Amor insondable

febrero 5, 2015

Palabras de Jesús

«¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son Sus juicios, e inescrutables Sus caminos!»  Romanos 11:33[1]

Sé que te resulta insondable la magnitud de Mi amor. Podría decir que Mi amor por ti es más ancho que el mar, más alto que la cumbre más elevada y más hondo que el más profundo océano. Esas comparaciones apenas dan un indicio de cómo es Mi amor por ti. Pero son frases hechas que no describen la verdadera magnitud de Mi amor, que es mayor de lo que representan esas imágenes.

Es posible que no entiendas del todo Mi amor, que no puedas comprenderlo en su plena dimensión, pero lo puedes aceptar por fe, y tu fe es una de las muchas cualidades que valoro y que me encantan de ti. También admiro mucho la generosidad de tu corazón. Aprecio tu constancia en la oración. Me gozo en tu amor por los perdidos del mundo. Tienes muchas cualidades que hacen que Mi corazón rebose de amor.

Eres una creación de Mi amor, ¡y te apreciaré, te amaré y cuidaré de ti por siempre!

 

Para siempre

Mi amor por ti es como la eternidad: nunca acabará. Entiendo que sea difícil de entender, porque para la mente humana finita todo debe tener su principio y su fin. Pero así como la eternidad no termina, tampoco se agota Mi amor. Nada que puedas hacer me podría motivar a dejar de amarte. Eres Mía. Eres Mi esposa y te amaré para siempre.

Te observo y veo la belleza, el amor y el desvelo. Sé que al mirarte a ti misma ves confusión, desorganización y un desastre tremendo, pero Yo no me fijo en nada de eso. Veo tu corazón, conozco tus motivaciones y tus intenciones; y aun cuando te parezca que eres un desastre y te encuentres en estado de confusión, o aunque en algún aspecto des lugar el Enemigo, te amo igual.

Sé que por encima de todo anhelas complacerme y servirme. Sé también que, sea cual sea la prueba que encares, siempre luchas, siempre te sobrepones y al final acudes a Mí. Aun cuando estás en situaciones difíciles, sé que no tardas mucho en clamar a Mí para que te rescate y te ayude a luchar.

Aunque te parezca que eres una calamidad, eso no merma en lo más mínimo Mi amor por ti. Todos tienen sus defectos; tienen algo en el corazón y en su vida que nadie más conoce y se sienten culpables de ello. Pero Yo lo sé todo; lo veo todo y te amo igual. Si te encuentras en estado de confusión, dirige tu corazón hacia Mí. Te ayudaré. Te consolaré. Te guiaré y te infundiré ánimo.

Cuando te deprimes, te envío Mi amor manifestado en la sonrisa, el cariño y las palabras alentadoras de otra persona. Cuando necesites que te levanten el ánimo, puedo infundírtelo con Mi Palabra escrita. Cuando el mundo a tu alrededor esté gris y deprimente, puedo llenarlo de color y alegría por medio de las caras felices y sonrientes de los niños.

Te doy muchas muestras de amor; búscalas y atesóralas como señales de Mi presencia. Distribuyo manifestaciones de Mi amor a lo largo del día entre las experiencias que vives a fin de animarte y darte esperanza. Mantente atento a fin de que percibas esas muestras de Mi amor; de lo contrario, es posible que te las pierdas.

 

Entre lágrimas

Las palabras que me dirigiste hoy entre lágrimas cuando acudiste a Mí en oración, trajeron aparejada una gran belleza. Al observarte veo las pruebas que afrontas. Veo las decisiones que tomas confiando en Mí y por amor a Mí. Veo lo difícil que se te hace a veces, y aun así no desistes, porque sabes que dirijo tu vida y que sea lo que sea que enfrentes, haré que sea para tu bien. Te apoyas en eso.

Nunca te defraudaré. Cumpliré Mis promesas. Eres muy entrañable para Mí. Tengo un interés particular en ti y conduzco personalmente tu vida. Puedes dejarlo todo y dármelo a Mí con la certeza de que te apoyaré y porque te amo con un amor que no cabe en la Tierra. Siempre estaré sintonizado contigo y me ocuparé de cada detalle de tu vida, de los grandes y los nimios.

 

Tu corazón, Mi hogar

Soy el Creador del universo. Sin embargo, elijo tu corazón para hacer de él Mi humilde morada. Allí me conoces más a fondo; allí te hablo con susurros santos.

Sé que te parece insondable que alguien tan grande y majestuoso haya decidido vivir en el interior de una persona insignificante y pecadora. Casi retrocedes ante la idea de que Mi perfecta santidad viva en ti. […] Aunque, en efecto, eres una morada sumamente humilde para Mí —habito también en los altos cielos— vivo en tu corazón porque tengo un gran deseo de intimidad contigo. Fácilmente te distrae el ruido del mundo. Sin embargo, quiero ayudarte a escuchar en tu interior Mis suaves susurros.

Necesitas quietud, externa e interna. Busca un lugar tranquilo, donde el ruido del mundo sea mínimo. Luego, concéntrate en este mandamiento amoroso: Ríndete y reconoce que Yo soy Dios[2]. Quédate en calma, relájate en Mi presencia mientras tengo comunión contigo, dirigiéndote susurros santos[3].

 

Detalles

Las grandes cosas del universo dependen de la combinación de muchos detalles. Los grandes acometimientos provienen de pequeños detalles: pequeñas iniciativas, decisiones triviales, gestos sencillos de consideración y empeños en hacer lo debido. Algo que contribuye a ver cómo una persona es en realidad es al poner atención en lo que hace cuando nadie la mira y por la convicción que tiene en el momento de decidir bien y optar por actuar con amabilidad y amor.

Hay muchas formas de manifestar amor en los detalles cotidianos. Es posible que te parezca que no destacas en este aspecto. Y de más está decir que sé que cometes errores, pero no me fijo en eso. Solo veo lo bueno y tus actos de amor. Aun cuando no tienes muchas ganas de hacer algo por los demás y estás un poco quejumbrosa, lo intentas; y sabes que deberías portarte mejor.

Da igual que no te parezca que te desempeñas muy bien, porque Yo veo la sinceridad de tu corazón y tu amor, que hace mucho por el prójimo y por Mí.

 

El poder del amor

El amor es una fuerza tremendamente poderosa, ya que soy el dador de todo amor auténtico y duradero. Quiero derramar más amor y necesito que manifiestes Mi amor. Sé que a veces te sientes una persona pequeña e insignificante y te preguntas qué podrías hacer para cambiar situaciones. Así como un poco de agua vertida en la tierra seca puede hacer germinar semillas que duermen ocultas bajo la superficie, las pequeñas manifestaciones de cariño que prodigas a los demás pueden transformarlos y hacerlos revivir.

Me alegro cuando veo a un alma extraviada volver a la vida, o cuando veo que alguien recibe el cariño que esperaba, y luego brota estallando de alegría porque se interesaron por él.

Yo vierto Mi amor en gran medida sobre los que dan a quienes padecen necesidad. Haz, pues, más espacio para que Mi amor se vierta hoy en tu vida dando a los demás lo que recibiste.

Artículo publicado por primera vez en julio de 2008, a menos que se indique lo contrario en los párrafos correspondientes. Texto adaptado y publicado de nuevo en febrero de 2015.


[1] RV1960.

[2] Salmo 46:10 DHH.

[3] Sarah Young, Jesus Lives (Nashville: Thomas Nelson, 2009).

 

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