septiembre 17, 2015
Él, que es el resplandor de Su gloria, la imagen misma de Su sustancia y quien sustenta todas las cosas con la palabra de Su poder. Hebreos 1:3[1]
Amados, soy su Creador y el Iniciador de su vida misma. Su llanto de recién nacido fue una respuesta a la vida que les brindé. Muchos creen que se puede vivir independientemente de Mí, pero es una ilusión. ¡El mundo se sostiene con Mi poderosa palabra! Cuando dejo de sustentar la vida de una persona, ella muere. Así que vivir de manera responsable es alinearse con la verdad misma: Mi soberanía del universo. El hecho de que dirijo cada aspecto de su vida puede incrementar su sensación de seguridad, hasta tal punto que confían en Mi perfecto amor. Por lo tanto, el arte de vivir de manera responsable descansa sobre el fundamento de la confianza en Mi absoluta bondad, Mi sabiduría infinita y Mi amorosa presencia.
Se requiere percepción para edificar sobre ese fundamento de confianza. Se debe aprender a ver desde Mi perspectiva, así como desde la suya. Es importante buscar Mi accionar en el panorama general y en los detalles de todos los días. Vivir de esa manera requiere concentración, porque el mundo se empeña en distraerlos de Mí. Sin embargo, los momentos en que logren vivir de manera responsable serán las mejores épocas de su vida. Disfrutarán la vida en mayor medida y se conectarán profundamente conmigo. Será un adelanto de lo que les aguarda en el Cielo, donde se conectarán conmigo a la perfección y por toda la eternidad[2].
Bienaventurados los que no vieron y creyeron. Juan 20:29[3]
Te recuerdo esa promesa porque sé que pasas por la prueba de no siempre sentir Mi amor. A veces te gustaría que fuera más tangible. Te gustaría sentir Mi presencia cuando necesitas consuelo y escucharme de forma audible en momentos de soledad. Pero has creído por fe que estoy contigo, y premiaré tu fe y te bendeciré con manifestaciones de Mi amor y cuidados.
Una forma en que puedes sentir más Mi amor es manifestarlo a los demás. Al hacerlo, lo sientes manar a través de ti. Si lo transmites, no puedo menos que rellenarte hasta rebosar. Por eso, si sientes vaciedad y te parece que no te quieren, manifiesta amor. Verás que Mi amor llenará tu vida a raudales.
El mundo se llena de belleza cuando el corazón rebosa de amor.
Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos y temerán, y confiarán en el Señor. Salmo 40:3[4]
Cuando sientas la tentación de quejarte, habla conmigo. Si me cuentas tus sentimientos, Yo pondré Mis pensamientos en tu mente y Mi canción en tu alma.
Hay tantas cosas que te gustaría que cambiaran: tú mismo, otros y el mundo mismo. Resulta natural preocuparse por esas cosas en vez de hablarlos conmigo. Pero la probabilidad de enojarse aumenta mientras más te concentras en el aspecto negativo. Incluso cuando controlas lo que dices, tus pensamientos suelen incluir numerosas quejas.
Permíteme ayudarte a pensar como Yo.
Confía en Mí. Háblame de tus problemas en todo momento. No esperes a sentirte desanimado para contarme lo que sientes. Al hablar de esos temas, no olvides agradecerme. A pesar de los problemas y lo que sientas, puedes darme las gracias por escucharte y ayudarte. También por haberte amado tanto que di la vida por ti. La gratitud crea un marco positivo alrededor de las preocupaciones. Cuando me hables de esos temas, permite que la luz de Mi rostro te ilumine. A la larga la luz celestial atravesará la niebla en tu mente y te otorgará Mi perspectiva.
Tu comunión conmigo te bendecirá también de otra manera: encontrarás en Mi presencia un gozo irrefrenable. Ya sea que las circunstancias cambien o no, descubrirás que te he dado una nueva canción: un himno de alabanza[5].
¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin el permiso de vuestro Padre. Así que no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos. Mateo 10:29, 31[6]
Si velo por cada pajarillo y ninguno cae a tierra sin que Yo lo sepa, y si proveo para las aves del cielo y las bestias del campo, ciertamente cuidaré de cada uno de ustedes. Hasta los cabellos de su cabeza están contados. No se preocupen, pues, ni se inquieten por lo que vaya a venir. No les daré nada que no puedan soportar. Las dificultades a las que se enfrentan los estimularán poniéndolos a prueba, y podrían parecer más de lo que piensan que pueden soportar. Pero entonces entra en juego la fe. Si se creyeran capaces, ¿qué falta les haría la fe? Tienen que confiar en que la victoria depende de Mí. Y en tanto que no dejen de luchar por la victoria, seguiré ganando a través de ustedes.
En cada etapa de la vida experimentas cambios y obtienes victorias. Tu determinación humana solo te llevará hasta cierto punto, pero la energía y el poder del Espíritu, sumados a tu voluntad y los pasos de determinación, te ayudarán a escalar las montañas que encuentres.
¿Para qué aguantar cuando puedes escalar y coronar cumbres? ¿Para qué mantenerte simplemente a flote cuando puedes nadar y llegar lejos? ¿Para qué te vas a contentar con disfrutar del panorama cuando se puede correr y explorar territorios desconocidos? ¡Entrégate de lleno a lo que te haya indicado que es Mi voluntad! Ve hasta el final, y verás cómo te salgo al encuentro y te llevo hasta la cumbre de la montaña y a una nueva plétora de posibilidades.
La verdadera causa de tus conflictos es la terrenal estrechez de miras, porque no ves desde Mi perspectiva eterna. La vida en la Tierra es una gota en el mar de la eternidad. Es un punto minúsculo de unos pocos años en el infinito. Y sin embargo, es una de las ocasiones más importantes de la existencia. Es el único punto donde podrás hacer y aprender ciertas cosas y madurar de ciertas formas.
No dejes que la mentalidad carnal te nuble la visión ni te tiente a considerar este tiempo como «lo único que te queda». Hay esperanza y futuro. Cobra ánimo, pues, y apoya de lleno los cambios que traigo a tu vida, asume un compromiso e invoca las victorias que quiero darte.
Publicado en Áncora en septiembre de 2015.
[1] Versión Reina-Valera
[2] Sarah Young, Dear Jesus (Thomas Nelson, 2007)
[3] Versión Reina-Valera
[4] Versión Reina-Valera
[5] Sarah Young, Dear Jesus (Thomas Nelson, 2009)
[6] Versión Reina-Valera
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