucha por los desvalidos de todos modos.

Lo que has tardado años en construir puede quedar destruido de la noche a la mañana. Construye de todos modos.

Tomado de Los mandamientos paradójicos. Dr. Kent Keith

Obrar correctamente a pesar de la oposición o de los propios sentimientos forja a los grandes hombres; es la senda que conduce al éxito. Cuando la siguen, el Señor siempre cuidará de ustedes y de sus hijos. Proveerá para todas sus necesidades. Cuenten con Sus promesas.

El Señor ha prometido proveer para toda necesidad conforme a Sus riquezas en gloria[5], y que los fortalecerá por medio de Sus recursos ilimitados y de Su Espíritu que mora en ustedes[6]. ¡Sabemos que nunca dejará de hacerlo siempre que sigamos confiando y reclamando Sus promesas!

¡El Señor velará por ustedes, pase lo que pase! Algún día van a estar muy agradecidos porque los rescató de cada situación durante su vida terrena y les concedió la gracia para serle fieles a Él y amar a los demás.

Gracias por ser fieles al llamamiento del Señor pese a las dificultades. Él jamás dejará de suplir todo lo que necesiten para hacer Su voluntad.

Publicado por primera vez en octubre de 2005. Texto adaptado y publicado de nuevo en mayo de 2016.


[1] Juan 14:18.

[2] Hebreos 4:15.

[3] Mateo 11:28.

[4] Hebreos 10:36.

[5] Filipenses 4:19.

[6] Efesios 3:16.

 

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