Misión navideña de salvación

diciembre 7, 2015

Palabras de Jesús

[Christmas Salvation Mission]

«Los hombres y mujeres que han vivido bien y sabiamente resplandecerán, como la noche sin nubes y llena de estrellas. Y los que ponen a otros por el camino recto de la vida, brillarán para siempre como las estrellas».  Daniel 12:3[1]

Esta temporada navideña muchas personas del mundo sufren y gimen a causa de las pérdidas y tragedias del año. Muchas vidas se destrozaron y muchos sueños quedaron hechos añicos. El mundo tiene necesidad de un Salvador. Más que nunca, es tiempo de dejar que la luz brille delante de todos los hombres para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en el Cielo[2]. La temporada navideña es para que resplandezcan con Mi amor y den Mi mensaje de esperanza y redención.

Ustedes son personas muy bendecidas, pues han sido puestas en libertad para conocerme, amarme y ser Mías. Las riquezas de este mundo no son nada comparadas con las del Espíritu. Los caudales más grandes son las almas conquistadas para Mí, no las cosas de la Tierra. Satanás ha agrupado un conjunto importante de cautivos que necesitan la oportunidad de ser puestos en libertad. Hagan su parte para sacarlos de los calabozos oscuros y ponerlos en libertad. Echen mano de cuanta oportunidad se les presente y háganla valer. Den el mensaje de Mi amor y salvación que llevará la verdad, libertad y vida eterna a los perdidos.

Es posible que piensen en lo endurecidas al evangelio que se han vuelto muchas personas en el país donde están. Es cierto que el amor de muchos se ha enfriado y muchos se han apartado de Mí y han endurecido el corazón. Sin embargo, por cada uno que se endurece hay otros que me aceptarán si se les da la oportunidad. Puede que tengan que esforzarse más por encontrarlos, y tal vez tengan que postrarse de rodillas y orar para que les prepare el corazón a ellos y guíe a ustedes a los que sean receptivos. Pero si salen a hacer todo lo que puedan por entregar la verdad y guiar a las personas a Mí, encontrarán a los que sean abiertos y receptivos.

Cada año en que el evangelio no llega a quienes lo necesitan prolonga el sufrimiento del mundo. Así que les pido que hagan su parte para aliviar el sufrimiento divulgando Mi mensaje a todos aquellos con quienes se encuentren, yendo por los caminos y los vallados y forzándolos a entrar[3]. Una vez que el mal tome más arraigo en el mundo y abunde la iniquidad, muchos se endurecerán, se cegarán y en algunos aspectos resultará más difícil entregar el mensaje. En otros sentidos será más fácil, porque quienes todavía busquen verán resplandecer la luz de ustedes desde más lejos. Cuanto más oscura sea la noche, más brilla la luz.

Muchos están al borde de la desesperación, y necesitan con urgencia el mensaje de salvación. Entreguen el mensaje a los perdidos, llévenles el evangelio de salvación y redención. Todo el Cielo se regocija aun cuando se salva una sola alma y llega a salvo al redil[4].

¿Pueden llevar el mensaje a los perdidos y marcar una diferencia? Por su cuenta no. Pero si me piden ayuda, llenaré su mente y corazón de palabras de amor y salvación. Y cuando lleguen al Cielo y vean las recompensas que voy a darles por su fiel testificación sabrán que valió la pena.

¡Piensen en todas las personas que les estarán eternamente agradecidas por conducirlas a Mí! Estarán agradecidas con ustedes por lo que hicieron a fin de redimirlas para Mí. Estarán agradecidas por la eternidad, y eso forma parte de la recompensa de ustedes.

Honraré a quienes me honren. Si me honran ante las naciones esta Navidad, los honraré ante todo el Cielo.

 

Proclamen a un Salvador vivo

«La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios».  Romanos 8:19[5]

La Navidad es una fecha en que el mundo celebra Mi nacimiento. Es una temporada de generosidad, de mostrar interés y compartir, de amar.

Mi clamor de Navidad es que extiendan la mano a los perdidos. Que sigan siendo fieles en dejar que Yo mantenga vivo el fuego en su interior. Que me encarnen ante el mundo. Que dejen que el espíritu de la Navidad viva en su corazón cada día del año. Que me proclamen ante el mundo, no como un héroe muerto, sino como un Salvador vivo. Que se hagan regalos de amor unos a otros, no solo en Navidad, sino a lo largo del año, entregándose a sí mismos y amándose como Yo los amo. Que se concentren en lo que importa, tengan el orden debido de prioridades y piensen en el Cielo.

Pues estableceré Mi reino en la Tierra y regiré a las naciones con Mi justicia. Ese es el motivo por el que vine al mundo en primer lugar: para salvar a la humanidad y establecer Mi justo dominio sobre la Tierra. La primera vez llegué a la Tierra como un recién nacido en pañales, pero al final regresaré con toda la gloria de Mi Padre, con toda Su fuerza y poder, para regir para siempre sobre la Tierra.  Ustedes preparan el camino. Y algún día me ayudarán a instaurar Mi reino en la Tierra y junto a Mí gobernarán con justicia a las naciones.

 

Déjame reconfortarte esta Navidad

«El amor inagotable de Dios y Su fidelidad vinieron por medio de Jesucristo».  Juan 1:17[6]

Aunque el abatimiento se haya apoderado de ti, aunque estés cesante y tengas la billetera o la cuenta corriente vacía, aunque te aflijan la soledad o la enfermedad, aunque hayas perdido a un ser querido, aunque la guerra, el odio, la injusticia o la indiferencia de los demás te hayan enfriado el corazón esta Navidad, Mi amor puede cambiar eso. Quiero que hoy se recuerde Mi nacimiento y todo lo que anunciaba. Deja que Mi amor te colme y otorgue sentido a tu existencia.

El mundo también estaba plagado de males en la época en que nací y a lo largo de Mi vida en la Tierra. Ten en cuenta las horrorosas circunstancias que rodearon Mi nacimiento. Piensa en las madres que lloraban la matanza de sus hijos varones ordenada por un rey ebrio de poder. Recuerda la opresión reinante en aquel tiempo.

En medio de aquellas densas tinieblas apareció la luz más esplendorosa que el mundo haya conocido; en medio de gran angustia se concedió el más grande de los obsequios. Mi Padre me envió como un niño débil e indefenso para que me criara y viviera en las mismas condiciones que cualquier ser humano, para que experimentara los mismos pesares y sufriera a manos de personas injustas. Me hice hombre para salvar a los hombres. En Navidad entregué Mi vida al mundo para el perdón de sus pecados; para que de Mí, por medio de Mí y en Mí pudieras tener vida[7].

Te di esperanza por medio del conocimiento de que soy eterno, inmutable y que jamás te dejaré ni te abandonaré[8]. Abre tu corazón para que la verdad y el amor que traje conmigo aquel primer día de Navidad te iluminen interiormente en este preciso instante. Déjame disipar tus temores y enjugar tus lágrimas. Déjame reconfortarte esta Navidad.

Publicado en Áncora en diciembre de 2015.


[1] Traducción de la versión The Message.

[2] Mateo 5:15-16.

[3] Lucas 14:23.

[4] Lucas 15:7, 10.

[5] NVI.

[6] NTV.

[7] Romanos 11:36.

[8] Deuteronomio 31:6.

 

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